viernes, noviembre 28, 2008

Desde Los Altos

Fredy López Arévalo

“Uno de los errores de la gente del gran mundo es no comprender que, si quieren que creamos en ellos, tendrán que empezar por creer ellos mismos, o al menos por respetar los elementos esenciales de nuestra creencia”.

“En busca del tiempo perdido”, Marcel Proust

Cuando todos los paradigmas han volado por los aires hechos añicos, habría que dignificar a la política, no como el arte de lo posible (esas son pendejadas del padre de los priístas, Jesús Reyes Heroles, del que aún siguen abrevando), sino como la posibilidad de hacer posible lo que pareciera imposible. Hasta donde yo entiendo la política debiera ser la búsqueda del bien común. Hace ya algunos lustros, no sé, tal vez dos o quizá tres, se comenzó a hablar de lo que años más tarde pude constatar en Dinamarca y Noruega, Suiza y Suecia. Las así mismas denominadas “Sociedades de Bienestar”, donde persiste la economía de mercado, pero a la vez existe un sistema compensatorio de carácter social, pero sobre todo verdaderos regímenes de libertades.

Cuando mi amiga Erica Hennequin, diputada estatal por el Cantón del Jura y delegada del Partido Verde Suizo para los Asuntos Extranjeros, me invitó a Berna, para que yo visitara el Parlamento, me lo redondeó así: “El Estado de bienestar, para nosotros, es un modelo donde el Estado interviene en la vida económica y social para alcanzar cotas de política social y calidad de vida. Su intervención se sustenta en los principios de justicia e igualdad social y pluralismo político como inspiradores de todas las actuaciones".

No es una receta de cocina, como pudiese parecer ni lo estoy escribiendo para que nuestros políticos aldeanos se lo fusilen y lo incorporen a su discurso (¿a poco tienen?).

Recurro a la cita, porque el miércoles pasado lamenté profundamente no haber estado presente en San Cristóbal de Las Casas, cuando el gobernador Juan Sabines Guerreo colocó la primera piedra de lo que será un nuevo y moderno Hospital Regional que ya denominan “De las culturas”. La inversión anunciada es de 226 mdp. Era una añeja demanda en de San Cristóbal de Las Casas, pero sobre todo, de los municipios alteños. Para quienes me leen no es un secreto mi abierta simpatía por Juan Sabines Guerrero. A su padre le debo lo que he sido y soy. Sin el apoyo económico de su gobierno, mi mundo se habría reducido a ser limpiabotas de los poderosos. A su descendencia, y a la descendencia de su descendencia, les debo gratitud, respeto, pero sobre todo lealtad. Me hubiese gustado estrechar la mano del gobernante y expresarle lo que aquí escribo de viva voz. Habrán de ver el revuelo que causa entre el pueblo su sola presencia para entender lo que digo. ¿Por qué Juan Sabines Guerrero concita tanto alboroto?

Como ya no tengo más espacio y lo mío no es alabar a los gobernantes hasta ahí lo dejo. “Hay que pensar en la gente”, dice el gobernador Juan Sabines Guerrero. Y cuanta razón tiene. A eso se debe su popularidad, el amor que su pueblo le profesa. De su padre –como de él- podrán decir misa (que si era un borracho, que si era mujeriego), pero nunca que haya sido ratero, ni se le sabe acumulaciones de bienes con recursos públicos. No es, por así decirlo, de los “políticos” que ven en el oficio –porque es un oficio, como lo es el periodismo- la oportunidad para hacer negocios.

¿Qué paso con Lobato?

Hace más o menos un mes, un ex edil priísta, Carlos Rodríguez Morales, acusó de despojo al también ex alcalde priísta Sergio Lobato García, actual diputado local por Teopisca y presidente de la Comisión de Justicia, en el Congreso del Estado.

La denuncia penal es la 347/AL54-T2/08. Según esto, Sergio Lobato García se apoderó de dos hectáreas propiedad de Carlos Rodríguez Morales, en el predio denominado Rancho Cruz Chula, colindante a un predio de 20 hectáreas, San Antonio Milpa Alta, que el diputado por Teopisca adquirió para enajenarlos como fraccionamiento.

Les voy a confesar algo: he rastreado la declaración patrimonial de este vival de la política, pero toda búsqueda resulta infructuosa ¿A cuánto ascendía su capital personal antes de ser alcalde de San Cristóbal de Las Casas? ¿A cuánto, al dejar de serlo? ¿Qué declaro antes de ser diputado? ¿Cuánto posee ahora?

Nada, y eso que debiera ser obligatorio de ley.

¿No hay ahí un vacío legal, o por así decirlo, una acción en sí misma ilegal?

Hasta donde he logrado investigar, Lobato García adquirió, por una suma millonaria, el predio San Antonio Milpa Alta a uno de los hermanos Tovilla, quien reside en Queretaro, mientras fingía como presidente municipal de San Cristóbal de Las Casas.

De acuerdo con los planos que amparan la propiedad del ex edil Carlos Rodríguez Morales, el diputado priísta Sergio Lobato se anexó, sin más, dos hectáreas más al total adquirido a la familia Tovilla, abusando de su posición política.

El ex alcalde demandante denunció dilación y mala fe en la Fiscalía de la Zona Altos, que obviando los caminos legales, envió el expediente a la Fiscalía Especializada en contra de la Delincuencia Organizada, con sede en Tuxtla Gutiérrez.

¿Y cómo no, que no es pues el presidente de la Comisión de Justicia, en el Congreso del Estado? ¿Qué no tiene él como una concesión del poder la Dirección de Averiguaciones Públicas en el Ministerio de Justicia?

Debido a ello, el ex alcalde Rodríguez Morales elevó su querella a la Contraloría General del Estado, para que indague por qué la Fiscalía de los Altos envió a la fiscalía especializada y se integre bien y de manera adecuada la averiguación previa contra el diputado Sergio Lobato García.

Lobato García ha sido sindicado, en anteriores ocasiones de actos reñidos con la ley, como la posesión de un auto robado, un Cavalier con placas del D.F., además de un sinnúmero de abusos de autoridad y actos de corrupción en su gestión como alcalde de Jovel, en el jugoso negocio que significó modificar y alterar la Carta Urbana municipal para convertir en zonas residenciales lo que eran zonas de amortiguamiento y de altísima fragilidad ecológica, como la zona de los humedales de Corral de Piedra y de María Eugenia; como lo es la zona de El Cubito; Los Alcanfores, y el Fraccionamiento San Francisco, solo por citar los que más polémica y malestar han originado entre los habitantes de Jovel, que han tenido que manifestarse públicamente para intentar revertir la acción del ex edil coleto que, sobra decirlo, abusó del cargo público, para incrementar su riqueza, amasada a base del trafico de influencias, el soborno y la malversación de dineros del erario público.

¿Por qué seguir solapando a estos vivales de la política?

Malas señales se envía al pueblo de Chiapas al no proceder. Debiera ser desaforado para que enfrente los cargos que se le imputan.

***Tiene suerte Roger Grajales, tendrá que aguardar hasta mañana; pero ¿no valdría la pena mandarle unas ambulancias a ulular por su casa?, digo, no vaya ser que este pasando las de Monchito Cancino. Digo.




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