miércoles, agosto 30, 2006

Linea Sur

Línea Sur

José López Arévalo

GOLPE DE ESTADO
Hay dos diablos que me habitan. A la gente normal lo poseen un diablo y un ángel. No es mi caso. Son dos diablos. Uno me incita a creer es posible la
renovación espiritual de las instituciones a la que convoca López Obrador;
el otro me dice: está pendejo, la gente lo que quiere es echar desmadre.
Uno escribe: “Se concretó. Los signos ominosos venían de antes. Los
nervios de los impacientes hombres del poder prepararon con
antelación el golpe. Sensibilizar a la opinión pública, el paso primario.
(Salud, herr Goebbels.)
En México estamos, no nos hagamos, ante un complot de Estado. El gobierno es un instrumento legal que cuida y protege los intereses de una clase, la burguesa. El abc del marxismo. El Estado ejerce la violencia institucional para salvaguardar a una clase (la burguesa) y someter a otra (la proletaria). Ah, la negada lucha de clases. El Estado comprende, amén de las fuerzas represivas (disuasivas, diría el eufemismo), el Ejecutivo, el Legislativo y, desde luego, el Poder Judicial. Los tres poderes. Ya lo cantaba José de Molina: Son tres personas distintas y un solo dios verdadero, el dinero... Esto lo sabe un buen
sector del pueblo desde hace décadas, pero la parafernalia de la democracia burguesa se la hizo olvidar. El canto de las sirenas era amable, se hizo colectivo. Vivimos en democracia, cantaron unos y otros. Lo mismo vale el rico que el pobre, coreaban los hombres del poder. Los de abajo aplaudían por la
magnanimidad de éstos.
Y los pobres morían o marchaban, cual carne de cañón, al extranjero. Pero igual cantaron: México somos todos. Nos identifica la virgen de Guadalupe, la selección nacional de futbol, El Santo, Julio César Chávez y demás glorias deportivas y del espectáculo. Los pobres lo creyeron tanto que votaron una y
otra vez para ser parte de la fiesta cívica electoral… hasta el 2 de julio de 2006.
El espanto de los hombres del poder provocó que echaran mano de su
cinismo y descaro. Acabó con el compadrazgo social. Seguiremos siendo
compadres —clamaron los ricos—, siempre y cuando nosotros seamos los
padrinos y ustedes pongan los ahijados pobres. Si no, no hay fiesta. Hay que respetar las sacrosantas instituciones forjadas por nosotros para
el deleite de todos. Altruistas se asumen.

A la sazón grandes segmentos del pueblo abrieron los ojos. Terminó
la obnubilación.

☛ El encanto. Por más besos que le dieron al sapo, sapo se quedó. No hay príncipes azules. Ni cuentos. La cruda y descarnada realidad abofeteó a quienes, encantados, bailaban al son que les tocaban. Y llegó el tiempo en
que los de abajo, los de los rincones, los siempre desplazados quieren oír su
propia música y bailar, sí, pero a su propio ritmo. En su propia fiesta. La fiesta de la desobediencia civil y la instauración de su propia República.
¡Qué comience la fiesta!” El otro dice: “Jo jo jo. Sueños guajiros. Al vil y descarado pueblo le vale madres todo. Pan y circo. ¿La resistencia? Primero
serán un millón, más tarde miles, después cientos y mañana… mañana habrán
otras elecciones y la chusma se aprestará a votar. Para soñar… hasta el final de los tiempos. El pueblo quiere llevársela tranquila, no liderazgos mesiánicos
que lo único que ofertan es el desconsuelo. Pan y circo, la receta
de todos los tiempos. No falla.

☛ No fallará.”Yo me quedo hecho un pendejo. ☛ Estoy confeso. QUIEN QUIERA AZUL CELESTE… Tienen que tragar sapos y culebras los panistas
chiapanecos. Paco Rojas a la cabeza. (¡Provecho!) El PAN nacional habló
y los soldados, que no militantes, deben obedecer. ☛ Punto. En las últimas fotos en las que aparecen juntos José Antonio Aguilar Bodegas, Paco Rojas
Emilio Zebadúa, se observa al panista desencajado. Más que encabronado, sacado de onda. Con una máscara marca angustia. Declaró estarían con
Jósean hasta lo último. Su gesta era propia. Era una causa común. Pero ya no.
El poderoso centro pintó su raya. Dio por terminada la alianza, de facto, y dejó
al candidato del PRI y su protesta legal, en la soledad y el desamparo.
Se lo comenté a mi compa García Cuéllar y a Juan Balboa, en la casa del primero ante un silencioso Enrique Alfaro: —A Jósean lo dejarán morir solo.
—No, dijeron en coro, lo acompañarán hasta el TEPJF… Dicho y hecho. El PAN quiere llevar la fiesta en paz y Sabines garantiza ello, para qué
meterse en camisa de once varas. Oferta, además, mayor legitimidad al mismo
Felipe Calderón. Lo sentimos, PRI, fuiste útil, ya no nos sirves. Adiós.
Como final de marimba chiapaneca: ☛ ¡Plin plin…! DE PABLO SALAZAR
“Mi reconocimiento y felicitación al gobernador electo Juan Sabines
Guerrero. Le esperan grandes retos, junto a un gran pueblo que hace seis
años emprendió su camino por una senda diferente para construir la paz,
la reconciliación y el desarrollo. Chiapas tiene un mejor presente y ha
decidido continuar forjando su porvenir armónico y de esperanza”.

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José López Arévalo
Las caras de la victoria: el equipo de prensa de Juan Sabines

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