Gabriela Coutiño
San Cristóbal de las Casas, Chis. 14 julio.- Las elecciones municipales y legislativas, dejaron en los pueblos sufrimiento por las divisiones internas, quedaron heridas y resentimientos, que no sanan fácilmente, aseguró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
“Nos duele constatar el sufrimiento de nuestros pueblos por las divisiones internas, por diferencias políticas y culturales, por problemas agrarios no resueltos, por la necesidad de tierra, que no alcanza”, dijo el prelado en un mensaje que difunde semanalmente entre los feligreses, y a la prensa.
El obispo Arizmendi señaló que una de las divisiones más dolorosas y cuestionantes es la originada por las diferentes formas de vivir y expresar la fe, no sólo por la confrontación con los protestantes, sino al interior de las mismas comunidades creyentes.
“Unos asumen la dimensión social de la fe y hacen mucho análisis de la realidad, y a otros esto les parece pura política, ajena a la Palabra de Dios. A unos les ayuda manifestar su fe con cantos y signos de corte carismático, y a otros esto les parece espiritualismo y evasión del compromiso social y político del cristiano, y así…”
Afirmó que la vocación de la Iglesia es llamar a la unidad, construir la fraternidad, servir de puente y lazo de unión entre los diferentes, y por eso “estamos realizando las visitas pastorales a parroquias y misiones de nuestra diócesis, con el fin de acompañar y fortalecer el proceso evangelizador y la vida cristiana de las comunidades y animar a los servidores eclesiales”.
El obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, explicó que el servicio de un ministerio pastoral en las comunidades es escuchar, analizar, iluminar, corregir, impulsar, animar, unir.
“Sirven como un puente entre los extremos, aunque en este servicio seamos pisados por los que transitan de una a otra orilla eclesial”, apuntó.
San Cristóbal de las Casas, Chis. 14 julio.- Las elecciones municipales y legislativas, dejaron en los pueblos sufrimiento por las divisiones internas, quedaron heridas y resentimientos, que no sanan fácilmente, aseguró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.
“Nos duele constatar el sufrimiento de nuestros pueblos por las divisiones internas, por diferencias políticas y culturales, por problemas agrarios no resueltos, por la necesidad de tierra, que no alcanza”, dijo el prelado en un mensaje que difunde semanalmente entre los feligreses, y a la prensa.
El obispo Arizmendi señaló que una de las divisiones más dolorosas y cuestionantes es la originada por las diferentes formas de vivir y expresar la fe, no sólo por la confrontación con los protestantes, sino al interior de las mismas comunidades creyentes.
“Unos asumen la dimensión social de la fe y hacen mucho análisis de la realidad, y a otros esto les parece pura política, ajena a la Palabra de Dios. A unos les ayuda manifestar su fe con cantos y signos de corte carismático, y a otros esto les parece espiritualismo y evasión del compromiso social y político del cristiano, y así…”
Afirmó que la vocación de la Iglesia es llamar a la unidad, construir la fraternidad, servir de puente y lazo de unión entre los diferentes, y por eso “estamos realizando las visitas pastorales a parroquias y misiones de nuestra diócesis, con el fin de acompañar y fortalecer el proceso evangelizador y la vida cristiana de las comunidades y animar a los servidores eclesiales”.
El obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, explicó que el servicio de un ministerio pastoral en las comunidades es escuchar, analizar, iluminar, corregir, impulsar, animar, unir.
“Sirven como un puente entre los extremos, aunque en este servicio seamos pisados por los que transitan de una a otra orilla eclesial”, apuntó.
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