Recién salido del centro tutelar para menores infractores de Villa Crisol, en Berriozabal, Francisco Javier López López negó de entrada haber violado y asesinado a su sobrina de 14 años de edad, pero las evidencias lo delataron: Tenía el cuerpo arañada y la ropa ensangrentada cuando fue arrestado por la Policía Municipal.
Con tranquilidad, en las instalaciones de la Policía Municipal, dijo desconocer los motivos de su arresto, pero conforme avanzaron los minutos, ya no tenía excusas.
-¿Conocías a la niña?, se le preguntó.
-Sí, es mi sobrina; bueno es hija de mi media hermana.
-¿Por qué estas manchado y aruñado?
-No pues me estaba masturbando y me lastimé.
-¿Y los rasguños que tienes?
-Me los hizo un gato. Es que siempre juego con él y me dejó así.
Francisco Javier vivía en la parte alta de la casa la niña y su madre radicaban, por lo que sabía los momentos en que se encontraba sola y aprovechó para ultrajarla.
Con un historial delictivo menor, Francisco Javier que recién habían salido del centro tutelar, dijo dedicarse a la elaboración de pinturas y tejidos, pero en los barrios de Las Siete Esquinas y El Cedro, los jóvenes lo veían con tendencias de delincuente.
Para este lunes, Francisco Javier, que ya se encuentra en manos de un juez penal, está próximo a que le dicten sentencia, por el delito de homicidio y violación, por lo que podría ser recluido en un penal y alcanzar una pena de 40 años de cárcel.
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