Amalia Avendaño
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 14 de enero.- Al cumplirse este 24 de enero el primer aniversario del fallecimiento de Samuel Ruiz García, la diócesis y organismos cercanos al obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, celebraran un novenario de oraciones y actividades a partir de mañana en familia, en las parroquias, misiones y comunidades.
Con este novenario “reconocemos y damos gracias a Dios porque se va a cumplir un año que jTatic Samuel pasó de esta vida a gozar de la vida que no tiene fin en la casa del Padre, ya que él dio su servicio para el bien de los más pobres, de las comunidades, de nuestra Diócesis y de la Iglesia”, se explica en la introducción del texto distribuido en las parroquias para uniformar las oraciones recordando los méritos del obispo de los indígenas.
“Fue un gran profeta; no se quedó callado ante la realidad de opresión y muerte y denunció con valor las injusticias y los continuos atropellamientos a los derechos humanos; esto le llevó a vivir muchos conflictos y sufrimientos. Tomó como lema episcopal las palabras del profeta Jeremías: “Edificar y Plantar”. Esta fue su palabra y esta fue su acción: implantar el Reino de Dios y su justicia con todas sus fuerzas y con toda su sabiduría y humildad”, es la lectura del quinto día de la novena.
En el octavo día se recordará el papel de mediador en busca de la paz en el conflicto armado entre el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno de México, su participación durante los siguientes años en el proceso de diálogo y las agresiones que sufrió.
También se menciona que sin duda “el Espíritu Santo asistió a J’Tatic Samuel durante su ardua misión, sobre todo cuando llegó a nuestra diócesis, cuando participó en el Concilio Ecuménico Vaticano II, en la Conferencia de los Obispos de América Latina en Medellin, Colombia, en el congreso indígena, en tantas asambleas diocesanas y especialmente en el acompañamiento al pueblo pobre y sencillo que le enseñó a vivir el Evangelio de Jesucristo”.
“Fue un hombre de Dios que supo interpretar los signos de los tiempos y comprometerse junto con su pueblo para saber dar una respuesta pastoral a favor de la vida, para transformar la historia, para hacer realidad el Reino. Fue un sabio, un humilde servidor de los pobres, un incansable luchador de la vida y la dignidad de los sencillos”,afirma.
Le llamaron El Caminante, agrega, “porque le tocó recorrer largos caminos, cruzar bosques, ríos, selvas y montañas; sobre todo cuando nuestra diócesis tenía tan pocos medios de comunicación. También le tocó caminar por el mundo entero llevando una palabra de aliento y esperanza recogida desde el pueblo pobre de su diócesis. Le llamaron Caminante porque también emprendió el camino marcado por el evangelio de Jesucristo junto con miles de catequistas, e innumerables servidores que abrieron procesos de liberación para conseguir una vida digna para todos. Nuestro tercer Sínodo es la expresión viva de ese camino”.
A partir del 16 de enero, en el templo de Catedral de San Cristóbal donde fue sepultado, el novenario de misas será a las 7 de la noche hasta el martes 24 de enero, el miércoles 25 de enero cuando se cumplen 52 años de su ordenación episcopal habrá Catedral a partir de las 11 de la mañana un Panel de testimonios con la participación de integrantes de la diócesis para hablar sobre el legado del Jtatik y a las 12 del día una misa concelebrada presidida por el obispo titular Felipe Arizmendi Esquivel.
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