Los uniformados presuntamente en estado de ebriedad, mismos que tienen su domicilio cercano al parque central, pero por el estado etílico en que se encontraban desenfundaron sus armas y realizaron varios disparos al aire.
Los tres militares alarmaron a los vecinos, quienes de inmediato pidieron apoyo a la policía municipal para proceder a detener a los armados.
En cuestión de minutos la policía arribó al lugar y encontró a los tres militares que se encontraban de civil pero armados, caminando por 3ª avenida y primera calle sur poniente.
Los militares que son parte de un grupo especial que arribó a la ciudad para llevar a cabo una serie de investigaciones en la Frontera México-Guatemala, intentaron poner resistencia para evitar que fueran detenidos.
La camioneta de la Policía traslado a los elementos del ejército a la base de la comandancia.
En ese momento varios reporteros locales arribaron a las instalaciones de la policía municipal, para indagarse de la situación jurídica de los tres militares que pertenecen al 91 Batallón de Infantería.
Pero al estar afuera de las instalaciones, otro grupo de militares vestidos de civil, trato de impedir que los reporteros ingresaran al lugar y fotografiaran a los detenidos, arremetiendo con golpes a los cinco reporteros que se encontraban cubriendo la nota.
Mientras se daba el zafarrancho, los tres militares que al parecer ya habían sido liberados por órdenes del teniente y coordinador de la Policía municipal, Julio Anselmo Bepox, según dijeron algunos militares.
Más tarde altos mandos del 91 Batallón arribaron a las instalaciones de la Policía, donde aun se encontraban los reporteros agredidos, con el fin de resarcir los daños que cometieron sus subordinados.
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