Se trata de Flavio Solís Moreno, que en las recientes horas, decenas de habitantes lo despojaron de su hogar y 42 hectáreas de su propiedad que usaba para el cultivo de maíz y frijol.
De acuerdo a la averiguación previa 00904-TI/2008, Solís Moreno fue acusado de haber atacado a tiros a Agenor Espinosa Ramírez y Adán Guillén López, en el 2005, pero las pruebas presentadas confirmaron que no tuvo nada que ver en los hechos.
Sin embargo, a principios de este año, los habitantes de Sinaloa y militantes del Frente Revolucionario de Campesinos y Trabajadores de México, mantuvieron una serie de hostigamiento en contra de Solís Moreno, al suspenderle los servicios de agua y luz.
Además, decenas de personas establecieron en abril pasado, un bloqueo carretero para exigir su salida de la comunidad, hecho que se concretó en las recientes horas.
Después de los hechos, las autoridades exigieron a Solís Moreno que pagara 30 y 40 mil pesos, a Espinosa Ramírez y Guillén López, como parte del proceso de curación por las lesiones, aunque “en el juzgado se comprobó que nada tenía que ver en los hechos”.
Sin nada que hacer, Solís Moreno escuchó el sábado parado la decisión de Manuel Alfaro García y Juan Carlos Alfaro, consejo de vigilancia y agente municipal de Sinaloa, que ordenaron su expulsión de la comunidad y la destrucción de su hogar.
Con lo poco que pudo recuperar de su hogar, el campesino abandonó la comunidad donde nació, para buscar “refugio” en oto punto del municipio.
Antes de su expulsión, las autoridades ejidales presionaron a funcionarios para que ya no recibiera apoyos de los programas Oportunidad y Procampo.
Solís Moreno pidió la intervención de los organismos de derechos humanos y autoridades judiciales, con el fin de recuperar su hogar y sus tierras, porque no es posible que “me quiten mi patrimonio por un hecho que no cometí”.
Dijo que “no es posible que se concrete esta violación a sus derechos”, por lo que pidió que se abra una investigación contra las autoridades con el fin de recuperar sus tierras y su casa.
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