domingo, enero 15, 2012

Traiciones y venganzas

Gran Angular/ Raúl Rodríguez Cortés

Eso es lo que ha dominado de manera abierta la política chiapaneca desde la aparición, en 1994, del Ejército Zapatista de Libereación Nacional. Y un nuevo episodio se vive 18 años después.
El priísta Eduardo Robledo Rincón asumió el gobierno el 8 de diciembre de 1994 en medio de acusaciones de fraude del EZLN, que había apoyado la candidatura del PRD abanderada por un honesto periodista de San Cristóbal de las Casas, Amado Avendaño, director del diario El Tiempo.

Los zapatistas, en protesta, se retiraron del diálogo que sostenían con el gobierno federal en San Andrés Larráinzar. El entonces presidente Ernesto Zedillo, para no descarrilarlo, respaldó la salida de Robledo Rincón, quien pidió licencia al Congreso chiapaneco el 14 de febrero de 1995. No estuvo ni 70 días en el palacio de gobierno de Tuxtla Gutiérrez.
El tecnócrata Julio César Ruiz Fierro llegó como sustituto pero apenas alcanza como tal a los primeros días de 1998, ya que su cabeza rueda por la masacre de Acteal, hecho por el que Zedillo enfrenta hoy en una corte internacional acusaciones de delitos contra la humanidad.
Para completar aquel complicado sexenio chiapaneco llegó Roberto Albores Guillén, a quien le tocó operar por su partido, el PRI, el proceso sucesorio. Un influyente senador tricolor, Pablo Salazar Mendiguchía, que había sido parte de los diálogos con el EZLN, se perfilaba sin rival aparente hacia la candidatura, pero Albores y el tricolor se inclinaron por otro, el comiteco Sami David David.
Salazar renunció al PRI y logró la postulación de una amplia alianza en la que figuraban el PAN y el PRD, y que lo llevó a la victoria en 2000. Nombró secretario de Gobierno al académico y ex consejero del IFE, Emilio Zebadúa, al que todos vieron desde un principio como el futuro abanderado aliancista. Pero algo se rompió en el camino cuando Salazar decretó la creación de una especie de contraloría electoral (con la que pretendía conducir su proceso sucesorio) que en los hechos saboteó las aspiraciones de su aliado Zebadúa.
Es así que Salazar volteó hacia Juan Sabines Guerrero, alcalde de Tuxtla Gutiérrez, quien a la postre derrotó al candidato tricolor José Antonio Aguilar Bodegas por un poco más de 6 mil votos de diferencia en las elecciones de 2006. Pero el control del poder y los negocios confrontaron al gobernador y al ex gobernador.
Sabines inició así lo que para una mayoría de chiapanecos es una venganza política contra Salazar y la extendió contra quien fuera su contendiente electoral, el priísta Aguilar Bodegas, cuando se dio cuenta que buscaría otra vez la gubernatura de Chiapas.
A Salazar lo acusó de peculado y homicidio de menores (relacionado con la muerte de varios recién nacidos en un hospital de Comitán) y el 7 de junio de 2011 fue detenido y procesado. A Aguilar Bodegas lo acusó de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ílícita, lo que dio lugar a que se liberara una orden de aprehensión en su contra.
Sin embargo, ambos políticos chiapanecos, enemigos de Sabines, obtuvieron el pasado 4 de enero sendos amparos y la protección de la justicia federal por inexistencia de datos y pruebas de algunas de las acusaciones en su contra. A Salazar, el Juzgado Segundo de Distrito en Chiapas lo amparó contra las acusaciones de homicidio de menores sin que se pronunciara sobre el de pecualdo por 104 millones de pesos. Y a Bodegas contra la acusación de lavado de dinero y delincuencia organizada. Falta ver la reacción de Sabines.
Por eso le digo: traiciones y venganzas.
Instantáneas
1. DELICADO. El secretario de Educación, Alonso Lujambio, está internado desde ayer en un hospital de Arkansas, EU. Fue llevado ahí para atender primero su problema de insuficiencia renal. La expectativa es que ahí se le realice un trasplante. Se analiza la compatibilidad de los riñones de algunos de sus hermanos. Ya después se seguirá el tratamiento contra el cáncer de médula.
2. SEGURIDAD. Al inaugurar el foro internacional Seguridad con legalidad, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, dijo tener claro que la respuesta del gobierno y la sociedad para enfrentar la violencia debe ser integral. Esto significa —explicó ante el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré— combatir la pobreza, ofecer oportunidades de educación y empleo, y buscar la cohesión social.
3. CONFIRMACIÓN. El famoso góber precioso, Mario Marín, buscará con el PRI un escaño en el Senado. La confirmación coincidió con la detención ayer de quien fuera su secretario de Salud, Alfredo Arango, acusado de enriquecimiento ilícito. Ya le contaré. (rrodriguezangular@hotmail.com); (twitter: @RaulRodríguezC).
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