F. Darinel
“(Yavé) Está alerta
a lo largo del buen camino
para proteger
Hoy es 10 de mayo, y es el día en que desde hace 89 años en nuestro país conmemoramos a nuestras madres. Hay muchos que afirman que es en est4e mes el festejo a ellas, porque tiene que ver con un antiguo festejo griego, y que en rememoración a ello se instauró en México por esto, aunque el dato preciso es que el día de las madres en México tiene origen desde hace 89 años; como apunté al principio, cuando un periodista llamado Rafael Alducin, que trabajaba para el periódico "Excélsior", hizo una invitación un 13 de Abril de 1922 a toda le gente, para que propusieran un día de
festejo a las madres y se votó por el 10 de mayo, y fue así como el 10 de mayo de 1922, por primera vez en México se celebró a la madres. Aunque yo creo que es obra de los comerciantes y soy de los que dicen que “el día del amor” y “de la madre” deben ser todos los días, pero a pesar de esta afirmación que hago, este día –porque el 14 de febrero, ese si no lo conmemoro, eso sí es puro comercio- aunque opine que para las madres tiene que ser todos los días, no dejó de unirme a una tradición, que como todos traigo arraigada, y que no tiene nada de malo honrar a nuestras madres este día.
Para todas ellas
Así que vos Lucita Hernández, vos Adrianita “Chía”, vos Lucita, vos Marita, vos Conchita que sos una mamá para todos tus sobrinos, vos Rosy “Güera”, vos "Gaby" Coutiño, vos Galdys. vos Ada que también fungís con ese rol para tus sobrinos también... “tía Güera”, allá cerca de Dios donde estasté, Doña Tere Barrera, vos Meches, “Tía Pancha”, todas mis tías, todas mis primas, todas mis conocidas que son mamás y todas mis amigas que tienen esa dicha, así como a las esposas de quienes admiro respeto y trato con poca o mucha frecuencia y a las esposas de mis amigos: vos Karyna, vos Paty, y las que por un error de esta memoria no las menciono, en este y todos los días de su vida, siempre les deseo y les deseare lo mejor, y con el siguiente poema reciban mi más sincera muestra de respeto, cariño y admiración… felicidades
Nocturno a mi Madre
Ernesto Moreno Machuca
I
Madre:
Yo no sé por qué bajaron los luceros a la fuente;
será para ver tu rostro y besar tu linda frente y
darte su luz plateada para platearte las sienes.
Yo no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte,
ni por qué se me despierta el niño azul de mis
duendes.
Será porque voy mirando cómo tu faz envejece,
cómo tus ojos se ciegan y tus manos ya no tienen
el vuelo con que trazaban sus bendiciones
celestes.
Será porque me cercioro que ya tus labios no tienen
más canciones, que los rezos que entre tu pecho se
duermen, como antaño se dormía el niño que fui,
sonriente.
Yo no sé por qué bajaron luceros de oro a mi mente; será
para contemplarte de cerca, los ojos rientes y robarles la
pureza de su fulgor permanente.
Y no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte;
será porque ya tus pasos no son ágiles ni alegres, como antaño,
cuando daban a mis pies, andares breves.
Será porque con el tiempo más católica te vuelves y
cumples entusiasmada con amor, los "nueve viernes" y no
sales de la iglesia donde me mandas, a veces...
II
En cambio, sé por qué lloro en las noches, de repente, de
pensar que puedes irte así no más, para siempre,
dejándome sin tus ojos, sin tus consejos solemnes, sin tu
voz y sin tus risas que son como pan celeste.
III
Madre: Yo no sé por qué me tiemblan
las palabras, cuando miro que te me vas
apagando como se apagan los cirios; que se te
llena la cara de arrugas y de caminos, por
donde ya transitaron los duendes de los
suspiros, labrando surcos de tiempo
empapados de rocío.
Y no sé por qué contemplo entre tus brazos
queridos, una cuna imaginaria libre de penas y
ruidos, donde quisiera quitarme un momento,
los cilicios de la amargura dejada por los
amores fingidos.
IV
Madre: Ignoro por qué bajaron los
luceros a la fuente; será para contemplarte los
ojos, dulces y rientes, y darte su luz plateada
para platearte las sienes.
Y no sé por qué sollozan mis
pobres ojos al verte, ni por qué se
me desborda el pecho, como
torrente.
¡Será porque voy mirando cómo
también envejece, mi corazón
traicionado que sólo espera la
muerte!
¡Ay Madre, no te envejezcas ni te
marches de repente, dejándome sin
tu vida, sin tu presencia terrestre y
sin tu mano que traza bendiciones
en mi frente!
Deja que tome los astros que
bajaron a la fuente y me bañe la
cabeza para platearme las sienes
y me nutra con tus risas que son
como pan celeste, ¡y déjame que
te cante antes que llegue la
muerte!
Es cuanto
adriancitio@yahoo.com.mx
el caminar de sus fieles.”
Proverbios (2 , 8)
“FELIZ DÍA DE LAS MADRES”
LOS CAMINOS DE HOY
Algo de historia
Hoy es 10 de mayo, y es el día en que desde hace 89 años en nuestro país conmemoramos a nuestras madres. Hay muchos que afirman que es en est4e mes el festejo a ellas, porque tiene que ver con un antiguo festejo griego, y que en rememoración a ello se instauró en México por esto, aunque el dato preciso es que el día de las madres en México tiene origen desde hace 89 años; como apunté al principio, cuando un periodista llamado Rafael Alducin, que trabajaba para el periódico "Excélsior", hizo una invitación un 13 de Abril de 1922 a toda le gente, para que propusieran un día de
festejo a las madres y se votó por el 10 de mayo, y fue así como el 10 de mayo de 1922, por primera vez en México se celebró a la madres. Aunque yo creo que es obra de los comerciantes y soy de los que dicen que “el día del amor” y “de la madre” deben ser todos los días, pero a pesar de esta afirmación que hago, este día –porque el 14 de febrero, ese si no lo conmemoro, eso sí es puro comercio- aunque opine que para las madres tiene que ser todos los días, no dejó de unirme a una tradición, que como todos traigo arraigada, y que no tiene nada de malo honrar a nuestras madres este día.
Para todas ellas
Así que vos Lucita Hernández, vos Adrianita “Chía”, vos Lucita, vos Marita, vos Conchita que sos una mamá para todos tus sobrinos, vos Rosy “Güera”, vos "Gaby" Coutiño, vos Galdys. vos Ada que también fungís con ese rol para tus sobrinos también... “tía Güera”, allá cerca de Dios donde estasté, Doña Tere Barrera, vos Meches, “Tía Pancha”, todas mis tías, todas mis primas, todas mis conocidas que son mamás y todas mis amigas que tienen esa dicha, así como a las esposas de quienes admiro respeto y trato con poca o mucha frecuencia y a las esposas de mis amigos: vos Karyna, vos Paty, y las que por un error de esta memoria no las menciono, en este y todos los días de su vida, siempre les deseo y les deseare lo mejor, y con el siguiente poema reciban mi más sincera muestra de respeto, cariño y admiración… felicidades
Nocturno a mi Madre
Ernesto Moreno Machuca
I
Madre:
Yo no sé por qué bajaron los luceros a la fuente;
será para ver tu rostro y besar tu linda frente y
darte su luz plateada para platearte las sienes.
Yo no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte,
ni por qué se me despierta el niño azul de mis
duendes.
Será porque voy mirando cómo tu faz envejece,
cómo tus ojos se ciegan y tus manos ya no tienen
el vuelo con que trazaban sus bendiciones
celestes.
Será porque me cercioro que ya tus labios no tienen
más canciones, que los rezos que entre tu pecho se
duermen, como antaño se dormía el niño que fui,
sonriente.
Yo no sé por qué bajaron luceros de oro a mi mente; será
para contemplarte de cerca, los ojos rientes y robarles la
pureza de su fulgor permanente.
Y no sé por qué sollozan mis pobres ojos al verte;
será porque ya tus pasos no son ágiles ni alegres, como antaño,
cuando daban a mis pies, andares breves.
Será porque con el tiempo más católica te vuelves y
cumples entusiasmada con amor, los "nueve viernes" y no
sales de la iglesia donde me mandas, a veces...
II
En cambio, sé por qué lloro en las noches, de repente, de
pensar que puedes irte así no más, para siempre,
dejándome sin tus ojos, sin tus consejos solemnes, sin tu
voz y sin tus risas que son como pan celeste.
III
Madre: Yo no sé por qué me tiemblan
las palabras, cuando miro que te me vas
apagando como se apagan los cirios; que se te
llena la cara de arrugas y de caminos, por
donde ya transitaron los duendes de los
suspiros, labrando surcos de tiempo
empapados de rocío.
Y no sé por qué contemplo entre tus brazos
queridos, una cuna imaginaria libre de penas y
ruidos, donde quisiera quitarme un momento,
los cilicios de la amargura dejada por los
amores fingidos.
IV
Madre: Ignoro por qué bajaron los
luceros a la fuente; será para contemplarte los
ojos, dulces y rientes, y darte su luz plateada
para platearte las sienes.
Y no sé por qué sollozan mis
pobres ojos al verte, ni por qué se
me desborda el pecho, como
torrente.
¡Será porque voy mirando cómo
también envejece, mi corazón
traicionado que sólo espera la
muerte!
¡Ay Madre, no te envejezcas ni te
marches de repente, dejándome sin
tu vida, sin tu presencia terrestre y
sin tu mano que traza bendiciones
en mi frente!
Deja que tome los astros que
bajaron a la fuente y me bañe la
cabeza para platearme las sienes
y me nutra con tus risas que son
como pan celeste, ¡y déjame que
te cante antes que llegue la
muerte!
Es cuanto
adriancitio@yahoo.com.mx




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