por Francisco Álvarez Quiñones: Sna Jtz’ibajom, A.C.Miércoles 25 de Agosto del 2010, 6 PM, en la Casa Ceremonial de Juan Gallo, en San Juan Chamula.
Más allá de lo que podamos ver y escuchar concretamente en este fabuloso videoclip, en él se muestran de diversas maneras musicales, teatrales, cinematográficas y muy en breve, ancestrales formas de expresión holística, sobre todo subliminales, en las que los protagonistas principales son las creencias y sabidurías chamulas de origen ante- diluvial muy antiguo, que se remontan al momento de la creación de la tierra y del cosmos, pero más especialmente, al origen numinoso de la humanidad y sus pasos en busca de la espiritualidad perfeccionada: la florecida humanidad de maíz, idealizada por los seres sagrados, que puede lograr ese estado de lekil kuxlejal, calidad de vida con justicia y dignidad de todos para todos, la cual sólo puede vivirse entre una humanidad de mujeres y hombres agricultores, desarrollados y florecidos: quienes cumplen cargos civiles, religiosos, y labores creativas y artísticas que iluminan sus almas para vencer a los tenebrosos dueños de la oscuridad, siempre en busca de asustarnos para llevarnos al silencio forzado de la muerte.
Bien puede decirse que tanto la canción como la producción del videoclip forman una obra llena de esperanza intercultural, en la que los desarrollos musicales, nuevos instrumentos, medios electrónicos, instituciones y elementos creativos, surgidos de los acelerados cambios de la ciencia y la modernidad, se ponen a disposición de los totil me’iletik, los madres- padres ancestrales y sus potencias espirituales para transmitir un mensaje a la humanidad, en estos dos años hacia el arribo calendáríco del Katún 13 Ajau de diciembre del 2012, cuando planetas y constelaciones entrarán en conjunción. Ese mensaje musical lleva una advertencia perentoria y salvífica de la vida sobre la Sagrada Tierra y los elementos numinosos y sobrenaturales que contiene, a fin de que la verdadera humanidad, integrada por el maíz, decida ser como los gemelos Junajpú e Xbalamké, maíces primordiales, semillas engendradoras de los hombres jaguares y sus mujeres, joyas de agua viva, para formar otra humanidad, humilde pero legítimamente orgullosa por saberse agradecida y justa; honrada, trabajadora, tenaz, valiente, unida, ingeniosa y sabia, para enfrentar con plena conciencia los golpes y embates de la insultante fortuna, hasta acabar con las pesadillas e infelicidad que nos impone el absurdo sistema de acumulación injusta e insensata de dinero y poder para unos cuantos seres haraganes de cuello blanco, soberbios como el Vukub Kakix, portadores y promotores de las siete vergüenzas que han oscurecido los destinos de los pueblos, en vez de dedicarse a servir a la humanidad, como deben hacer quienes reciben al nacer naguales poderosos.
Esta advertencia se corporiza en la figura simbólica del kuxkux, el tecolotillo duende Glaucidium Gnoma, del que los creadores de este video musical expresan en su portada y en la letra en tzotzil de su canto de piedra rodante, rocanrolero: “Si el kuxkux viene a visitarte, si lo encuentras en tu camino, no le temas, no lo lastimes, sólo quiere advertirte algo importante…”
La profundidad de este consejo sólo puede comprenderse con mayor cabalidad si se conocen los significados múltiples en el idioma tzotzil de la raíz-palabra kux, los cuales trataré de resumir con los siguientes conceptos: resucitar, volver a vivir, recuperar los cinco sentidos y adquirir aún más, por la experiencia sobrenatural; volverse sobrio y alegre al mismo tiempo, después de una insana cruda; descansar alegre, ser velado el mundo o la persona después de la noche de Sábado Santo; colocar y relucir de nuevo el ocote ardiendo; colocar una tras otra las velas y las piezas de leña; rezar de curación espiritual para llegar al santuario: vestir a los santos con ropajes nuevos y preciosos; llegar al chanib ch’ul kolebal, chanib ch’ul kuxebal, los cuatro lugares sagrados para curarse, los cuatro lugares sagrados para descansar, después de que la enfermedad o el susto ya han pasado. De esa manera, el corazón humano puede alcanzar un estado de kux o’on, de libre y espiritual diversión, en el que la vida y el trabajo suceden como si pasaras un feliz y buen rato; es decir: en fiesta, para evitar el regreso al estado indeseable de la humanidad de barro, de carrizo o de palo, creaciones fallidas anteriores que no supieron esperar el don del maíz: humanidades experimentales, las cuales se condenan en el Popol Vuj, ya que no saben agradecer, rezar, ofrendar incienso, velas, frutos, alimentos y adornos a los seres sagrados, hacer música y poesía, reír, cantar, bailar, cocinar, hacer arte y fiestas, crear y cosechar siempre, sin perder la identidad originaria, nuevas maneras de complacer a los seres numinosos que hacen posible la vida sobre el rostro florecido de la Tierra. Estas acciones de nueva creación en cada labor cotidiana se asemejan a los homenajes al abuelo fuego, que en estos años estarán realizando los pueblos de culturas originarias en todo el continente y en diversas regiones del mundo, ofreciendo leña y ofrendas cada plenilunio, para alimentar y acrecentar el fuego sinérgico mundial, recordándonos con su intensa luz y calor, la veneración, el amor y respeto que le debemos a la energía creativa del fuego cósmico primordial, representado por el sol y las potencias de la Madre Naturaleza, a su vez representados por Nuestra Sagrada Madre Tierra y su Dueño, Chauk hecho San Juan, rayo hermano del sol, dueño también de los relámpagos que anteceden a la lluvia, y de las cuevas en las montañas, de las que brotan las nubes cuando sus hijas, dalias- serpientes- princesas tejedoras, cardan y tejen algodón, para que flote y salga convertido en esas nubes cargadas de lluvia, y brote una respuesta a las ofrendas que los zoques y mayas han entregado a partir de su evolutiva existencia a los dioses: la providente y líquida milagrería que reparte vida y movimiento desde los manantiales u ojos de agua, lugares sagrados donde se concentran las familias o clanes humanos, para establecer sus poblaciones y sus casas piramidales de pajas- estrellas, que simbolizan de nuevo la creación: ahí se encuentra, en el centro del fuego del hogar, el cual es un jaguar apaciguado por la religión, en su mero corazón, el ox- yoket, el tenamaztle: las tres piedras que sostienen el comal o tostador de las wajetik, que constituyen nuestra carne convertida en alimento sagrado, con el que se cumple nuestra comunión o alianza con los seres sagrados. En el video esto se hace evidente cuando los wayijeltik, nuestros espíritus animales compañeros, hechos de way, de sueño primordial y originario, se ponen a cantar en batz’i k’op, su original idioma materno, dispuestos a tener siempre presencia, en todos los rincones de la tierra, para cumplir el deseo primordial de los totil- me’iletik, el que por lo mismo, no me canso de repetir, pues así se establece en el Pop Vuj, nuestro libro de la Creación: “No nos olviden, no nos pierdan; miren primero sus casas, miren primero sus pueblos”.
En el breve tiempo que podemos dedicar aquí a la presentación de esta obra de arte juvenil, inspirada en conceptos y valores heredados por nuestras culturas madres, las olmecas, mayas y otras que poblaron originariamente el territorio que llamamos ahora Chiapas, no sería posible siquiera un intento para describir y descifrar los significados de la gran variedad de símbolos lingüísticos, musicales, visuales que con sencillo y cotidiano esoterismo se muestran y escuchan en el contenido de este simple disco de plástico magnetizado, convertido ya en kuxkux rocanrolero. Lo que sí puedo decir es que lo recomiendo muy ampliamente a todos los adeptos al rocanrol y a toda persona interesada en el desarrollo integral de las culturas, pues esta obra está llena de tesoros inmateriales, valores intangibles que sobrepasan los enajenados conceptos espectaculares del dinero y sus poderes totalitarios, los cuales han obligado a nuestros pueblos a exclamar ¡ya basta!, aludiendo a ese inhumano proceso de discriminación, de disfrazada esclavitud, de marginación y de guerras con que los han flagelado los humanos cubiertos de metal, ávidos de ta’k’in, excremento del sol u oro, mismos que han sido y son especialistas en saquear bienes, invadir territorios e imponer sistemas de vida que todo lo acaparan, incluyendo vidas, materiales, trabajos y conocimientos que luego convierten en venenosos alimentos y peores medicinas, en chatarra y basura, desperdicios que están acabando con la vida en nuestro planeta, sin que se hayan cumplido los espectaculares beneficios prometidos por las ciencias de la desorientada civilización sin ch’ulel.
El KuxKux no es un tecolotillo maligno que avisa muerte inexorable: aparece y ulula cuando el alma y el cuerpo de una persona o una población están en peligro de morir por alguna causa que puede dañar su alma. Es el espíritu animal compañero de un sabio ser sagrado que aconseja y advierte, a fin de que esa misma alma despierte y actúe de manera positiva y sinérgica, uniendo inteligencias, sentimientos, voluntades y esfuerzos para alimentar, curar o salvar a la Naturaleza, que es nuestra propia naturaleza. A través de los dones creativos que se han conjuntado por obra y gracia del rock and roll, la juventud chamula va logrando incidir poco a poco más en la llamada sociedad civil corresponsable, entusiasta por este extraordinario nupunel entre dos civilizaciones diferentes entre sí, matrimonio cumplido por amor a la música y el arte, entre lo más antiguo que son las tradiciones y lo más cambiante, que es la modernidad, transformándose en una sociedad cada vez más comprensiva de nuestras cosmovisiones originarias y sus creadores, portadores y promotores culturales, dispuestos a tomar los creativos cargos que se anuncian para el futuro. Afortunadamente, para ello han encontrado el decidido apoyo de sus familias, de sus propios pueblos, de las personas impulsoras y capaces de acciones civiles y religiosas que simpatizan con su liberación y el desarrollo sustentable de sus pueblos, y del gobierno, representado por instituciones como CONECULTA y personas que hicieron esta creación posible: Gracias a Manuel, Tello, Xun, Oscar, a sus familias y amistades en los parajes de Chamula por esta singular creación musical y cognoscitiva; a Mayra Ibarra, quien sustentó la idea original y acompañó hasta el éxito cada uno de sus pasos, a los directores de esta video- producción, Eduardo Laborda y Sara Vaz, a los realizadores técnicos, a mi compadre pintor, escritor y fotógrafo Juan Gallo, quien ha sido ejemplo de ancestral sabiduría, creatividad, arte y talento, inspiración de las actuales juventudes, y a mi comadre Dominga, quienes ofrecen la reconocida hospitalidad de esta sacramentada casa, donde han cumplido para el pueblo y los seres sagrados sus diversos cargos civiles y religiosos. Y sobre todo, gracias a los númenes favorables y al Gran Espíritu Creador de esta portentosa vida que deseamos se renueve, cada día mejor, por siempre.
Kolawalik, Muchas Gracias.
Francisco Álvarez Quiñones
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