
Fredy Martín Pérez.
Cruztón, chis.- “Aquí estamos y no vamos a dejar estas tierras. Vamos a triunfar. Saldremos de aquí vivos o muertos”, dice uno de los 360 hombres y mujeres campesinas que desde siete días “recuperaron” los predios Cruzton y Guadalupe Tepeyac, de 90 hectáreas y que desde 1998 estaba en poder de un grupo que simuló ser del EZLN.
Desde el cuatro de mayo, que los antiguos mozos de la finca Nazareth, que ahora conforman Cruztón y Guadalupe Tepeyac, optaron por tomar las tierras, en el lugar ha aumentado la tensión.
Por un lado, el lunes pasado un agrupamiento de la Policía Sectorial irrumpió en el poblado, lo que provocó temor entre los niños que por la mañana del siete de mayo estaban en el jardín de niños y la escuela primaria.
En tanto, que el grupo que tenía en su poder las tierras y que se hizo pasar como parte del EZLN, pero que en realidad son maestros y comerciantes que viven en la cabecera municipal de Teopisca, han amenazado de muerte a los hombres.
Así, creen que de un momento a otro, los profesores, choferes y comerciantes teopiscanecos, como se les conoce a los habitantes del municipio de Teopisca, irrumpan en el predio con armas de alto poder para tratar de desalojarlos de los predios.
Alejandro López Morales dio a conocer que en cuatro de mayo optaron por “recuperar” las tierras que “legítimamente nos pertenecen” porque en 1998, el dueño de la finca Nazareth, José Villafuerte “nos entregó las escrituras del predio, pero como muchos de los compañeros que no saben leer, ni escribir no le tomamos importancia”.
Por lo mismo, se quedaron a vivir en las cinco hectáreas donde se ubica la ranchería Cruztón, que en la década de los 50 del siglo pasado entregó Villafuerte, un hacendado nativo de San Cristóbal, a sus mozos.
Conforme crecieron las familias en Cruztón, ubicada en el municipio de Venustiano Carranza, los hombres debían rentar tierras para la siembra de maíz en comunidades cercanas pagando hasta mil pesos por hectárea.
Sin embargo, después de 15 años se dieron cuenta que parte de los terrenos de lo que fue la finca Nazareth son de su propiedad, porque tienen su poder las escrituras que Villafuerte les hizo entrega en 1998.
Para cuando recibieron los documentos, un grupo de maestros, choferes y comerciantes se había apoderado del predio de 90 hectáreas y vendido 587 reses que eran propiedad de Villafuerte.
Las familias de Cruztón se vieron obligadas a tomar la finca cuando los invasores les empezaron a restringir el acceso a los manantiales y supieron que venderían cada hectárea del predio a 350 mil pesos.
Fue así, que optaron por ingresar al predio y “recuperar lo que es nuestro, porque aquí nacimos, aquí nacieron nuestros padres y aquí murieron. Nosotros fuimos mozos de la finca y esta nos pertenece”, explica López Morales.
Desde el cuatro de mayo, los pobladores establecen guardias en los alrededores del predio, para evitar que los comerciantes, choferes y maestros irrumpan y traten de arrebatarles “lo que nosotros nos pertenece”.
Aun más, los habitantes de Cruztón, dicen vivir temerosos porque los invasores podrían secuestrar o asesinar a algunos de los habitantes, porque saben que cuentan con un pistolero de origen hondureño que vive en el municipio de Teopisca.
Elva Gómez López, de 59 años de edad, reveló que los invares los mantienen amenazados de muerte, pero si “cae algún compañero, entonces nos van a conocer”.
Las familias responsabilizaron concretamente a Juan García Ruiz, una de las invasores de quitarles el agua del manantial “Los mangos”, que surte de vital líquido de de la comunidad y de proferir amenazas en su contra.
Hasta ahora el gobierno del estado sólo ha enviado un oficio a Martín López Gómez, representante de la ranchería, para sostener una audiencia para atender la problemática de la invasión para el “viernes 11 de enero del presente año, a las 09:00 horas horario de verano” (sic).
Cruztón, chis.- “Aquí estamos y no vamos a dejar estas tierras. Vamos a triunfar. Saldremos de aquí vivos o muertos”, dice uno de los 360 hombres y mujeres campesinas que desde siete días “recuperaron” los predios Cruzton y Guadalupe Tepeyac, de 90 hectáreas y que desde 1998 estaba en poder de un grupo que simuló ser del EZLN.
Desde el cuatro de mayo, que los antiguos mozos de la finca Nazareth, que ahora conforman Cruztón y Guadalupe Tepeyac, optaron por tomar las tierras, en el lugar ha aumentado la tensión.
Por un lado, el lunes pasado un agrupamiento de la Policía Sectorial irrumpió en el poblado, lo que provocó temor entre los niños que por la mañana del siete de mayo estaban en el jardín de niños y la escuela primaria.
En tanto, que el grupo que tenía en su poder las tierras y que se hizo pasar como parte del EZLN, pero que en realidad son maestros y comerciantes que viven en la cabecera municipal de Teopisca, han amenazado de muerte a los hombres.
Así, creen que de un momento a otro, los profesores, choferes y comerciantes teopiscanecos, como se les conoce a los habitantes del municipio de Teopisca, irrumpan en el predio con armas de alto poder para tratar de desalojarlos de los predios.
Alejandro López Morales dio a conocer que en cuatro de mayo optaron por “recuperar” las tierras que “legítimamente nos pertenecen” porque en 1998, el dueño de la finca Nazareth, José Villafuerte “nos entregó las escrituras del predio, pero como muchos de los compañeros que no saben leer, ni escribir no le tomamos importancia”.
Por lo mismo, se quedaron a vivir en las cinco hectáreas donde se ubica la ranchería Cruztón, que en la década de los 50 del siglo pasado entregó Villafuerte, un hacendado nativo de San Cristóbal, a sus mozos.
Conforme crecieron las familias en Cruztón, ubicada en el municipio de Venustiano Carranza, los hombres debían rentar tierras para la siembra de maíz en comunidades cercanas pagando hasta mil pesos por hectárea.
Sin embargo, después de 15 años se dieron cuenta que parte de los terrenos de lo que fue la finca Nazareth son de su propiedad, porque tienen su poder las escrituras que Villafuerte les hizo entrega en 1998.
Para cuando recibieron los documentos, un grupo de maestros, choferes y comerciantes se había apoderado del predio de 90 hectáreas y vendido 587 reses que eran propiedad de Villafuerte.
Las familias de Cruztón se vieron obligadas a tomar la finca cuando los invasores les empezaron a restringir el acceso a los manantiales y supieron que venderían cada hectárea del predio a 350 mil pesos.
Fue así, que optaron por ingresar al predio y “recuperar lo que es nuestro, porque aquí nacimos, aquí nacieron nuestros padres y aquí murieron. Nosotros fuimos mozos de la finca y esta nos pertenece”, explica López Morales.
Desde el cuatro de mayo, los pobladores establecen guardias en los alrededores del predio, para evitar que los comerciantes, choferes y maestros irrumpan y traten de arrebatarles “lo que nosotros nos pertenece”.
Aun más, los habitantes de Cruztón, dicen vivir temerosos porque los invasores podrían secuestrar o asesinar a algunos de los habitantes, porque saben que cuentan con un pistolero de origen hondureño que vive en el municipio de Teopisca.
Elva Gómez López, de 59 años de edad, reveló que los invares los mantienen amenazados de muerte, pero si “cae algún compañero, entonces nos van a conocer”.
Las familias responsabilizaron concretamente a Juan García Ruiz, una de las invasores de quitarles el agua del manantial “Los mangos”, que surte de vital líquido de de la comunidad y de proferir amenazas en su contra.
Hasta ahora el gobierno del estado sólo ha enviado un oficio a Martín López Gómez, representante de la ranchería, para sostener una audiencia para atender la problemática de la invasión para el “viernes 11 de enero del presente año, a las 09:00 horas horario de verano” (sic).




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