Tuxtla Gutiérrez, Chis., 17 de junio. Solicitaron asilo político dos de las 45 familias de guatemaltecos que el 23 de mayo pasado se refugiaron en el estado de Tabasco, para huir de la represión que sufrieron en manos del ejército de su país.
De acuerdo al reporte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el pasado 10 de junio, regresaron a su país la mayoría de los indígenas guatemaltecos del poblado Nueva Esperanza.
Carolina Mateos, una de las oficiales del ACNUR, dijo que durante las dos semanas que los guatemaltecos permanecieron en México, en la comunidad de Nuevo Progreso, Tenosique; Tabasco, recibieron el auxilio de organizaciones de la sociedad civil, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y orientación sobre sus derechos, por parte del organismo de la ONU.
En su estancia, los guatemaltecos expresaron que el ejército de su país incursionó en su comunidad de origen, donde quemaron sus casas y pertenencias, además de sacrificar a sus animales.
Después de estos hechos, las familias huyeron rumbo a la comunidad de Nuevo Progreso, Tenosique, Tabasco, donde permanecieron durante 17 días, algunas pernoctando en casas de habitantes del municipio, y el resto permaneció en la intemperie.
Según las denuncias de organizaciones civiles que les auxiliaron, durante su estancia personal del Instituto Nacional de Migración les pidió concentrarse en un centro de salud ubicado a 45 kilómetros de la frontera, al no aceptar, amenazaron a los pobladores mexicanos de la zona con que incurrirían en la comisión de delitos, si brindan apoyo humanitario a los guatemaltecos.
Debido a que en ese lugar sufrieron los efectos de la temporada de lluvia, como el síndrome febril, parasitosis, rinofaringitis y dermatitis, además de la falta de alimento y ropa, la mayor parte de ellos decidieron regresar a su país.
Sólo dos familias compuestas por tres adultos y cinco menores de edad –de los cuales se reservó su identidad por cuestiones de seguridad- decidieron quedarse en Nuevo Progreso, y solicitar asilo político al gobierno de México.
De acuerdo al reporte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el pasado 10 de junio, regresaron a su país la mayoría de los indígenas guatemaltecos del poblado Nueva Esperanza.
Carolina Mateos, una de las oficiales del ACNUR, dijo que durante las dos semanas que los guatemaltecos permanecieron en México, en la comunidad de Nuevo Progreso, Tenosique; Tabasco, recibieron el auxilio de organizaciones de la sociedad civil, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y orientación sobre sus derechos, por parte del organismo de la ONU.
En su estancia, los guatemaltecos expresaron que el ejército de su país incursionó en su comunidad de origen, donde quemaron sus casas y pertenencias, además de sacrificar a sus animales.
Después de estos hechos, las familias huyeron rumbo a la comunidad de Nuevo Progreso, Tenosique, Tabasco, donde permanecieron durante 17 días, algunas pernoctando en casas de habitantes del municipio, y el resto permaneció en la intemperie.
Según las denuncias de organizaciones civiles que les auxiliaron, durante su estancia personal del Instituto Nacional de Migración les pidió concentrarse en un centro de salud ubicado a 45 kilómetros de la frontera, al no aceptar, amenazaron a los pobladores mexicanos de la zona con que incurrirían en la comisión de delitos, si brindan apoyo humanitario a los guatemaltecos.
Debido a que en ese lugar sufrieron los efectos de la temporada de lluvia, como el síndrome febril, parasitosis, rinofaringitis y dermatitis, además de la falta de alimento y ropa, la mayor parte de ellos decidieron regresar a su país.
Sólo dos familias compuestas por tres adultos y cinco menores de edad –de los cuales se reservó su identidad por cuestiones de seguridad- decidieron quedarse en Nuevo Progreso, y solicitar asilo político al gobierno de México.
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