Comitán, Chis; 14 de enero.- Una década después del fallecimiento de 35 bebés en el hospital general de esta localidad, persisten los malos tratos contra las mujeres parturientas, a las que se les “humilla”, “discrimina”, niega el servicio y mueren por presunta negligencia médica.
En la mañana del 9 de enero, Grisel Silva Ocampo, de 24 años de edad, llegó a la institución de la Secretaría de Salud, para que le practicaran una cesárea. A decir de sus familiares, la mujer estaba en “buen estado de salud y esperaba inmediatamente salir de la operación”.
Hacia las 9 de la mañana de ese día, los médicos llamaron al esposo de Silva Ocampo, del que se desconoce su identidad, para pedirle que firmara un documento, porque “inesperadamente” le practicarían una segunda operación.
El hombre pidió hablar con su esposa, originaria del ejido El Porvenir, para saber qué ocurría, pero no le permitieron la entrada a la institución, únicamente le pidieron que firmara los documentos, denunciaron Manuel López Silva y Bernardo García Silva, autoridades del poblado El Porvenir Agrarista, municipio de La Trinitaria,.
Dijeron que uno de los médicos explicó al esposo de la mujer que “había riesgo de que Grisel perdiera la vida”, ya que había presentado una “supuesta complicación” por una hemorragia.
Fue entonces que los médicos optaron por trasladar a Grisel, del área de ginecoobstetricia, a las antiguas instalaciones del hospital, a cuatro kilómetros de distancia, pero en el trayecto la joven mujer murió.
Como consecuencia, Grisel dejó huérfano a su bebé que tiene menos de una semana de vida y una niña de cuatro años.
El 7 mayo del 2010, el presidente Felipe Calderón inauguró la nueva etapa del hospital regional, de 60 camas, donde se invirtió 225 millones de pesos, para beneficiar a una población de 465 mil habitantes de más de 12 municipios y aldeas de Guatemala.
Pero año y medio después, en el hospital persisten los malos tratos contra las mujeres, como ocurrió el 20 de diciembre, cuando Sandra E. García, originaria de Comitán, llegó para dar a luz, pero le negaron la atención y un médico la “sacó a empujones”.
Carla R. López, arribó con trabajo de parto, pero los médicos la atendieron 24 horas después, por lo que su hijo “nació con problemas de asfixia severa” y sigue con tratamiento médico, se asienta en un escrito entregado al Consejo Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).
Rubicel Hernández le pospusieron cinco días el nacimiento de su bebé, por lo que el niño “casi nace muerto, con líquido en los pulmones, salvándose de milagro”. Ahora el menor sigue con tratamiento pediátrico por esta “negligencia”
El 26 de agosto del 2009, Gladis Zamorano, le practicaron operación de la vesícula, pero los médicos no consiguieron extraer los cálculos, optaron por usar la sonda T, para luego realizar una nueva cirugía un día después, ya cuando tenía “muchos dolores”.
El 20 de agosto, el señor Ibis Hernández, tramitó la operación de su hija que sufre de una hernia, pero no ha tenido respuesta.
Antonia L. García Silva, fue citada el 4 de noviembre del 2011, con trabajo de parto. Su hijo nacería a las 8 de la mañana, pero ante falta de respuesta, a las 17:00 horas de ese día, sus familiares optaron por llevarla a una clínica.
Todas estas presuntas anomalías fueron denunciadas ante la CEDH, con la intensión de que “se mejore la atención en el hospital”, dijo el representante de un grupo de ciudadanos que llegó a protestar a las puertas de la institución.
Incluso denunciaron que afuera del hospital, las familias demás de soportar las inclemencias del tiempo, deben permanecer en la noche, en una zona sin luz y en un lugar “pestilente a orines y excremento”.
Entre el 2001 y 2002, en el hospital de esta localidad perecieron entre 30 a 35 niños, por distintos factores y de acuerdo a la recomendación 24/2004, algunos de los menores perecieron por "una conducta violatoria a los derechos a la vida y a la protección de la salud, consagrados en el artículo 4o constitucional".
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