jueves, mayo 17, 2007

DON MARTIN EN BUSCA DE UNA PARCELA

















Fredy Martín Pérez.

Cruztón, Chis.- Don Martín López Gómez nació en 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas emprendió la reforma agraria y eliminó el latifundismo en México, pero desde entonces no tiene una parcela para sembrar maíz.
El hombre de manos rudas y callosas como tierra recién arada, cuenta que a los diez años empezó a trabajar en la finca Nazarth, propiedad del hacendado José Villafuerte, para percibir un sueldo de 25 centavos al día, para cuidar los cafetales.
Durante 40 años trabajó con Villafuerte, un hombre que se caracterizó por el trato afable con sus trabajadores, contrario a lo que se vivía en otras fincas de Chiapas, en el tiempo de latifundio.
Pese a eso, don Martín debía caminar dos días hasta San Cristóbal para cobrar su salario en el mercado La Merced , donde Villafuerte tenía una carnicería.
En las cuatro décadas que laboró como mozo en la finca conocida también como Mispía, López Gómez llegó a ganar hasta cinco pesos diarios, pero su ilusión era tener un pedazo de tierra, como anhelaban sus hermanos.
Cuando las cinco familias llegaron al casco de la finca para pedirle a Villafuerte que les diera tierra trabajar, les respondió: “Hijitos ahorita no me pidan tierras; yo sé el momento que se las voy a dar”, les habría dicho el ranchero.
Pero ante el ruego les dio seis hectáreas para fundar la ranchería Cruztón, donde actualmente viven, pero les faltaba lo principal, una parcela para sembrar maíz y poder sobrevivir durante el año.
En 1994, a raíz del levantamiento del EZLN, se registró una ola de invasiones en Chiapas, hasta mil predios en la entidad fueron tomados.
Un grupo de maestros, choferes y comerciantes del municipio de Teopisca llegaron a posicionarse de las 90 hectáreas .
Los antiguos mozos de Nazareth impotentes no pudieron hacer nada para evitar que los invasores que se hicieron pasar como “zapatistas” tomaran sus tierras.
En 1998, Villafuerte les entregó las escrituras. Las recibió don Martín López Gómez, pero fue hasta hace unos meses que se dieron cuenta que los habitantes de Cruztón son los verdaderos dueños de las 90 hectáreas invadidas.
Así, el cuatro de mayo decidieron asentarse en las tierras, donde “nuestros abuelos y nuestros padres fueron mozos”.
“Nosotros somos los verdaderos dueños de estas tierras. Hemos sido humillados por otras gentes que no viven aquí. Aquí nos vamos a quedar. Sólo estamos buscando el bienestar de nuestros hijos”, apostilla doña “Josefa”.

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