Amalia Avendaño
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 13 de noviembre.- El último día de su estancia en México, a unos kilómetros de la frontera, la hondureña Olivia Orellana encontró a su hijo desaparecido desde hace 7 años cuando salió de su hogar rumbó a Estados Unidos, pero fue detenido y preso en una cárcel de Chiapas en el sur de México.
El emotivo encuentro en el penal de Motozintla brindó nuevos ánimos a la caravana de madres centroamericanas que por tercera ocasión en lo que va del año se internaron durante 15 días en territorio mexicano en busca de noticias sobre sus hijos migrantes.
Luego de reponerse de un desvanecimiento y lágrimas de emoción la madre quién desde el 2004 no tenía noticias de su hijo Osman Lizandro Mejía Orellana, relató que nunca perdió las esperanzas de que continuara vivo.
“Mis hijos me decían que estaba muerto y no me querían ayudar para que viniera en la caravana pero me vine; esta es una bendición, pues yo salí con la fe de hallarlo”, relató a los medios de comunicación en Tapachula donde hoy concluyó el periplo de las 33 madres centroamericanas.
Martha Sánchez, una de las organizadoras de la movilización que se entrevistó con funcionarios y organizaciones de 9 estados mexicanos consideró que los resultados fueron “sumamente positivos, hemos tenido muchos compromisos establecidos con funcionarios del gobierno (mexicano) y tenemos esperanzas de que esta vez se avance más en lo que prometen”.
Explicó que se ha formalizado el intercambio de datos con organizaciones y personas que ha arrojado pistas acerca de otros migrantes desaparecidos, la localización del joven hondureño fue producto de ese ejercicio, “del intercambio de datos de un reclusorio a otro; es la primera vez que algo así sucede”.
“Esto significa que estamos empezando a ver hechos concretos; tenemos un poco más de esperanzas pero las demandas siguen vigentes, ya que hay reportes de asesinatos de migrantes”, dijo Sánchez.
En el reclusorio de Motozintla, Olivia Orellana abrazó a su hijo, quién está acusado de intento de homicidio, le informó que su padre falleció a los pocos meses que él salió de Honduras.
“Se puso a llorar, me dijo que le falta poco para quedar libre, me dijo: ‘ la estoy mirando y parece que no la estoy viendo’ y lo mismo le dije yo. Me voy muy alegre porque ya vi a mi muchachito después de ocho años y sé que está vivo; lo importante es que lo encontré”, expresó.
Orellana, dijo que fue un “milagro de Dios” ya que apenas 15 días antes se enteró de la caravana de madres hondureñas y logró un puesto gracias a que otra persona no pudo enlistarse, anunció que retornará a su país esta noche y pronto volverá a México para visitar a su hijo.
Cifras de organismos no gubernamentales de solidaridad con migrantes informaron que tienen documentados a unos 800 migrantes centroamericanos desaparecidos en México mientras transitaban hacia Estado Unidos.
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