viernes, noviembre 26, 2010

Crece conflicto en la "zona" por construcción de puerta

Comitan, Chis; 25 de noviembre.- El dueño de tres bares de la “zona de tolerancia”, cerró con candado la puerta de acceso del lugar, lo que provocó molestia entre los demás dueños de los centros nocturnos.


Al medio día, las propietarias de los bares Chicagos Bar, Lambada y Luces de Nueva York, trataron de ingresar a sus negociaciones a bordo de un vehículo, pero cuando trataron de traspasar la puerta de acceso, se encontraron que uno de los dueños de los antros. salió de su negocio para encararlas y decirles que “por instrucciones superiores no podían entrar”.

Artemio Aguilar, dueño del Bijin, Livigston, Villa Cariño y Embajador, les dijo a sus correligionarias, que si querían entrar a sus negocios, deberían “dejar su vehículo en la puerta de acceso” y entrar a pie.

Molestas las dueñas dijeron que “era injusto” que les hiciera esto, porque debían descargar sus cosas que llevaban en el auto, hasta sus negocios.

Explicaron que no querían dejar su automóvil en la entrada de la “zona de tolerancia”, porque los podían robar o dañar.

Pero lo más grave era “que nosotras nos retiramos casi en la madruga y no es posible que salgamos caminando desde nuestros negocios hasta la salida, porque podemos ser agredidas o incluso nos pueden secuestrar, como le pasó a la señora Flor (N)”, acusaron.

Por más que insistieron las dueñas de los bares, sólo escucharon respuesta negativa de Artemio Aguilar, que incluso las reto para que “fueran a pelear con la autoridad que quisieran”.

La molestia creció entre las dueñas de los bares, al grado de pedir la intervención de la Policía Municipal y Policía Estatal Preventiva (PEP), con tal de que mediaran en el conflicto.

En su desesperación, las mujeres propusieron romper el candado que impedía abrir la puerta de acceso, pero dijeron que si lo hacían, Artemio Aguilar, podría poner otro y entonces, se complicarían las cosas, “porque ya no vamos a poder salir en la madrugada”.

Después de varios minutos de permanecer en la puerta de acceso de la “zona de tolerancia”, las propietarias de las negociaciones nada pudieron hacer para conseguir que Artemio Aguilar abriera el candado.

Y asombradas lograron ver cómo un camión de una empresa cervecera logró ingresar frente a sus ojos, sin que ellas pudieran entrar con su vehículo.

Dijeron que “era injusto” que se les impidiera la entrada a sus negocios, cuando un vehículo de una empresa podía hacerlo sin ninguna demora.

Por lo mismo sugirieron que era momento de pedir la protección de justicia, porque “no podemos quedarnos así”.

Criticaron la construcción de una barda de acceso en la “zona de tolerancia”, donde laboran unas 120 mujeres de Centroamérica y México, en un total de 13 bares.

Las mujeres explicaron que desde la construcción de la puerta de acceso a la “zona de tolerancia”, el número de visitantes “ha disminuido considerablemente”.

Esto ha provocado que las mayoría de las 120 meretrices estén dispuestas incluso a “salir a marchar para pedir que se tire esta puerta, porque han bajado sus ganancias”, aseguraron las dueñas de los bares.

Criticaron que no “es posible” que en la zona de tolerancia se le cerque, “cuando hay una negociación a la orilla de la carretera, que prácticamente opera como “bar independiente” y con estacionamiento propio, pero los demás “visitantes que quieren entrar a los demás bares deben dejar sus autos en el Libramiento Sur.

La mujeres aseguraron que hablaron con el dirigente local de expendedores de vinos y licores, Luis Felipe Gordillo y este les dijo no tienen “porque prohibirnos el ingreso a la zona de tolerancia”.

Al final, las dueñas de los bares decidieron ingresar sin sus autos a los negocios y acarrear sus enseres y productos hasta los bares, pero amenazaron pedir la intervención de las autoridades con tal de que Artemio Aguilar “no imponga su ley” en la “zona de tolerancia”

Severamente molestas aseguraron que si “no quieren que entremos, entonces que nos compren nuestros bares” o en su defecto, “vamos a construir nuestros bares a un lado del Libramiento Sur”, como ya opera uno de los antros de la “zona de tolerancia”.


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