jueves, junio 24, 2010

Cultivos transgénicos: cero ganancias para agricultores

Por primera vez, Greenpeace da a conocer los impactos económicos de los cultivos transgénicos

En vísperas de la Reunión Nacional de Organismos Genéticamente Modificados que se llevará a cabo en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, los días 24 y 25 de junio, Greenpeace México presentó su nuevo informe “Cultivos transgénicos: cero ganancias”, enfocado a los gravosos costos económicos ocasionados por la siembra de productos transgénicos (OGM). Este documento recoge la experiencia real que productores de todo el mundo han vivido una vez que deciden creer en las promesas de la industria biotecnológica, en el sentido de que tendrán incrementos en la producción y en las ganancias.

Mucho se ha hablado sobre los impactos ecológicos y sociales de los cultivos transgénicos. Este documento, por primera vez, se refiere a los impactos económicos que enfrentan los productores que han sembrado transgénicos de manera comercial: cero incremento de la productividad, cero ganancias, costos adicionales, mayor necesidad de utilizar agroquímicos, dificultad para comercializar su producción, entre otros.

El reporte evidencia que las principales víctimas económicas de los OGM son los agricultores (1), por lo que la organización ambientalista y el presidente del Movimiento Agrícola Sinaloense (MAS), demandaron al secretario de Agricultura, Francisco Javier Mayorga, proteger al campo y a los productores de los efectos adversos de los cultivos de maíz transgénico.

El nuevo informe de Greenpeace documenta casos específicos en los que los cultivos transgénicos han sido costosos para los diferentes sectores involucrados en la cadena alimentaria sin traer beneficios para la sociedad en su conjunto. Los costos socioeconómicos de los cultivos genéticamente modificados deben ser considerados antes de autorizar su comercialización en México.

“Estamos entregando, con el establecimiento de campos experimentales de maíz transgénico, un activo que actualmente representa una verdadera fuente de riqueza para nuestros productos: la semilla de maíz. Todo ello en aras de responder a los intereses de empresas transnacionales que promueven las semillas transgénicas. Es evidente que en la escala de valor de los alimentos los transgénicos están en última instancia, por ello esta decisión tomada unilateralmente por el gobierno de México y el estado de Sinaloa representa una verdadera torpeza que atenta no solamente contra los intereses de los productores sino contra la nación misma”, denunció Alonso Campos, presidente del Movimiento Agrícola Sinaloense (MAS).

"En México aún no hay siembra comercial de transgénicos y las experiencias que hoy les presentamos nos llevan a señalar que no hay ninguna buena razón para sembrarlos: los impactos ecológicos, sociales y ahora económicos bastan por sí mismos para rechazar este tipo de tecnología. De abrir la puerta a dichos cultivos los agricultores de Sinaloa serán afectados en su economía. La producción de maíz blanco de esta entidad, reconocido por su excelente calidad, estará en riesgo de perder mercados por la inminente contaminación transgénica”, declaró Aleira Lara coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace México.

Mientras la industria biotecnológica continúa diciendo que los cultivos transgénicos son la solución a los problemas de diferentes tipos de cultivos como la baja productividad, la resistencia de las plagas y el mayor uso de herbicidas; una realidad distinta se refleja en los campos y mercados de todo el mundo, de acuerdo con las experiencias recogidas en este informe.

Los principales casos abordados en el documento son: arroz en Estados Unidos; maíz en Chile, Kenia y Estados Unidos; soya en Estados Unidos; linaza en Canadá, y algodón en China, 
 Colombia y Estados Unidos. En todos ellos se presentaron rendimientos inferiores, contaminación transgénica, la pérdida de la reputación de un producto popular entre los consumidores.


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