miércoles, abril 04, 2007

Legisladores y autoridades los nuevos Judas

Fredy Martín Pérez.
San Cristóbal de las Casas, Chis. 4 de abril.- El obispo Felipe Arizmendi Esquivel dijo que hay legisladores y autoridades que “quizá estén convencidos de que ampliar las causas para despenalizar el aborto” no sea lo justo, pero ceden a las presiones y se lavan las manos.
En su mensaje semanal el obispo de la diócesis de San Cristóbal asegura que esos legisladores y autoridades hacen caso omiso y “por temor a perder su puesto y su sueldo, no luchan por defender el derecho a nacer que tienen los concebidos. ¡Son verdaderos seres humanos!”.
Concretamente dijo que algunos legisladores del Distrito Federal “están actualizando la pasión de Cristo, haciendo sufrir lo indecible a seres inocentes” por que quieren despenalizar el aborto.
En el escrito Nuevos Judas, Herodes y Pilatos, el obispo señala que nada conmueve a algunos legisladores del Distrito Federal; al contrario, se envalentonan más.
“Pareciera que, si entraran en razón y se enternecieran ante los miembros destrozados del ser humano concebido en el seno materno y no autorizaran su asesinato impune, hubieran sido dominados por la jerarquía católica”, indicó.
Y agrega: “Es lo que menos quieren: dar su brazo a torcer, como si esto fuera un juego de fuerzas políticas, y no de vidas humanas. Se les ha hecho ver que es justo y necesario proteger la salud de la mujer embarazada, pero no a costa de sacrificar a la persona que lleva en sus entrañas. ¿Qué no les importa la vida de un ser humano, indefenso e inerme? ¿Su prestigio político se construye a base de sangre inocente?”.
Arizmendi Esquivel explica que en el debate del tema del aborto, “se ha desatado una andanada de ofensas, editoriales, entrevistas y caricaturas contra quienes defendemos la vida intrauterina, cobijándose en la acusación generalizada de una supuesta protección a clérigos pederastas”.
“Por más que les decimos que no defendemos a quienes abusan de menores, siguen esgrimiendo esa arma. A toda costa quieren restarnos autoridad moral y deslegitimar nuestra lucha contra quienes abusan de su poder legislativo para dejar sin castigo a quien destruye no sólo sicológica, sino integralmente a niñas y niños concebidos”, puntualizó.
El obispo reconoce a los legisladores que endurecieron las penas contra pederastas, pero ahora reprobamos a quienes alegan el “derecho” de eliminar a un ser humano vivo.
Explicó que en el debate de la despenalización del aborto, se aducen encuestas de supuestos “católicos”, con criterios y comportamientos totalmente contrarios a la Palabra de Dios, que la Iglesia sólo transmite y no puede enmendar, como si tales opiniones fueran la base de verdad y de bien, para decidir lo bueno y lo malo. Esas encuestas demuestran, en primer lugar, que México no es tan católico como se pensaría estadísticamente.
Además, que esos mal llamados ‘católicos y católicas’ cimentan su derecho a decidir en lo que opina la mayoría, en la corriente de moda, sin caer en cuenta de que dejarse llevar por la corriente es ir hacia abajo, como todas las corrientes de los ríos. La ética no depende del gusto de las mayorías, sino de principios fundamentados en la naturaleza humana.
Aclaró que la religión no se rige por opiniones generalizadas, sino por lo que Dios mismo ordena. La vida humana en el seno materno no depende de votos, pues este derecho del ser humano no puede sujetarse a gustos y manipulaciones de encuestas y votaciones. Están actualizando la pasión de Cristo, haciendo sufrir lo indecible a seres inocentes”.
“Hoy también hay muchos judas, elegidos por el pueblo para dar vida al mismo pueblo, pero que traicionan su vocación. Si en sus campañas hubieran ofrecido lo que ahora están haciendo, quizá no habrían sido elegidos, como le pasó a una candidata presidencial”, recordó.

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