Coalia OrantesAlta Verapaz, con solo 17 municipios, tiene 10 organizaciones dedicadas al narcotráfico, de las cuales siete están en poder de los Zetas, brazo armado del cartel del Golfo, que tomó esas áreas desde noviembre último.
Guatemala.- Esos narcotraficantes desplazaron a jefes de mafias locales, incluso a las que se dedicaban al narcomenudeo (venta en las calles de cocaína y crac); por ello se ha reportado el asesinato de al menos 12 personas ligadas a esas células delictivas.
Según el estudio del Servicio de Análisis e Información Antinarcótica, los lugares en Alta Verapaz donde mantienen el poder los Zetas son Cobán, Chisec, San Pedro Carchá, Fray Bartolomé de las Casas, Tamahú, Chaal y el recién nombrado municipio Raxruhá.
Esos sectores representan uno de los principales corredores de comunicación entre el cartel del Golfo en Guatemala con el de México.
Las pesquisas establecen que uno de los carteles de los que no se han logrado apoderar es el de Ottoniel Turcios, supuesto terrateniente de Jorge Mario, alias el Gordo, Paredes y Otto Herrera.
Después del enfrentamiento armado ocurrido en la 16 avenida y 1a. calle de la zona 1 de Cobán, el 2 de septiembre último, quedó al descubierto la vinculación y presencia de los Zetas con unos cuatro hechos: la narcomatanza en Zacapa, la localización de casas de seguridad en Mixco, donde se capturó a Daniel Pérez Rojas, alias el Cachetes; el descubrimiento de un doble de éste en Villa Nueva y el ingreso de mexicanos en lugares sin vigilancia de Huehuetenango.
Las investigaciones del Ministerio Público (MP) establecieron que estos casos están relacionados, debido a que se encontraron indicios de que los grupos están bajo la dirección de las células de los Zetas de Veracruz, comandadas por el Cachetes y Roberto Rodríguez Cárdenas, alias el Bebé, detenidos por la muerte de Juan José León, alias Juancho, líder de Zacapa, asesinado el 25 de marzo último.
Pruebas
Tal como ocurrió en el caso Zacapa, en Cobán también se descubrió que al menos cuatro casas de seguridad fueron alquiladas por 10 mexicanos, para un plazo no mayor de seis meses.
Los dueños de las viviendas aseguraron que eran “buena paga”, y los vecinos los recuerdan como los que armaban grandes fiestas y viajaban en automóviles último modelo, con armas de grueso calibre.
En esos inmuebles, los mexicanos no tenían muchas pertenencias, solo un televisor, una grabadora, un horno de microondas, una cocina pequeña y, según indicios, mucho licor, en especial, tequila.
Las pesquisas determinaron que después de los enfrentamientos entre narcos, varias viviendas fueron utilizadas como hospitales, para atender a los heridos y hasta practicar cirugías.
En allanamientos efectuados en esas casas se encontraron agendas que relatan la forma en que están distribuidos los grupos, sus gastos, cómo recibían los fondos, actividades comerciales, entre otros datos.
Con esas agendas, el MP estableció algunos apodos que se repiten en los documento
s encontrados en cuatro sectores diferentes, uno de éstos, Zacapa.
Hay similitud en aproximadamente 27 sobrenombres, entre éstos, la Bruja, el Pitufo, el Viejo, el Tigre, el Flaco, el Chango, Frost, Foca y el Saturno.
Además, se encontraron documentos relacionados con Manuel Pacheco Ramírez, quien, según se detectó, pretendía hacerse pasar por el Cachetes, en una fuga de éste, pero fue detenido en Villa Nueva.
También se hallaron cédulas guatemaltecas falsas, de Jutiapa, Escuintla, Santa Rosa y las Verapaces, supuestamente tramitadas por un grupo de abogados contratados por los narcotraficantes.
Tras el poder
Las hipótesis del enfrentamiento ocurrido en Cobán revelan que se originó porque los Zetas intentaban retirar del poder a un narcotraficante del área, conocido como Quico.
Prueba de ello es que cerca de ese lugar apareció el cadáver de Fredy Mauricio González, quien, supuestamente, era su guardaespalda.
En el sitio quedó abandonado un vehículo Toyota Tacoma, rojo, sin placas de circulación, con un cargamento de armas, entre las cuales se incautaron dos fusiles M-16, un AK-47 y uno tipo Galil; 10 granadas de fragmentación, dos pistolas de 9 milímetros y tolvas con cartuchos útiles.
Lo incautado es evaluado por el Instituto de Ciencias Forenses (Inacif), para establecer si alguna de esas armas se usó en el enfrentamiento en Zacapa.
Respecto de un vehículo incautado en Cobán se tiene un reporte de la Procuraduría General de la República de México (PGR) de que fue robado en Juárez.
También se hallaron varios juegos de placas, una de éstas, la P-276CCT, le pertenece a un auto Ford Tempo, blanco, con líneas celestes, modelo 88, supuestamente sin reporte de robo, propiedad de Alfonso Eslau Ruiz Alvarado, piloto automovilístico y originario de San Pedro Carchá, Alta Verapaz.
Varios teléfonos celulares que fueron localizados son investigados para establecer con quién se comunicaban los responsables del enfrentamiento.
Tomado de Prensa Libre -www.prensalibre.com




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