miércoles, abril 27, 2011

B’EJALTIK (Muchos Caminos)

F. Darinel

Caminito de la escuela,
pataleando hasta el final,
la tortuga va que vuela
procurando ser puntual.
Francisco Gabilondo Soler

“A TU DOLOR”

LOS CAMINOS DE HOY

Sinceramente

Para iniciar con la opinión del día de hoy, que es a lo que me dedicaré por entero en estas líneas, primeramente y sin más que agregar, quiero hacerle llegar por este medio, mis verdaderas y más sentidas muestras de condolencia a mi compañero de oficio, a Franciso Javier Ruíz Vera y también a todos sus familiares, por el sensible fallecimiento de su Señora Madre, quien en vida se llamara Mercedes Vera Alfaro.


El domingo por la tarde, que por cierto estaba muy quieta a esas horas y cuando el calor había amainado un poco, mientras estaba en el parque central y me boleaban los zapatos, volteé y ví como sobre la avenida central, que se encuentra a un lado del mismo parque, iba transitando un cortejo fúnebre. Sin embargo lo que más llamó mi atención, es que una camioneta amarilla de “Radio Núcleo”, también formaba parte de ese cortejo, por lo que le pregunté al señor que aseaba mis zapatos; porque son personas muy informadas estos señores, si sabía quién había muerto de los trabajadores de la radio “UI”, o quién de sus familiares, a lo que rápidamente me dijo, que era la mamá de nuestro respetado compañero la que había fallecido el “sábado de gloria”.



Siempre a tiempo

Lamenté mucho no haberme enterado antes y haberte enviado ese día, el día del deceso de tú mamá, estas condolencias, a más que la opinión para el día lunes, ya la había enviado a la redacción de “Meridiano 90” y no existía la posibilidad de que pudiera hacer algún agregado, y que ayer no pude; por causas imprevistas, enviar mi participación diaria, en donde te manifestara mi solidaridad y mi condolencia para contigo y con tus familiares, en esos momentos tan aciagos y tan difíciles por los que has atravesado desde el día sábado. Sin embargo, como la muerte es dolorosamente puntual, yo no te quiero decir: “que aunque sea a destiempo”, o “aunque ya hayan pasado cuatro días”, porque para la muerte y el dolor no hay días, ni horas, es decir no hay tiempo… no, lo que en realidad quiero manifestarte en estas condolencias y en este réquiem para tu mamá, dado en este trozo de letras, es que sabedor; personalmente, que el dolor no conoce de tiempo, ni de límites, de espacio o espera, te atengas al llamado interior que todo hombre, que generalmente nunca oímos, pero que escuchamos con toda su crudeza cuando la muerte visita nuestra casa, y que es cuando escrutamos y aceptamos con tristeza esa verdad intrínseca, de que todos, absolutamente todos, inclusive “el hijo de Dios” quien la experimentó y venció, somos propiedad de una sola cosa, dividida en dos partes, pues la primera es el estar con los ojos abiertos y la piel sensible en la tierra, y la segunda, la cual algún día tiene que llegar, entraremos a un sueño que nos abre la posibilidad de pasar a otro entorno, y que ahora tú mamá ya lo ha hecho, las cuales juntas, ambas partes, vitalidad y muerte, conforman esto que llamamos vida.



Amén

Pero como ese eterno sueño, que es el pase para la desaparición del cuerpo en donde un día habitamos; sueño que para nada es imprevisto, porque sabemos que llegará, sino más bien duramente sorpresivo, pues nos toma por asalto, solo lo valoramos y confirmamos una vez más su eterna existencia, hasta que por un momento asoma su cara frente a la nuestra, pero ese encuentro tan doloroso, es parte de lo que tú y yo, y nuestros hijos y todos los que amamos, tendremos que afrontar algún día. En tanto esa aceptación de ese paso tan duro, llega a ti como resignación, envío para tu madre, que ya descansa en la paz de un sueño que obliga al alma a ser independiente del cuerpo, una oración por su descanso indestructible y el deseo sincero que con bastante prontitud llegue a ti un poco de calma, en esa tormenta de mar que ahora es tu alma… sinceramente lo deseo respetado compañero y me atrevo a agregar algo más aunque sea doloroso: El día que murió, realmente nació con la gloria de Dios; en un “sábado de gloria”, y el día que la enterraron, en realidad no enterraban a un muerto, pues ese día resucitó, porque era el día cuando justo conmemoramos el éxito de Jesús venciendo a la muerte, era “domingo de resurrección” y fue un buen día para que la tengas de nueva cuenta en casa, en esa casa que es tu corazón y su ejemplo. Descanse pues en paz tu madre, Doña Mercedes Vera Alfaro.



Es cuanto



adriancitio@yahoo.com.mx


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