San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 23 de mayo.-La extensión de cultivos transgénicos de soya en la península de Yucatán pone en riesgo la exportación de miel orgánica, los apicultores temen la “contaminación” de sus apiarios lo que significaría el veto de la Unión Europea.
En Conferencia de prensa Miguel Angel Murguía, representante de 20 cooperativas que agrupan a unos 600 apicultores de la zona de Yucatán, manifestó la preocupación que existe por sostener el mercado de exportación que han construido en las últimas 2 décadas, enfrentando innumerables retos de carácter sanitario y que genera unos 2 millones de dólares.
La situación fue planteada en la Segunda Conferencia Mundial en Apicultura Orgánica, que dio inicio este viernes y concluye el próximo domingo en San Cristóbal de Las Casas con la participación de unos 500 representantes de 50 organizaciones, cooperativas, pequeños productores, comercializadores, dependencias oficiales, académicos, organismos y empresas del ramo de 15 países entre ellos el presidente de la Federación Internacional de Apicultores, Pilles Ratia.
Carlos Álvarez Icaza, director del Corredor Biológico Mesoamericano de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), -que realiza un estudio de las muestras de miel para conocer el impacto de los plantíos transgénicos, antes de emitir una recomendación que podría estar lista en 6 meses- dijo que el reto para las autoridades mexicanas es equilibrar los intereses de los apicultores con la de los productores de soya.
Pese a que México es el tercer exportador de miel orgánica y la península yucateca genera el 40 por ciento de esta producción y aún cuando organismos internacionales reconocen a la apicultura como una actividad amigable con el medio ambiente, el año pasado se autorizó el cultivo de 30 mil hectáreas de soya transgénica y se tiene planeado incrementarlas a 60 mil hectáreas en 2012, explicaron los apicultores.
La prohibición para la importación a la Unión Europea -que recibe el 80 por ciento de la miel orgánica mexicana-, de todo el producto que contenga polen transgénico, “tiene nerviosos a nuestros clientes y a nosotros más porque de esa actividad dependen nuestras familias”, dijeron los apicultores al lamentar el bajo consumo de miel en México que es el sexto productor mundial pero apenas tiene un consumo por habitante de apenas de una a 2 cucharadas.
En tanto que Stephan Beck, de la Sociedad para el Fomento de la Solidaridad con el Tercer Mundo (Gepa) de Alemania que importa 300 toneladas de miel de México, planteó la necesidad de que el gobierno mexicano difunda exactamente la ubicación de cada uno de los plantíos de transgénicos a fin de que los apicultores puedan mantener sus colmenas a más de 10 kilómetros para evitar la contaminación.
Dijo que el problema genera un conflicto de quienes como activistas por el cuidado del medio ambiente, evitan y respetan la prohibición del consumo de productos generados a partir de transgénicos, pero también enfrentan como organismos de comercio justo el grave problema económico que representaría para los apicultores el rechazo a la importación.
El encuentro se lleva a cabo en el Centro de Convenciones de El Carmen donde se expende al público en general, toda clase de productos derivados de la miel que va desde caramelos hasta cosméticos de la cera, pasando por medicamentos, jabones, perfumes, vinos, golosinas, mermeladas, galletas, aceites, cremas, entre otros.
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