jueves, junio 24, 2010

Piden que aparezcan 37 ejecutados

Ángeles Mariscal

Ocosingo, Chis., 23 de junio. Indígenas de la etnia chol pidieron la aparición con vida de 37 habitantes de la zona norte del estado, quienes hoy cumplen más de una década de su desaparición forzada en manos de grupo paramilitar Paz y Justicia.

Minerva Guadalupe Pérez Torres tendría hoy 33 años, quizá habría terminado la universidad y estuviera trabajando en el estado de Tabasco, tal como es costumbre entre los habitantes de esa región de la zona baja del municipio de Tila. Sin embargo el 20 junio de 1996, cuando se dirigía a la comunidad Mashojá Shujá a ver su padre, fue secuestrada y posiblemente asesinada, al pasar por el poblado Miguel Alemán, bastión del grupo Paz y Justicia.

Entre 1995 y 1999 los habitantes de la zona norte de Chiapas vivieron bajo el sobresalto de las acciones del grupo de civiles armados Paz y Justicia, quienes emprendieron una lucha interna contra quienes consideraban bases de apoyo o simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Minerva Guadalupe Pérez Torres, María López Méndez, Hermelinda Pérez Torres, Luis López Sánchez, Sebastían Pérez López, Mateo Hernández López, Héctor Pérez López, Rebeca Pérez Pérez, Basilio Gutiérrez López, Oscar Jiménez Jiménez, Romeo Pérez Pérez, Cruzindo Álvarez Jiménez y Fernando López Martínez, son sólo algunos nombre de los 37 desaparecidos en manos del grupo Paz y Justicia.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) documentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que en todas estas desapariciones forzadas intervinieron paramilitares de Paz y Justicia, así como en la muerte de otros 85 indígenas de la zona que abarca los municipios de Tila, Sabanilla, Tumbalá y Salto de Agua.

Las principales agresiones se efectuaron en las comunidades de la zona baja de Tila, , en ese momento bajo fuerte presencia del Ejército Mexicano, cuyo acceso era un único camino de terracería que pasa por las comunidades El Limar y Miguel Alemán, donde se dieron la mayoría de las desapariciones forzadas.

Sebastián Pérez Torres, padre de Minerva, cavó la tumba de su hija Minerva, con la esperanza de algún día encontrar su cuerpo para darle sepultura. Sin embargo este día, junto con el resto de las familias de los desaparecidos, pidieron al Estado mexicano el esclarecimiento de los hechos.

“Exigimos que el gobierno mexicano cumpla con su obligación de dar a conocer con el paradero de las personas desaparecidas, investigar los hechos, que establezca la verdad, que se haga justicia, que se repare el daño y que se implementen medidas de no repetición”, señalaron.



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