Fernando García
“Un
mentiroso siempre es pródigo en juramentos”.
Pierre Corneille
Pierre Corneille
* Bicentenario reducido a 30 minutos
* Festival, el ejemplo de la desorganización
Celebración exprés
A un acto de tan sólo
media hora, se resume el festejo “en grande” que el ayuntamiento preparó por el
bicentenario del nombramiento de Comitán como ciudad por parte de las Cortes de
Cádiz.
Desde la presentación del
programa (desorganizado) del Festival Rosario Castellanos, el edil Luis Ignacio
Avendaño Bermúdez así como el director del Centro Cultural, Luis Armando
Suárez, invitaron a la población al festejo que tenían preparado para
conmemorar este acto que, dijeron, es un orgullo para Comitán pues el
nombramiento nos llegó antes que a Tuxtla o San Cristóbal.
Ahí se les cuestionó si
habría más actividades de este festejo en las que pudiera participar la
ciudadanía para sentir ese orgullo que trataba de contagiar un nervioso Luis
Armando Suárez que tuvo bastantes problemas con la computadora, aunque la
respuesta fue que sólo habrían conferencias históricas y el cierre con la
Sesión Solemne de Cabildo.
Así pues, doscientos años
de historia de Comitán como ciudad se redujeron a un acto meramente interno del
ayuntamiento al que fueron invitados sus coordinadores y directores mediante
una circular en las que además se les pedía fueran acompañados por dos personas
más de su departamento.
En no más de 30 minutos,
Comitán festejó su bicentenario como ciudad y reconocieron a los ponentes de
esas conferencias que se dictaron en honor a tan digno festejo pero que no
emocionaron a nadie.
Incluso a pesar de que la
sala de Cabildo se llenó de funcionarios municipales, tres regidores faltaron:
María del Rosario Rodríguez Velasco, quien dicen que anda de comisión en la
ciudad de México; el priista, perredista converso a Movimiento Ciudadano,
Guillermo Lupillo Rodas Pérez, de quien nadie sabe, nadie supo, y la última
regidora, Adriana de la Vega Villatoro, quien, aseguran, tiene un embarazo de
riesgo y se mantiene fuera de actividad por tres meses.
Así fue, en 30 minutos se
recordó, se celebró y Comitán se enorgulleció de sus 200 años de historia como
ciudad, orgullo que según Luis Armando Suárez, debe ser mayor porque el
nombramiento llegó antes aquí que a Tuxtla o San Cristóbal sin embargo, se
olvidan que ese orgullo se debe contagiar, se debe gritar a los cuatro vientos
y no guardárselo sólo para un acto político interno. Yo digo.
Desorganización y ambiente gris
El Festival Internacional
de las Culturas y las Artes “Rosario Castellanos”, con tan kilométrico nombre
y, en esta edición, con tan maratónica duración (10 días), no emociona a nadie
y está quedando a deber.
La edición de este año se
caracteriza por la desorganización; un programa que no se cumple tal como lo
presumieron ni en contenido ni en horarios.
Una feria del libro
escondida y sin nada diferente qué presentar aunque hayan ofrecido algo
“diferente y de mejor calidad”, por el contrario, los expositores deberían
cerrar a las 9 de la noche pero que, este lunes que me di mi vuelta, y como los
otros días, a las 8 bajan el telón y cierran.
La justificación, rumoran
algunos, como se ha dicho desde la llegada del nuevo gobierno estatal y
municipal, es que no hay recursos y en esta ocasión sólo se aplicaron tres
millones de pesos.
Los organizadores se
animaron por un programa ‘exquisito’, distinto a cualquier otro, le apostaron a
la internacionalidad y no fallaron, es un programa interesante pero, lamentablemente,
este festival no ha contado con la difusión adecuada y, por tanto, son pocos,
muy pocos los que acuden a las actividades aunque éstas sean muy buenas.
Este festival, que en
años anteriores emocionaba a nivel estatal y traspasaba las fronteras atrayendo
al turismo, hoy no más no pinta más que para gris.
Se convirtió en un
festival casero, cuyas actividades parecieran organizadas por la Casa del
Cultura del lugar, actividades de esas que permanentemente deberíamos tener en
una ciudad o un pueblo como Comitán.
Lamentablemente, la
décimo tercera edición del “Rosario Castellanos” no es lo que se esperaba y el
reclamo debe ser tanto para los organizadores locales como estatales.
Ojalá que el próximo año
le metan muchas más ganas y no nos queden a deber como en esta ocasión que no
levantan ni a los muertos que ya están con un pie fuera de la tumba.
La última y nos vamos
Justifican algunos lo
grisáceo del presente Festival Rosario Castellanos con el dicho de la falta de
paga, aunque se aplicaron tres millones de pesos.
Aunque ya que estamos en
cosas de números, ¿nos podrían decir los encargados del evento cuánto se está
pagando por un escenario que estará instalado en el parque central con equipo
de sonido e iluminación por 10 días pero de los cuáles se utilizará apenas la
mitad?
He ahí un dinero mal
empleado y una mala organización o planeación.
¿No hubiera sido mejor un
festival con duración de siete días y cuyos días finales hubiera presentado
eventos masivos en el “foro central” para evitar los días ociosos de ese equipo
rentado?
Dudas, comentarios y
chismes, favor de enviarlos a laguillotina.xt@gmail.com y
en ‘feisbuk’ a la página La
Guillotina.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario