Fredy Martín Pérez
Natalia Simoncini es una joven artista con una ascendente carrera en Argentina, su país. Nacida en Rafaela, en la provincia de Santa Fe, desde muy pequeña inició sus estudios musicales. En la actualidad es integrante de la banda de rock Los cuervos.
Simoncini recién estuvo en Chiapas y durante 14 días, se presentó en San Cristóbal de las Casas, Comitán, Villa de las Rosas, Comitán, la cabecera municipal de Las Margaritas y la comunidad de Bajucú.
Simoncini ofreció una entrevista a Meridiano y habló entre otras cosas del levantamiento armado del EZLN, al decir que gracias a este movimiento los grupos indígenas dejaron de ser invisibilizados.
Llegó a la entidad, únicamente con Melisa, otra joven argentina, que lo acompañó con el bombo y charango, en sus presentaciones.
Esta es la entrevista:
-¿Que nos puedes decir de tu trayectoria, de tu trabajo como artista?
-Soy Natalia Simoncini. Ese es mi nombre de pila y mi nombre artístico.
Soy solista pero también canto con un grupo de hombres, que son cinco músicos, un baterista, un bajista, un guitarrista eléctrico; a veces me acompaña un gaitero, este instrumento lo utilizo para marcar lo hispano, de Galicia, que lo uso en contraposición de la cultura indígena en América Latina. La mayor parte de mi repertorio reúne canciones de América Latina, sobre todo rescatando una mirada de la mujer que dio a conocer la historia: desde Juana Sulo, en Perú; Violeta Parra, en Chile; Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Argentina, que son las mujeres que representan la memoria, la verdad y la justicia de mi país, porque tuvimos un gobierno militar en el año 1976 a 1983, donde asesinaron y torturaron a muchos compatriotas, por el simple hecho de pensar, por el simple hecho de querer ser hombres o mujeres que aportaban a la equidad… Mis padres fueron militantes, junto con un grupo de compañeros de mi ciudad. Yo no soy de Buenos Aires, pero vivo en Buenos Aires por cuestiones artísticas. Soy originaria de la provincia de Santa Fe. Mi ciudad de nacimiento se llama Rafaela, que es una ciudad de 150 mil habitantes. La mayor parte de la genética que tenemos en mi país, es un 80 por ciento de italianos y españoles y la minoría la compone la cultura indígena, que es un tema que yo toco en mi música, en mis cantos, por una cuestión de recomponer un hecho histórico ¿no?, porque los pueblos originarios son el origen, por eso la palabra que tuvo como origen la representación de la civilización: el suelo, la tierra.
-¿Cómo podrías considerar este momento?
-Este momento que estamos viviendo aquí con Melisa, es un momento muy importante, porque pudimos llegar a México a través de nuestra Cancillería Argentina del área de asuntos culturales, a través de un par de cuestiones y gracias al momento político que está viviendo mi país. Tenemos la dicha de tener una mujer, (como presidenta Cristina Fernández) con una capacidad de amplitud de todas las clases sociales y sobre todo a lo que compete a derechos humanos, para darnos un lugar a las mujeres en el arte, motivo por el cual yo puedo agradecer a mi país, por habernos permitido viajar y costear nuestros gastos para estar en México.
-¿Porqué escogieron esta región de México para visitar?
-Esta región de México tiene para mi, un interés mayor, que tiene que ver con la gran capacidad que tienen las culturas indígenas, que son muchas, a diferencia de Argentina que están muy fragmentadas, por no decir una palabra que no me gusta, pero que es así, casi en la extinción: de sus lenguas, de sus representaciones sociales. El indígena en Argentina no ocupa el mismo lugar que ocupa el indígena acá y creo que hay una sola razón o motivo fundamental, es que aquí casi todos son de una raíz o una cultura genética indígena. Entonces más allá de los modos o las fórmulas culturales con las que cada uno venimos, la mirada está puesta en México, primero por esa cuestión de revalidar o revalorizar las raíces indígenas. Me parece que tienen una pureza muy significativa, ya sean en sus costumbres, en su respeto, en su amabilidad; en un montón de cuestiones que son muy diferentes a las nuestras. Y por otra parte, estamos acá también, porque la profesora María Roselia Jiménez, viajó hace un par de años a la Argentina, a un encuentro de pueblos originarios y la verdad es que se mantiene un vínculo, digo yo, no solo humano, sino que la música o el arte propicia siempre esas cuestiones de la humanidad. Son vínculos humanos y a través de esos vínculos humanos uno va tejiendo una gran red de relaciones y bueno poco a poco a través de esas gestiones que se inician por Internet, los correos electrónicos y las ganas están puestas en este país, por una cuestión de testimonio de pueblos originarios que es muy fuerte y mucho más rico que en mi país, que en mi patria. En segundo lugar, se pudo hacer posible por esta amiga que radica aquí en Comitán, que bueno, tuvo la deferencia y la amabilidad de correspondernos en el trámite para que pudiéramos estar aquí.
-¿Cómo reflejas en tus canciones la situación que vive América Latina?
-Yo creo que nosotros los que miramos muchísimo en nuestro país, los artistas, ¿digo no?, tiene que ver con una unificación que lleva por nombre político: la Unasur, que es una red o una unificación de los presidentes de la América Latina. La idea de nuestro gobierno, como de otros gobiernos de estado, de diferentes países, Colombia, Venezuela, México, tienen la mirada puesta en una vinculación de hermandad, de intercambio, porque solamente así, se puede hacer más fuerte, sobre todo si uno mira al país del norte que es la potencia en el mundo, como se suele decir. Entonces cuando se hace esa unificación, nosotros como artistas de nuestro país, sentimos el impulso, desde nuestro gobierno, para poder empezar andar entre los país hermanos. Es así muy simple y la verdad es que bueno México tiene para mi una historia muy rica, una historia maya que es bellísima y falta mucho por descubrir todavía, porque nuestra estadía aquí es muy corta, son catorce días, cada día estamos en diferentes lugares, para aprovecharlo como se suele decir. De todas maneras en catorce días no se aprende todo como uno quisiera.
-Del movimiento zapatista ¿qué les ha atraído? ¿Cómo lo ven desde el sur?
-Uno allá se entera por los medios de comunicación. En mi caso, yo soy una mujer muy curiosa, investigo por mi propia cuenta a través del Internet. Estando aquí, hablando con gente con gente del Centro Estatal de Lenguas, Arte y Literatura Indígenas y también con mi amiga Roselia pudimos platicar un poco más finito sobre el asunto y creo que gracias al movimiento zapatista, al levantamiento, como se suele decir, dejaron de ser invisibilizadas las culturas indígenas de acá de la tierra de ustedes y eso, sirve en el mundo, porque cuando uno tiene la capacidad de pensar, tiene la capacidad de razonar y uno tiene por herramienta también la voz, para poder expresar sus ideas, la necesidades de igualdad y me parece que el movimiento zapatista fue visto como eso allá en nuestro país, sobre todo en las personas que tenemos un interés en lo que tiene que ver los derechos humanos.
-¿Qué tal tu carrera en Argentina?
-Yo tengo un grupo. Mi formación, como me presentan a mi en mi país, es Natalia Simoncini. No tengo un nombre artístico. Ese es mi nombre de nacimiento. Mi padre es de origen italiano, mi madre de origen española y mi bisabuela, por parte de abuela materna, es un indígena de la etnia mocoví. Los mocovíes se alojaron o hablan sus lenguas y tienen sus costumbres muy reducidas a esa comunidad, en las márgenes del río Paraná. El Paraná es como si les dijera para ustedes el río más importante de México. Es un río muy caudaloso que baja desde el Amazonas, bordeando el Brasil y llega hasta nuestro país.
En mi grupo yo me presentó así. Me he podido desarrollar muy bien como mujer en el arte. Estoy ocupando muchos espacios y tengo un grupo de músicos, como te decía antes, trabajo con una banda integrada por cinco personas. No pudo la Cancillería darnos todos esos pasajes. La idea es con el tiempo poder lograrlo. Vine con Melisa que va hacer un acompañamiento muy simple, con el bombo, el charango y yo con la guitarra eléctrica.
-¿Qué es para ti la música?
-Yo tengo 35 años de vida y desde los cinco años me atreví a cambiar, medio tímida. A los 16 participe en certámenes y a partir de ahí fue encauzando por una etapa profesional. Mi vida pasa por la música, si no fuera por la música no existiría.
-¿Escribes o solo cantas de otras artistas?
-Escribo y canto de otras artistas.
-¿Qué has recogido de aquí?, ¿qué podrías recoger para componer?
-Lo que me impactó a mi como un tesoro y lo voy a llevar muy adentro mío y también nos estamos llevando libros y discos, lo que voy a llevar es la capacidad que tienen de preservar y conservar las lenguas. Cuando yo vuelva a Argentina, voy a tratar de poder cantar las lenguas que ustedes tienen aquí. Es muy difícil que mexicanos, gente de la cultura indígena vayan para allá. Mientras tanto, el trabajo lo tengo que ir haciéndolo yo. El año que viene, si Dios quiere, vamos a poder llevar gente de aquí. Está el compromiso con María Rosalía, está el compromiso con algunos artistas de San Cristóbal de las Casas, pero mientras tanto, el camino lo tengo que ir abriendo yo. Así que voy abrir el camino allá, dando a conocer la música de acá, cantándola.
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