ROTONDA PUBLICA

Elio Henríquez
-¿Existe la justicia?
Poco a poco han sido liberados en los dos últimos años y medio, cerca de 60 de los más de 80 indígenas acusados del asesinato de 45 personas en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, el 22 de diciembre de 1997.

            Los acusados, ya sentenciados, han alcanzado tal beneficio como resultado de recursos de impugnación interpuestos ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
            Si la Corte encontró elementos para liberarlos es porque son inocentes, hubo fallas graves el todo el proceso jurídico, empezando por la detención, o es producto de un decisión política de alto nivel.
            El caso es que casi tres cuartas partes de los acusados del multihomicidio que hace 15 años conmovió al país han obtenido su libertad, después de permanecer más de una década en la cárcel.
            Como otros casos de la magnitud histórica de éste, el de Acteal seguramente terminará siendo resuelto –en caso de que así ocurra algún día-- por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
            Largos como son estos procesos, para cuando esto ocurra, probablemente varios de los actores y autores –incluidos los presuntos homicidas materiales e intelectuales—ya no vivan ni se enteren de la eventual resolución, que seguramente sería de condena al Estado Mexicano.
            En lugar de aclararse, el caso se ha ido enredando más cada día no sólo por la liberación de los presuntos autores materiales del homicidio de 21 mujeres, 15 niños y 9 hombres, sino porque han aparecido nuevas situaciones como la acusación que dos supuestos ofendidos han hecho con la ayuda de abogados de Estados Unidos en contra del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien estaba en el poder cuando ocurrieron los hechos.
            Lo más reciente de este entramado, aparte de la liberación del indígena Marcos Arias Pérez ocurrida el pasado miércoles, es el revés al exmandatario en el juicio que se le sigue en los Estados Unidos, ya que el juzgado 16 de distrito en materia administrativa con sede en la ciudad de México, amparó a los demandantes.
            El juzgado determinó que las autoridades mexicanas violaron la Constitución, diversos tratados internacionales sobre derechos humanos, al solicitar que el gobierno de Estados Unidos  concediera inmunidad para Zedillo Ponce de León, con lo cual se favorecería la posibilidad de que se le procesara en el vecino país.
            Si como se dice, es el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, que ha regresado al poder con mucho poder, el que está detrás de la acusación, su sucesor en Los Pinos tendrá que batallar mucho para evitar ser llevado a juicio en el vecino país o cuando menos exhibido un buen tiempo.
            Si 15 años después de ocurrida la matanza las cosas siguen sin aclararse y el proceso continúa de una u otra forma, significa que el procedimiento se hizo mal desde el principio, probablemente a propósito, como ocurre en estos casos, para que nunca se llegue a la verdad, o cuando menos para dificultarlo al máximo.
            Ello significa también que existen responsables de haber realizado mal su trabajo en la integración de las averiguaciones previas correspondientes, por ejemplo, y que deberían de ser sancionados, pero de eso nada se dice.
            Adicionalmente, la liberación de los acusados representa un problema para el gobierno del estado, pues tiene que cuidar que no regresen al municipio de Chenalhó para evitar confrontaciones con los familiares y compañeros de las víctimas, aunque no siempre se ha logrado el propósito de evitar que retornen al terruño, con las consecuencias que ello conlleva.
            Al parecer, hasta la fecha no se han registrado hechos graves que lamentar por el supuesto retorno de los liberados a sus comunidades de origen, pero el riesgo está latente.
            En contraste con la excarcelación de los acusados de la masacre de Acteal, aparece que el caso del también indígena, Alberto Patishtán Gómez, inculpado de haber participado en la muerte de siete policías estatales en 2000 en una carretera que comunica a los municipios de El Bosque y Simojovel.
            El tzotzil, que está recluido en el penal de San Cristóbal, ha perdido hasta ahora todas las batallas jurídicas, a pesar de haber demostrado que el proceso penal está lleno de vicios y errores; la última de ellas la semana pasada justamente ante la SCJN, aunque le queda otra oportunidad.
El suyo es de de igual forma un caso emblemático ya no sólo en el país sino en el extranjero y si no es liberado en la instancia que falta en México, seguramente también será objeto de atención de la CIHD. Cuando un caso es llevado a este organismo internacional, significa que algo anda mal en la justicia nacional de un país.
Por el contexto en que se encuentran los casos Aateal y Patihstán Gómez, puede advertirse que todavía darán mucho de qué hablar en los próximos años.
PICOTAZOS  
Tienen razón quienes afirman que alguna autoridad debería de regular el cobro de las rentas en los andadores turísticos de San Cristóbal, ya que los dueños de las casas cada día le suben más sin que alguien ponga orden. En no pocos casos, los  alquileres son exageradamente elevados y el que termina pagando los incrementos es el cliente que consume lo que se vende en estos sitios… Desgraciadamente la inseguridad ha aumentado en la ciudad en los meses recientes. Como que fuera cíclico este problema que se presenta en determinadas etapas de cada administración. Ha habido robo de vehículos y cristalazos en el centro histórico y afuera. Entre los afectados están varios jóvenes de Yucatán que en días pasados llegaron a la ciudad para participar en competencias deportivas. Resulta que dejaron su autobús en el estacionamiento de una plaza comercial y en minutos les robaron todas sus pertenencias, sin que al parecer nadie se diera cuenta. La pregunta es: ¿Qué no están funcionando las cámaras de seguridad que son controladas desde la base de la Policía Municipal que tanto dinero han costado?..  FIN  

eliohenriquez@hotmail.com