F. Darinel
Y si cansada de la vida a mí regresas
y si el destino no te da felicidad
habrá una cruz en el final de tu camino
serán mis brazos que por ti esperando están
David Lama
(Fragmento de la canción “Regalo de Reyes”,
que interpretara Javier Solís)
“URGE UN COMISIONADO”
LOS CAMINOS DE HOY
Solo para recordar
En ocasión pasada escribí sobre el asunto de un accidente carretero, en donde se vio inmiscuido un representante social (Ministerio Público), y en donde falleció por desgracia un joven profesor, del vecino municipio de Tzimol. Este representante social, de nombre Jackson Leónides, en diferentes notas informativas fue acusado de andar viajando en estado de ebriedad y haber sido el culpable del accidente. Sin embargo, y como lo apunte en mi colaboración; un día después de haber sido publicada la noticia y sin ningún afán más que la veracidad y claridad en la información, por un verdadero caso fortuito me enteré que existía “la otra versión”, muy sólida por cierto, de que este representante era quien menos tenía la culpa del accidente, además que ciertas pruebas que le habían practicado demostraban que no iba en estado alcohólico, de ahí que me haya avocado a investigar esta otra versión, que horas más tarde corroboré contundentemente como ciertas, versión que incluso contrariaba lo que en este rotativo también se había publicado y que concordaba con las otras publicaciones, al respecto de este lamentable accidente, por lo que era imperantemente necesario, no en un acto de mojigatería relamida o una actitud periodística en extremo mocha, aclarar el error en el que habíamos incurrido, lo cual me valió vilipendios e incluso frases denostativas, en comentarios radiofónicos y en ciertos grupos, pero en fin era necesario aclarar y disculparse; porque era imprescindible, dado que nuestro deber al informar es realizarlo con certeza y con respeto, por sobre todo.
No es ese el objetivo
Por ello eso de andar calificando con adjetivos de diversa índole, a los actores que se ven inmersos en las notas periodísticas, eso de mofarse de la desgracia y el dolor; porque inclusive se puede hacer una noticia jocosa, como lo hacía el extinto Don Fernando Alegría Ramírez; “FAR en acción”, pero con ciertas notas que no transgreden la honra de las personas que se ven inmersas en ellas o que son inciertas, es una situación que degrada este oficio, al cual Gabriel García Márquez lo ha calificado como: “el mejor oficio del mundo”, pero con actitudes, adjetivos y versiones que hacen más increíble y repudiado nuestro trabajo, vamos que volamos hacia que los lectores nos tomen, o ya nos vean como “el comic nuestro de cada día”, o ser el desenfadado entremés de chistes y de chismes, con atuendo de noticia.
Fueron solo rumores
Anteayer por la noche y antes de anteayer, circuló “el rumor” de “una violación” perpetrada en agravio de una niña, estudiante ella de la escuela Justo Sierra y realizado este ultraje por uno de los mentores de sexto grado de esta institución, situación que así se dio a conocer. En ese momento (anteayer), esta casa editorial no contaba más que con escuetos y muy pobres datos que imposibilitaban la creación de una nota periodística seria y con fundamentos de primera mano, lo cual nos orilló a no poder darla a conocer por respeto a todos los involucrados, pero que a fuerza de ser sinceros nos ocasionó una cierta frustración por no poderla darla a conocer al público. Sin embargo ante una avalancha escasos y muy tergiversados argumentos, tal vez obtenidos solo de rumores telefónicos o de la red, así como de díceres o declaraciones mal entendidas, o a propósito torcidas y falseadas, esa “nota periodística”; aun así, conoció la luz el día de ayer, lo que horas después se pudo comprobar que “nadie se había quitado las ropas en una biblioteca”, “que no era el maestro de educación física” –por el solo hecho de poseer un vehículo igual al del acusado- que no habían anteriores “hostigamientos y acosos”, “que ni siquiera está comprobado fehacientemente que el mentor “huyó de la entidad”, y lo peor que no existió “violación” alguna, pero que los datos fieles apuntan hacia un verdadero abuso sexual, lo cual es a todas luces un delito, eso sí escandaloso y denigrante, porque de si se llevó a cabo, lo cual ni lo afirmo, ni lo niego, resultaría ser un agravio muy fuerte a la generación en la que se encuentran nuestros pequeños hijos.
Urgente
Esto de que unos afirmemos una cosa, otros una diferente y otros más califiquen, lejos de ayudar y de informar, nos sienta en el banquillo de los acusados, pues los daños morales y la difamación –aunque ya no exista y ya no esté tipificada en nuestro código penal- de todos modos si está presente para todos y cada uno de los que están inmersos dentro del hecho o nota, más allá de sin son culpables o no, porque eso a nosotros en este quehacer, y más en las notas periodísticas que deben ser imparciales y totalmente frías, no nos corresponde, mucho menos cuando vamos en pos de ellas, o ya estamos en el lugar de los hechos, encarar o tomar partido con altanería, como muchos lo hacen. Por ello, hoy más que nunca, hoy más que antes y para la posteridad, el enérgico llamado a todos es unirnos y cobijarnos al abrigo de la veracidad y la responsabilidad, hoy más que nunca urge la figura de un “ombudsman periodístico” en nuestra ciudad, en donde nuestra aldeana actividad de informar nos deja en entredicho, y con claras muestras de frivolidad y de simples comerciantes, y de ser unos procaces “mercaderes de mentiras”. Hoy más que nunca urge la figura de un Alejandro Molinari o de cualquier persona respetada y conocedora de este oficio, por todo el gremio periodístico comiteco; hace falta, porque hay ojos que nos leen, conciencias que nos juzgan e hijos, que más temprano que tarde, también nos lo reconocerán o nos lo recriminarán.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
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