viernes, marzo 12, 2010

El niño que vio la ejecución

Un niño de siete años de edad, está sentado con las piernas entrecruzadas en la banqueta de la calle en donde juega, se divierte y crece. A su lado, un arreglo floral con claveles rojos, tan rojos como la sangre que quedó de un hombre que abatieron a balazos en la mañana del jueves, en esa misma acera..

Una mujer voltea y en su rostro se ve el sufrimiento y el dolor que le ha causado la pérdida de su familiar, otros vecinos la acompañan también; colocaron una veladora junto al arreglo floral y un vaso de agua bendita.

Rezan por el alma de ese comiteco José Sandoval Gordillo, que fue ejecutado casi en la banqueta de su casa. Todos lamentan la pérdida, quizás no sólo por el hecho de que haya muerto, sino por la forma en que seis hombres acabaron con su vida en pocos segundos.

El niño actúa de forma serena, sólo observa lo que los adultos hacen, sin embargo su mirada inocente reclama una explicación, pero nadie se atreva a dársela, todo callan.

Sin embargo, para él por muchos años y aun ya anciano, recordará este incidente.

Esto es parte de los rostros que ha dejado la violencia que asecha no solo a Chiapas, sino a todo el país, en donde en algunos estados de la república se ha convertido en el diario vivir de la ciudadanía.

El combate al crimen organizado ha colocado a México en uno de los países más violentos del todo el mundo, porque es el que más muertes ha dejado, al menos en los últimos tres años, en donde no solo mueren elementos policiacos que hacen frente este extenso ejército, sino para políticos, empresarios y reporteros que se han visto involucrados en el crimen organizado.

Hoy por hoy, la violencia en Chiapas y principalmente en la región Fronteriza, se ha ganado las primeras placas de los medios impresos y electrónicos, haciendo que crezca, los rostro de la violencia.



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