domingo, septiembre 02, 2007

El ex prostíbulo la improvisada prisión para bases del EZLN

Fredy Martín Pérez.

La Trinitaria, Chis; 2 de septiembre.- En el ex prostíbulo “Las Vegas”, convertido por el gobierno del estado en una improvisada prisión, los 33 indígenas bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), desarraigados de Montes Azules, perdieron la felicidad.
El frío y el agua golpean con severidad a los 25 niños y ocho adultos, entre ellos, una anciana que el 18 de agosto fueron desarraigados por el gobierno de Buen Samaritano y Nuevo Ignacio Allende, poblados de la biosfera de Montes Azules.
Por las noches, las mujeres con sus niños en los regazaos se congregan a un lado del tubo donde las meretrices divertían a los militares y paisanos, clientes de “Las Vegas”, de protagonizaban continuos disturbios donde relucían armas de fuego.
Cuando el frío de las noches y madrugada traspasa las paredes de tablas y el agua se cuela en las láminas, no hay lugar seguro para conciliar el sueño. Los niños se sobresaltan y prorrumpen en llanto. El “refugio” moja todo el piso.
Para los tzeltales, los días también son tristes y deben refugiarse en la oscuridad del ex prostíbulo que carece de energía eléctrica.
En lo que parecía ser la caja aun se aprecia con letras rojas: “Bienvenidos” y en color negro la leyenda: “Si eres mi amigo no me fíes” (sic).
Así, el ex prostíbulo, es desde el 25 de agosto, para los tzeltales bases de apoyo del EZLN un gulag o centro de reclusión que es custodiado por oficiales de la Policía Municipal y Policía Estatal Preventiva (PEP), éstos armados con fusiles R-15.
El día que llegaron los hombres encontraron en uno de los cinco cuartos, que aun conservan las rústicas camas de madera que usaban las meretrices, una víbora de dos metros de largo. Algunos murciélagos convirtieron también ex prostíbulo como su guarida.
Los tzeltales no saben cuál será su futuro. El gobierno del estado no les ha dicho dónde los reubicará.
“Lorenzo”, uno de los desarraigados cuenta que es “muy poco” el alimento que les ha dado el gobierno y los niños y mujeres sufren las inclemencias del frío y el agua que cae del techo.
Desde hace ocho días, “aquí estamos sufriendo. No hay mucha comida y hace mucho frío”, y agrega que no saben “a dónde nos va a llevar”.
-¿Qué saben de los seis detenidos?
-Nada, responde el joven que parece estar contagiado de varicela o sarampión y que podría poner en peligro a los bebés nonatos de las dos embarazadas.
Las mujeres, dos de ellas embarazadas, difícilmente pueden hablar de sus necesidades. No saben hablar español.
A la hora de comida se congregan, calladas y cabizbajas se congregan en el improvisado fogón a ras de tierra, donde cuecen frijoles y preparan tortillas de harina de maíz.
Las niñas que cargan sus hermanitos a la espalda se mueven como prisioneras en el espacio del ex prostíbulo.
Parte de la ayuda que han recibido los desarraigados de Montes Azules ha sido enviada por la organización católica Cáritas, como agua, zapatos, cubetas y juguetes para los niños, éstos que parecen no haber perdido la felicidad.
El gobierno sólo les ha traído colchonetas y cobertores en el ex prostíbulo o gulag donde los mantiene prisioneros desde el 25 de agosto.
El domingo por la noche trascendió que el gobierno del estado había traslado a los 33 indígenas al municipio de Ocosingo.

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