miércoles, octubre 30, 2013

La Guillotina


Fernando García

“Un mentiroso siempre es pródigo en juramentos”.
Pierre Corneille

* Bicentenario reducido a 30 minutos
* Festival, el ejemplo de la desorganización

Celebración exprés
A un acto de tan sólo media hora, se resume el festejo “en grande” que el ayuntamiento preparó por el bicentenario del nombramiento de Comitán como ciudad por parte de las Cortes de Cádiz.
Desde la presentación del programa (desorganizado) del Festival Rosario Castellanos, el edil Luis Ignacio Avendaño Bermúdez así como el director del Centro Cultural, Luis Armando Suárez, invitaron a la población al festejo que tenían preparado para conmemorar este acto que, dijeron, es un orgullo para Comitán pues el nombramiento nos llegó antes que a Tuxtla o San Cristóbal.
Ahí se les cuestionó si habría más actividades de este festejo en las que pudiera participar la ciudadanía para sentir ese orgullo que trataba de contagiar un nervioso Luis Armando Suárez que tuvo bastantes problemas con la computadora, aunque la respuesta fue que sólo habrían conferencias históricas y el cierre con la Sesión Solemne de Cabildo.

Así pues, doscientos años de historia de Comitán como ciudad se redujeron a un acto meramente interno del ayuntamiento al que fueron invitados sus coordinadores y directores mediante una circular en las que además se les pedía fueran acompañados por dos personas más de su departamento.
En no más de 30 minutos, Comitán festejó su bicentenario como ciudad y reconocieron a los ponentes de esas conferencias que se dictaron en honor a tan digno festejo pero que no emocionaron a nadie.
Incluso a pesar de que la sala de Cabildo se llenó de funcionarios municipales, tres regidores faltaron: María del Rosario Rodríguez Velasco, quien dicen que anda de comisión en la ciudad de México; el priista, perredista converso a Movimiento Ciudadano, Guillermo Lupillo Rodas Pérez, de quien nadie sabe, nadie supo, y la última regidora, Adriana de la Vega Villatoro, quien, aseguran, tiene un embarazo de riesgo y se mantiene fuera de actividad por tres meses.
Así fue, en 30 minutos se recordó, se celebró y Comitán se enorgulleció de sus 200 años de historia como ciudad, orgullo que según Luis Armando Suárez, debe ser mayor porque el nombramiento llegó antes aquí que a Tuxtla o San Cristóbal sin embargo, se olvidan que ese orgullo se debe contagiar, se debe gritar a los cuatro vientos y no guardárselo sólo para un acto político interno. Yo digo.
Desorganización y ambiente gris
El Festival Internacional de las Culturas y las Artes “Rosario Castellanos”, con tan kilométrico nombre y, en esta edición, con tan maratónica duración (10 días), no emociona a nadie y está quedando a deber.
La edición de este año se caracteriza por la desorganización; un programa que no se cumple tal como lo presumieron ni en contenido ni en horarios.
Una feria del libro escondida y sin nada diferente qué presentar aunque hayan ofrecido algo “diferente y de mejor calidad”, por el contrario, los expositores deberían cerrar a las 9 de la noche pero que, este lunes que me di mi vuelta, y como los otros días, a las 8 bajan el telón y cierran.
La justificación, rumoran algunos, como se ha dicho desde la llegada del nuevo gobierno estatal y municipal, es que no hay recursos y en esta ocasión sólo se aplicaron tres millones de pesos.
Los organizadores se animaron por un programa ‘exquisito’, distinto a cualquier otro, le apostaron a la internacionalidad y no fallaron, es un programa interesante pero, lamentablemente, este festival no ha contado con la difusión adecuada y, por tanto, son pocos, muy pocos los que acuden a las actividades aunque éstas sean muy buenas.
Este festival, que en años anteriores emocionaba a nivel estatal y traspasaba las fronteras atrayendo al turismo, hoy no más no pinta más que para gris.
Se convirtió en un festival casero, cuyas actividades parecieran organizadas por la Casa del Cultura del lugar, actividades de esas que permanentemente deberíamos tener en una ciudad o un pueblo como Comitán.
Lamentablemente, la décimo tercera edición del “Rosario Castellanos” no es lo que se esperaba y el reclamo debe ser tanto para los organizadores locales como estatales.
Ojalá que el próximo año le metan muchas más ganas y no nos queden a deber como en esta ocasión que no levantan ni a los muertos que ya están con un pie fuera de la tumba.
La última y nos vamos
Justifican algunos lo grisáceo del presente Festival Rosario Castellanos con el dicho de la falta de paga, aunque se aplicaron tres millones de pesos.
Aunque ya que estamos en cosas de números, ¿nos podrían decir los encargados del evento cuánto se está pagando por un escenario que estará instalado en el parque central con equipo de sonido e iluminación por 10 días pero de los cuáles se utilizará apenas la mitad?
He ahí un dinero mal empleado y una mala organización o planeación.
¿No hubiera sido mejor un festival con duración de siete días y cuyos días finales hubiera presentado eventos masivos en el “foro central” para evitar los días ociosos de ese equipo rentado?

Dudas, comentarios y chismes, favor de enviarlos a laguillotina.xt@gmail.com y en ‘feisbuk’ a la página La Guillotina.

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