Obispo Felipe Arizmendi Esquivel celebró en Comitán 70 años de nacimiento y 10 años que se convirtió en el pastor de la diócesis de San Cristóbal.Un 1 de mayo del año 2000, el obispo Arizmendi Esquivel dejó Tapachula, para mudarse a San Cristóbal de las Casas. Ese día ingresó a la diócesis coleta, por la región Fronteriza. El primer municipio donde los feligreses le dieron la bienvenida, fue Frontera Comalapa y por la noche arribó a Comitán.
Fue en Comitán, donde el prelado celebró con una homilía la gracia por las siete décadas de vida y los diez años de trabajo pastoral en los 42 municipios de las regiones Selva, Norte, Fronteriza y Altos que conforman la diócesis con 36 mil 821 kilómetros cuadrados.
En la parroquia de Santo Domingo, en pleno centro de Comitán, el obispo originario de Chiltepec, Estado de México, bajo jurisdicción de la diócesis de Toluca, celebró una homilía con el sacerdote Rodolfo Román, para luego departir con la comunidad católica en un almuerzo.
Católicos de la zona rural y urbana se dieron cita en el templo para participar en la homilía y felicitar al prelado con flores y presentes.
En breve entrevista con los reporteros, Arizmendi Esquivel repasó la década que ha estado al frente de la diócesis que está dividida en siete regiones pastorales: Sur, Chol, Sureste, Centro, Tzotzil, Tzletal y Chab.
Consideró que en diez años, el la diócesis donde trabajan 92 sacerdotes, 321 diáconos permanentes, ocho mil catequistas y más de 300 agentes de animación, ha habido “grandes avances”, en el trabajo pastoral.
Por ejemplo que trabajen en parroquias de las siete regiones, seis sacerdotes indígenas y con la apertura del seminario diocesano, hayan 50 seminaristas.
Por la tarde, el obispo Arizmendi Esquivel regreso a San Cristóbal de las Casas.
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