La Trinitaria, Chis; 28 de febrero.- Eduardo Paíz Esteba, de 34 años de edad, lo encontraron muerto en la puerta de su casa, en el condado de Lowndes, Georgia, donde vivía desde el 2006, después de dejar su casa, en el ejido Cuauhtémoc, de este municipio. Iba a Estados Unidos en busca de una “mejor vida”.
Meses después de abandonar su hogar, Hilda su esposa conoció a un hombre, con el que se fue a vivir y dejó en la casa de su madre, a los gemelos que había procreado con Eduardo, dicen sus familiares.
Cuando el migrante se enteró que su familia se había desintegrado y los gemelos había quedado al cuidado de su abuela, empezó a ingerir alcohol, “donde gastaba todo su dinero que ganaba en la pizca de jitomate”.
Fernando Paíz Esteban, hermano de la víctima, cuenta que cuando Eduardo se enteró que su esposa se “fue con otro hombre”, “sufrió mucho” y fue cuando empezó a tomar.
El dinero que ganaba le servía para pagar la casa que rentaba, comprar algo de comida y el alcohol.
El 28 de diciembre, después de seis años de haber dejado su comunidad, Eduardo fue encontrado muerto en la puerta de su casa, a la 03:05 horas, en el condado de Lowndes.
Un amigo de Eduardo se comunicó hasta Cuauhtémoc, en los límites de la frontera con Guatemala, para informar a los familiares de la víctima, lo que había ocurrido y fue que un día después Fernando se contactó con el activista Mario Luis Albores, para que se encargara de realizar los trámites de la repatriación del cuerpo.
Los trámites fueron complicados, pero sobre todo establecer comunicación con el consulado de México en Georgia, “fue muy complicado, porque las líneas telefónicas estaban saturadas”, explica Albores.
Contactó entonces a la organización no gubernamental “Voces mesoamericanas”, donde se consiguió establecer comunicación con la policía, pero el cuerpo de Eduardo no salía del forense.
El coroner (médico forense) no estableció las causas del deceso de Eduardo y en certificado médico expedido el 25 de febrero, determinó como “pendiente” la resolución, que podría definir en próximos días, en cuanto tenga las pruebas del laboratorio.
Aunque el cuerpo le practicaron la necropsia, no se le encontraron lesiones que le hayan provocado la muerte al migrante.
El martes a temprana hora, el cuerpo de Eduardo llegó al aeropuerto “Ángel Albino Corzo” y fue recibido por Fernando y Mario Luis Albores.
Albores explicó que ese es uno de los casos que más se han tornado difícil, porque no se pudo contactar con rapidez al consulado de México en Georgia.
Pero fue gracias a que la oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que se ubica en Comitán, consiguió establecer comunicación con el consulado a través de intranet, se pudo “traer el cuerpo” a Chiapas.
Albores que en 11 años ha participado en la repatriación de 140 cuerpos de chiapanecos que fallecieron en los Estados Unidos, dijo que los casos más tardados fue uno que “nos llevó nueve meses, otro siete, otro cuatro y otro de dos meses”.
El cuerpo de Eduardo será inhumando este miércoles en el ejido Cuauhtémoc, una zona que colinda con el parque nacional Lagos de Montebello.
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