F. Darinel
Caminos vislumbrados
“Temamos al juicio de una posteridad
justa e inexorable que nos espera.
Temamos a la Historia que ha de presentar al mundo
el cuadro de nuestras acciones,
y ajustemos nuestra conducta a los principios más sanos
de honor, de religión y de política.”
José María Teclo Morelos Pérez y Pavón
“PA’ DECIR: ¡SALUD!”
LOS CAMINOS DE HOY
Parejo
Estoy totalmente de acuerdo con “El Serenero” sobre la opinión que dio, acerca de la nueva ley de venta de antibióticos que la Secretaría de Salud emitió, la cual obliga que para la venta de estos en las farmacias, deberán; invariablemente y sin excepción, ser prescritos por cualquier médico licenciado o facultado, con cédula profesional para el ejercicio de esta profesión, los cuales mediante receta reconocida, legal y valida indiquen la variedad, cantidad y dosis de el antibiótico a usarse. Es decir, sin receta: ¡tengasté su penicilina!
Abuso indiscriminado
No faltaron los despistados que auguraron quiebras de farmacias y no sé que otras exageraciones, algo así como: “dicen que se va a caer el cielo”, pero no se está cayendo, por eso; ciertamente, las ventas bajaran en las farmacias en este principio, luego se normalizaran, en tanto aprendamos a respetarnos y no sigamos abusando, luego las cosas tomaran el curso mercantil de siempre, con la consabida “ley de la oferta y la demanda”. Por eso tal afirmación “de pájaros negros”, solo es amarillismo y “la desaparición de las farmacias”, en realidad no va a ocurrir, porque una cosa sí es cierta: aprenderemos a respetar a nuestro cuerpo y nos educaremos más, en el plano de la salud, y adecuadamente avanzaremos, porque esta medida en realidad, es una de las mejores decisiones que se han tenido para México, en estos primeros diez años del segundo milenio de nuestra era. Imagínense, tanto hemos abusado de los antibióticos de bajo y amplio espectro, que lo mismo nos dio utilizar unos y otros en cuadros mórbidos en donde no eran los aptos, o los adecuados, y como ejemplo baste decir que mucha gente por una simple cortadita de un dedo, sufrida esta mientras lavaban trastos, inmediatamente se auto medicaban y definían las dosis de antibiótico, y luego se zampaban trimetroprima, o “bactrim” que es el nombre comercial común con el que se conoce, cuando este antibiótico es tan agresivo que destruye una gran cantidad de glóbulos rojos y blancos, por lo que el tratar de prevenir una infección por una cortadita con trimetroprima, es como tratar adaptarle y meterle el motor de un tráiler a un volcho.
Algo no cambiará
Ese abuso desmedido de antibióticos por años hicieron recurrentes, endémicas, resistentes y hasta mutantes algunos microbios de ciertas enfermedades que se mal trataron con antibióticos inadecuados, con comentarles que hasta de este asunto “El Poeta Mayor de Chiapas”, Jaime Sabines lo mencionó en su conocidísimo poema “Me encanta Dios” y cito: “Y es tan juguetón y travieso (Dios) que el otro día descubrí que ha hecho — frente al ataque de los antibióticos — ¡bacterias mutantes¡”. Con esto no creo que quede la menor duda al respecto, por aquello de la automedicación y abuso. Pero no solo la gente común ha hecho esto, vayan a la clínica de el Seguro Social, o al Hospital, o a la del ISSTECH, o al Centro de Salud por algún problema infeccioso y verán que hay muchos “médicos”, que ni siquiera se toman la molestia de revisarlos, o auscultarlos, o siquiera verlos a los ojos, mientras ya llenando la receta y medio escuchando lo que el paciente les va refiriendo, les empiezan a prescribir antibióticos inadecuados o cantidades groseras y abusivas de los mismos, que viene a redundar en lo mismo.
El colmo
Bueno la situación que ya mencioné es “el mejor caso”, o sea en el caso de que los atiendan, porque en el caso de “el doctor Agustín”, quién sabe que “apedillos” tiene, si los atiende, quiere decir que se sacaron la lotería o está llenando su “formato de deceso” para Ustedes. Y pongo de ejemplo a este “Don Agustín “N”, mismo que estaba “trabajando” el día domingo por la tarde en el Centro de Salud y que se supone; porque solo es una suposición, dejaba de dar consultas a las 8 de la noche; noten bien amables lectores, “dejaba de dar consultas” a esa hora. Bueno, la cosa es que llegué para que atendiera a mis hijas, por estas “gripes de pato” que ya se desataron por tanta agua y tantos cambios violentos de clima, y porque ahora sí es necesaria y obligatoria la receta –¡qué bueno!- así pues “el buen galeno” aunque eran las 7 con 30 y no había ningún paciente en espera, “ya no estaba dando consultas”, porque en ese momento se encontraba “muy ocupado” llenando su reporte del día, que creo fue abrumador, e imagino que para no salir más allá de las 8 calculó muy bien el tiempo y “se andaba haciendo Agustín” en tanto daba la hora, con eso del llenado de las recetas y así, olímpicamente, mandó decir: “no, ya no estoy dando consultas hoy, ya no puedo, que vengan mañana”, porque para esto envió a “un buen vigilante alcahuete” a dar el recado, él ni siquiera se tomó la molestia en hacerlo, cuando en realidad el horario límite para dar consultas; insisto, “dar consultas” son las 8, no antes y el llenado de su reporte será después de esta hora –lastima- así es como entiendo debe de ser, pero como “Agustín” es pué muy vivo y muy ahorrador de tiempo, él termina antes de la hora señalada de atender a los pacientes, al igual que otros tantos zánganos compañeros suyos que en esa y en otras clínicas hacen lo mismo, pues ya están bastante burocratizados y ya se volvieron muy audaces.
Hay con tiempo
La cosa no termina ahí, porque el lunes que ya estaban peor mis hijas y mi esposa de pilón, volvimos a regresar por la tarde a el “Centro de apoyo a las enfermedades de Comitán”, porque de Salud no es, y qué creen, que esta vez fue mucho mejor, ni nos dijeron que no nos iban a atender, o que era ya muy tarde, no, sencillamente ¡no había quién atendiera!, ah pero los que ahí estaban, que creo eran enfermeros y enfermeras nos dijeron que si queríamos nos iban a dar cita para dentro de un mes, porque aparte “el lunes no les toca, menos en la tarde”, nos dijeron, por el lugar en donde tenemos nuestro domicilio, pues por lo que nos enteramos ya tiene bastante tiempo que dividieron la atención de los pobladores de barrios y colonias de nuestra ciudad, en días específicos y esto no es ninguna exageración, pero esta planeación, creo, deberían revisarla nuevamente para valorar su efectividad, o en su defecto definir qué casos sí se pueden atender sin horario y fechas, recordemos que tristemente las enfermedades no piden citas, ni audiencias.
Dedicatoria
Así que para todos “los Agustines” de todas las clínicas; no para los que realmente se esfuerzan y respetan a los demás, como admiro de Ustedes: ¡qué sentido de responsabilidad tienen connotados galenos! ¡qué humanos! ¡qué esforzados! ¡qué responsables! pero por sobre todo, ¡¡qué holgazanes!! aunque no todos sean así.
Cuánto bien nos haría que la Directora Jurisdiccional hiciera algo al respecto para mejorar este “tan excelente servicio”, porque si después de esto me dicen que yo envíe mi queja por escrito, o la deposite en el “buzón de quejas y sugerencias”, mejor le escribo mi carta a Santa Clos, que esa si es más segura que llegue y me sea atendida, pues si lo hago así, un día de estos voy a meter mi mano en el buzón y encontraré mi queja amarillenta, aposhcaguada de tanta humedad y llena de telarañas, pues para quejarme, mejor lo hago públicamente y por esta vía -y lo haré también a nivel estatal por el mismo medio- porque un día de estos, amables lectores, si llegan al “Centro de Salud”, puede que se enteren que el esqueleto que encuentra en la última banca, sea un familiar de cualquiera de nosotros que sigue esperando a que llegue el día de su cita, o esté esperando su turno para que lo llame a consulta “cualquier Agustín” de este lugar.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
Caminos vislumbrados
“Temamos al juicio de una posteridad
justa e inexorable que nos espera.
Temamos a la Historia que ha de presentar al mundo
el cuadro de nuestras acciones,
y ajustemos nuestra conducta a los principios más sanos
de honor, de religión y de política.”
José María Teclo Morelos Pérez y Pavón
“PA’ DECIR: ¡SALUD!”
LOS CAMINOS DE HOY
Parejo
Estoy totalmente de acuerdo con “El Serenero” sobre la opinión que dio, acerca de la nueva ley de venta de antibióticos que la Secretaría de Salud emitió, la cual obliga que para la venta de estos en las farmacias, deberán; invariablemente y sin excepción, ser prescritos por cualquier médico licenciado o facultado, con cédula profesional para el ejercicio de esta profesión, los cuales mediante receta reconocida, legal y valida indiquen la variedad, cantidad y dosis de el antibiótico a usarse. Es decir, sin receta: ¡tengasté su penicilina!
Abuso indiscriminado
No faltaron los despistados que auguraron quiebras de farmacias y no sé que otras exageraciones, algo así como: “dicen que se va a caer el cielo”, pero no se está cayendo, por eso; ciertamente, las ventas bajaran en las farmacias en este principio, luego se normalizaran, en tanto aprendamos a respetarnos y no sigamos abusando, luego las cosas tomaran el curso mercantil de siempre, con la consabida “ley de la oferta y la demanda”. Por eso tal afirmación “de pájaros negros”, solo es amarillismo y “la desaparición de las farmacias”, en realidad no va a ocurrir, porque una cosa sí es cierta: aprenderemos a respetar a nuestro cuerpo y nos educaremos más, en el plano de la salud, y adecuadamente avanzaremos, porque esta medida en realidad, es una de las mejores decisiones que se han tenido para México, en estos primeros diez años del segundo milenio de nuestra era. Imagínense, tanto hemos abusado de los antibióticos de bajo y amplio espectro, que lo mismo nos dio utilizar unos y otros en cuadros mórbidos en donde no eran los aptos, o los adecuados, y como ejemplo baste decir que mucha gente por una simple cortadita de un dedo, sufrida esta mientras lavaban trastos, inmediatamente se auto medicaban y definían las dosis de antibiótico, y luego se zampaban trimetroprima, o “bactrim” que es el nombre comercial común con el que se conoce, cuando este antibiótico es tan agresivo que destruye una gran cantidad de glóbulos rojos y blancos, por lo que el tratar de prevenir una infección por una cortadita con trimetroprima, es como tratar adaptarle y meterle el motor de un tráiler a un volcho.
Algo no cambiará
Ese abuso desmedido de antibióticos por años hicieron recurrentes, endémicas, resistentes y hasta mutantes algunos microbios de ciertas enfermedades que se mal trataron con antibióticos inadecuados, con comentarles que hasta de este asunto “El Poeta Mayor de Chiapas”, Jaime Sabines lo mencionó en su conocidísimo poema “Me encanta Dios” y cito: “Y es tan juguetón y travieso (Dios) que el otro día descubrí que ha hecho — frente al ataque de los antibióticos — ¡bacterias mutantes¡”. Con esto no creo que quede la menor duda al respecto, por aquello de la automedicación y abuso. Pero no solo la gente común ha hecho esto, vayan a la clínica de el Seguro Social, o al Hospital, o a la del ISSTECH, o al Centro de Salud por algún problema infeccioso y verán que hay muchos “médicos”, que ni siquiera se toman la molestia de revisarlos, o auscultarlos, o siquiera verlos a los ojos, mientras ya llenando la receta y medio escuchando lo que el paciente les va refiriendo, les empiezan a prescribir antibióticos inadecuados o cantidades groseras y abusivas de los mismos, que viene a redundar en lo mismo.
El colmo
Bueno la situación que ya mencioné es “el mejor caso”, o sea en el caso de que los atiendan, porque en el caso de “el doctor Agustín”, quién sabe que “apedillos” tiene, si los atiende, quiere decir que se sacaron la lotería o está llenando su “formato de deceso” para Ustedes. Y pongo de ejemplo a este “Don Agustín “N”, mismo que estaba “trabajando” el día domingo por la tarde en el Centro de Salud y que se supone; porque solo es una suposición, dejaba de dar consultas a las 8 de la noche; noten bien amables lectores, “dejaba de dar consultas” a esa hora. Bueno, la cosa es que llegué para que atendiera a mis hijas, por estas “gripes de pato” que ya se desataron por tanta agua y tantos cambios violentos de clima, y porque ahora sí es necesaria y obligatoria la receta –¡qué bueno!- así pues “el buen galeno” aunque eran las 7 con 30 y no había ningún paciente en espera, “ya no estaba dando consultas”, porque en ese momento se encontraba “muy ocupado” llenando su reporte del día, que creo fue abrumador, e imagino que para no salir más allá de las 8 calculó muy bien el tiempo y “se andaba haciendo Agustín” en tanto daba la hora, con eso del llenado de las recetas y así, olímpicamente, mandó decir: “no, ya no estoy dando consultas hoy, ya no puedo, que vengan mañana”, porque para esto envió a “un buen vigilante alcahuete” a dar el recado, él ni siquiera se tomó la molestia en hacerlo, cuando en realidad el horario límite para dar consultas; insisto, “dar consultas” son las 8, no antes y el llenado de su reporte será después de esta hora –lastima- así es como entiendo debe de ser, pero como “Agustín” es pué muy vivo y muy ahorrador de tiempo, él termina antes de la hora señalada de atender a los pacientes, al igual que otros tantos zánganos compañeros suyos que en esa y en otras clínicas hacen lo mismo, pues ya están bastante burocratizados y ya se volvieron muy audaces.
Hay con tiempo
La cosa no termina ahí, porque el lunes que ya estaban peor mis hijas y mi esposa de pilón, volvimos a regresar por la tarde a el “Centro de apoyo a las enfermedades de Comitán”, porque de Salud no es, y qué creen, que esta vez fue mucho mejor, ni nos dijeron que no nos iban a atender, o que era ya muy tarde, no, sencillamente ¡no había quién atendiera!, ah pero los que ahí estaban, que creo eran enfermeros y enfermeras nos dijeron que si queríamos nos iban a dar cita para dentro de un mes, porque aparte “el lunes no les toca, menos en la tarde”, nos dijeron, por el lugar en donde tenemos nuestro domicilio, pues por lo que nos enteramos ya tiene bastante tiempo que dividieron la atención de los pobladores de barrios y colonias de nuestra ciudad, en días específicos y esto no es ninguna exageración, pero esta planeación, creo, deberían revisarla nuevamente para valorar su efectividad, o en su defecto definir qué casos sí se pueden atender sin horario y fechas, recordemos que tristemente las enfermedades no piden citas, ni audiencias.
Dedicatoria
Así que para todos “los Agustines” de todas las clínicas; no para los que realmente se esfuerzan y respetan a los demás, como admiro de Ustedes: ¡qué sentido de responsabilidad tienen connotados galenos! ¡qué humanos! ¡qué esforzados! ¡qué responsables! pero por sobre todo, ¡¡qué holgazanes!! aunque no todos sean así.
Cuánto bien nos haría que la Directora Jurisdiccional hiciera algo al respecto para mejorar este “tan excelente servicio”, porque si después de esto me dicen que yo envíe mi queja por escrito, o la deposite en el “buzón de quejas y sugerencias”, mejor le escribo mi carta a Santa Clos, que esa si es más segura que llegue y me sea atendida, pues si lo hago así, un día de estos voy a meter mi mano en el buzón y encontraré mi queja amarillenta, aposhcaguada de tanta humedad y llena de telarañas, pues para quejarme, mejor lo hago públicamente y por esta vía -y lo haré también a nivel estatal por el mismo medio- porque un día de estos, amables lectores, si llegan al “Centro de Salud”, puede que se enteren que el esqueleto que encuentra en la última banca, sea un familiar de cualquiera de nosotros que sigue esperando a que llegue el día de su cita, o esté esperando su turno para que lo llame a consulta “cualquier Agustín” de este lugar.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
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