viernes, noviembre 01, 2013

ROTONDA PÚBLICA


A Narciso Henríquez Guillén, mi padre, por su 86 octubres.
Elio Henríquez.
-Justicia!
Mediante el indulto presidencia finalmente ayer se hizo justicia y fue liberado el profesor indígena, Alberto Patishtán Gómez, preso injustamente desde hace más de 13 años.
            Durante muchos años diversos gobiernos reconocieron la inocencia de este hombre originario del municipio de El Bosque, y cuya caso es el mas emblemático en muchas décadas en el país, pero ninguno buscó los mecanismos para liberarlo.
            La posibilidad estuvo en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no sólo en una ocasión, la más reciente el pasado 12 de septiembre, pero siempre se negó a hacerlo. Ahora es precisamente el poder judicial el que ha sido severamente cuestionado con la decisión tomada por el presidente Enrique Peña Nieto de sacarlo de la cárcel.

            Pero el asunto en sí representa también un llamado de atención acerca de cómo está operando la justicia en el país, pues lo más probable es que muchos otros presos, sobre todo indígenas, campesinos o de condiciones humildes que no han tenido cómo pagar un abogado defensor o inclusive a un agente del Ministerio Público o un juez que atienda su caso de manera justa, continúan tras las rejas.
            Patishtán Gómez tiene el gran mérito de no haberse rendido nunca y seguir luchando hasta conseguir su libertad, tal vez no sólo por su fortaleza física y espiritual indómita sino porque se sabe inocente de los delitos de los cuales fue acusado injustamente.
Ahora tendrá el mérito histórico de que su lucha, acompañada por numerosas organizaciones nacionales e internacionales y personalidades diversas, incluidos gobernantes que de tiempo atrás demandaron su excarcelación, ha generado reformas para la creación de la figura del indulto presidencial que seguramente beneficiará a otros prisioneros en el país.
Por muchos años probablemente se hablará del caso Patishtán Gómez y de estos días históricos en que ha sido liberado gracias al indulto presidencial, posibilidad que se había anunciado meses atrás en esta Rotonda Pública.
No faltará quienes digan que quedará la duda de si es o no realmente inocente, pero quienes conocen el proceso jurídico desde el inicio saben que estuvo lleno de irregularidades y tan sólo por ese hecho merecía ser liberado como lo han sido otras personas en casos muy sonados en México. Si el presidente Peña Nieto no estuviera seguro de que el profesor ztotzil es inocente seguramente no habría tomado la decisión que tomó, conjuntamente con el poder legislativo que fue el que hizo las reformas necesarias al Código Penal Federal.
            Paradójicamente el indulto no lo tomó en la cárcel propiamente, pues desde la primera semana de este mes se encuentra en la Ciudad de México siendo atendido de un tumor en el cerebro, que le fue descubierto el año pasado y que después de la atención necesaria le ha vuelto a surgir.
            Ese es el otro problema y ojala que no se presente la desgracia de que una vez que ha sido liberado su salud fuera a agravarse con consecuencias fatales, porque entonces sí, el asunto tomaría un tono más dramático. El caso ahora está en manos de los médicos y de Dios.
            Lo deseable es que después del sufrimiento de 13 años en prisión, pueda gozar su libertad junto a su familia –recientemente se estrenó como abuelo--, a sus amigos y compañeros que nunca lo dejaron solo.
            Tal vez si el tumor le hubiera sido detectado a tiempo estaría curado, pero debido a la falta de una atención ademada en los diferentes penales en los que fue recluido, incluyendo uno de máxima seguridad fuera del estado en castigo por estar organizando huelgas de hambre para exigir su liberación, nunca se descubrió. Es más, se le trató un supuesto glaucoma que lo estaba dejando ciego, peor al final resultó que era el tumor el que le estaba haciendo perder la vista.
            Con su liberación surge otro problema: ¿Quiénes son los verdaderos culpables de la emboscada ocurrida en junio de 2000, que dejó siete policías muertos?. Porque si no fue Patihstán Gómez el responsable tiene que haber otras personas que cometieron ese crimen que debería de ser castigado, pues con toda razón, los familiares de los muertos exigirán justicia.
            No se sabe si una vez que ya se conoce el desenlace las autoridades investigarán el asunto o si de plano se le dará carpetazo con la excarcelación del profesor.
            Otro asunto que no se sabe es si habrá algún tipo de reparación del daño ocasionado a Alberto por el encarcelamiento injusto de 13 años sufrió. Inclusive su mujer lo abandonó poco después de que fue llevado a prisión y sus dos hijos, Gabriela y Héctor, tuvieron que ser atendidos por sus abuelos.
El sufrimiento fue no sólo para él sino para toda su familia, pero por fin se ha hecho justicia y ya no pasará en la cárcel los 60 años a que había sido condenado originalmente. Aunque él siempre dijo que es libre desde que lo metieron a la cárcel, ¡bienvenido al mundo de los libres, Alberto!.
PICOTAZOS.
Una vez que aparentemente han pasado las lluvias las autoridades municipales de San Cristóbal deberían de iniciar un programa de bacheo intensivo porque muchas calles tienen grandes hoyos que no sólo dificultan la circulación de los vehículos sino que les ocasionan graves daños… Esta Rotonda Pública lamenta el fallecimiento del buen amigo, Abelardo Hernández Millán, catedrático, investigador y escritor, quien vivió muchos años en San Cristóbal y fue maestro en la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Chiapas… Cuando aquella mujer de pelo blanco y ojos claros le preguntó a Wílfido, hombre enamorado que conquistaba mujeres como conductor de un camión pesado que viajaba por diversas partes del pequeño país, que por qué a sus 60 años no se había casado, se encogió de hombros y comosi nada contestó: ¡Se me olvidó!... FIN 

eliohenriquez@hotmail.co.

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