ROTONDA PUBLICA

Elio Henríquez

Qué gusto da saber que en el contexto de la Jornada Nacional de Reforestación, el domingo pasado se hayan sembrado miles y miles de árboles en diferentes zonas de Chiapas, pues ello es sinónimo de vida.

Es alentador que diferentes grupos de la sociedad civil se hayan unido a los esfuerzos oficiales de diferentes instancias de gobierno en sus tres niveles para hacer esta labor tan encomiable.

Claro que ahora falta lo más difícil que es cuidar los arbolitos y vigilar que no se sequen o sean destruidos para que se cumpla el objetivo primordial que es que crezcan para compensar aunque sea en una mínima proporción la enorme deforestación y destrucción que sufre el planeta.

La pregunta que salta de inmediato es: ¿Cuántos de quienes sembraron los árboles el domingo están dispuestos a cuidarlos hasta que crezcan y se conviertan en árboles adultos?. Finalmente, plantar un árbol debería de ser como tener un hijo.

Porque a lo largo de los años se han realizado campañas y más campañas de reforestación y los resultados no han sido los que se esperaban, porque en muchas ocasiones la siembra de los arbolitos se ha hecho sólo para tomarse la foto, pero no se da el seguimiento necesario para que sobrevivan.

Es natural que por diversas razones una parte de los árboles que cada año se siembran no crezca, pero en la mayoría de ocasiones esto ocurre porque no se da un adecuado seguimiento al proceso de reforestación.

Dentro de un año, cuando algunos de los que participaron en la siembra de los arbolitos estén probablemente en campaña políticas en busca del voto para tratar de llegar a algún cargo de elección popular, podrá ya podrá verse cuántos de los árboles han pegado y tienen posibilidades de sobrevivir.

Porque es lógico que algunos de los grupos que participaron en la Jornada Nacional de Reforestación del domingo lo hicieron con fines electorales, no porque tengan la convicción y la conciencia de la necesidad de reforestar.

Ojala esta columna esté equivocada y que dentro de uno o más años, estemos celebrando que un alto porcentaje de los arbolitos sembrados el domingo estén con vida para bien de todos los que poblamos este planeta, sobre todo de las próximas generaciones .

Choque político en Teopisca

Apenas van seis meses de administración en el municipio de Teopisca y a se evidenció el choque político entre el alcalde Abel Tovilla Carpio y la diputada local por San Cristóbal y Teopisca, Patricia Sánchez, quienes llegaron al poder respaldados por la misma alianza de partidos políticos, entre ellos el PRD y el PAN.

El alcalde, que toda la vida ha sido priísta e inclusive tuvo ese mismo cargo bajo las siglas de su anterior partido, ha acusado públicamente a la legisladora de estar creando problemas en Teopisca para golpearlo políticamente.

El episodio más reciente fue el relacionado con la propuesta de vecinos de Lázaro Carenas por la contaminación que ocasiona el tiradero de basura ubicado a algunos kilómetros antes de la entrada poniente de la cabecera municipal, y a dos de la Escuela Secundaria Técnica número 40.

Es evidente que detrás del enfrentamiento político entre el alcalde y la diputada está la sucesión del próximo año, pero qué culpa tienen los habitantes de Teopisca que los intereses de estos dos políticos afecten el desarrollo armónico del municipio.

Falta ver de qué forma va a incidir en este jaloneo la reciente instalación de una estación de radio (frecuencia 92.7) por parte de la legisladora, quien seguramente tiene la intención de promoverse políticamente para buscar la candidatura a la presidencia municipal en las elecciones del próximo año.

Tovilla Carpio enfrenta no sólo las acciones políticas de la diputada sino el descontento de 7 de los 10 regidores del ayuntamiento, entre ellos algunos de la propia alianza que lo llevó al poder, lo que significa que algo anda mal.

El choque político con este grupo, liderado por el regidor Eduardo Díaz Cantoral, quien contendió para alcalde en las elecciones del año pasado, intentando reelegirse pues ya ocupó el cargo hace varios años, prácticamente ocurrió desde el principio de esta administración, y no se ven visos de reconciliación. O sea que el actual edil está entre dos fuegos: el de la diputada Sánchez y el de los regidores, que incluso han llegado a pedir la intervención del Congreso del estado.

Para colmo, en contra de Tovilla Carpio juega el hecho de su distanciamiento con su ahora ex correligionaria, la diputada priísta Arely Madrid Tovilla, con quien se distanció debido a que no obtuvo la candidatura para alcalde el año pasado.

En lugar de estarse peleando, estos políticos deberían de estar viendo cómo resuelven el problema urgente de construir un libramiento en Teopisca, ya que para los pobladores que habitan en las calles principales, es una verdadera pesadilla el paso de camiones pesados a todas horas del día y la noche.

Muchos se quejan de que las casas inclusive presentan cuarteaduras debido a la vibración que ocasionan los camiones pesados que circulan en esas arterias. La construcción del libramiento es un sueño y un proyecto añejo que por diferentes razones no se ha concretado, pero ya no puede esperar más.

Picotazos

Precisión necesaria: El guatemalteco Alfonso Bauer Paiz, último integrante del grupo revolucionario de mediados del siglo pasado en ese país, fallecido el pasado 10 de julio, no conoció a Ernesto Che Guevara en el Distrito Federal como se afirmó en este espacio el sábado. Según sus memorias, se conocieron en la capital chapina en 1953 cuando don Poncho era gerente del Banco Nacional Agrario. Fue unos años después que, según su relato, se encontraron nuevamente en la ciudad de México, donde coincidieron con el entonces joven Fidel Castro Ruz, quien ya preparaba el derrocamiento del presiente de Cuba, Fulgencio Batista. Una de las anécdotas que recuerda es la siguiente: “La primera vez que encontré a Ernesto en la ciudad de México fue en el parque de Chapultepec. El iba, cámara en ristre, en compañía de mi paisano, Julio Cáceres, conocido como ‘El patojo’. Después de saludarnos, le pregunté que qué hacía con una cámara de turista”, a lo que el ahora mítico Che le respondió: “No es de turista, es con la que nos ganamos los pesos”. Poco después partiría con Fidel y Raúl Castro Ruz en el Granma hacia Cuba y en 1959 ganarían la Revolución.