sábado, abril 17, 2010

Crónica de odio

F. Darinel

Las Margaritas; Chis. 17 de abril.- Todo inició el 16 por la mañana, cuando un grupo transportistas, adheridos a la CIOAC Democrática, bloquearon la carretera Comitán – Las Margaritas en demanda de un alto al pirataje, pero el plantón tenía destinatario y este era para el grupo contrario, la CIOAC Histórica.



Detrás de la escena, en donde los plantonistas actuaban, se ciernía la figura de Miguel Vázquez Hernández, ex militante de la CIOAC , que en otro momento había estado unida, pero debido a la fractura del 2008, ahora son dos fracciones de esta organización la una Histórica y la recién nacida innominada Democrática.



En respuesta a esta acción, los militantes de la CIOAC Histórica bloquearon la carretera Las Margaritas – Guadalupe Tepeyac, a la altura de la comunidad Zaragoza, en donde cerca de las 4 de la tarde tomaron como rehenes a 4 militantes de la CIOAC Democrática, mismos que tenían identificados y que viven en esa comunidad.



Ante esto los integrantes de la fracción de Miguel Vázquez decidieron levantar el plantón, a más que ya habían sido convencidos por Raúl Gordillo, subsecretario de gobierno en la región, de ir a una mesa de dialogo, en donde acordarían con sus rivales los puntos de una concertacesión, misma que iniciaron a las siete de la noche.



Cerca de culminar la mesa de dialogo y próximos a firmar una minuta de trabajo, hacia las 10 de la noche, Miguel Ángel Vázquez es informado por Raúl Gordillo que los contrarios han liberado a sus cuatro compañeros cautivos y que viajan hacia Las Margaritas.



Minutos después, Vázquez Hernández es informado que en realidad viaja un contingente de personas hacia Las Margaritas, pero que no son en realidad los cautivos, sino que es un grupo de cerca de 500 personas de la CIOAC Histórica que van en busca de agredir a los de la CIOAC Democrática.



Ante esto la mesa de dialogo se rompe y en tanto llegan “los camarones”, como son conocidos los militantes de la CIOAC Histórica, los aproximadamente 200 militantes de la CIOAC Democrática se agrupan en la cabecera municipal y esperan nerviosos la llegada de sus contrarios, para esto ya han solicitado ayuda con sus correligionarios de otras comunidades, mismos que ya también han iniciado a movilizarse.



Cerca de la 1 de la madrugada; ya del 17, arriba el numeroso grupo de militantes de la CIOAC Histórica, los cuales inmediatamente se lanzan con piedras y palos en contra la gente de Miguel Vázquez, en tanto otros al encontrar a su paso algunos vehículos de los cioaquistas democráticos, también se lanzan contra ellos, para volcarlos en mitad de la calle y romperlos hasta cansarse.

Así transcurren cerca de 2 horas, tiempo en el que ninguno de los dos bandos cede terreno, sin embargo llegan los tan ansiados refuerzos de Vázquez Hernández, quienes inmediatamente se unen a sus compañeros, mismos que logran replegar hasta las oficinas de la CIOAC; las que hasta hace poco también eran suyas, en donde horas más tarde logran hacer huir a sus contrarios con rumbo hacia la salida de Yalcoc.



Son las 6 de la mañana, cuando los enardecidos integrantes de la CIOAC Democrática, se lanzan contra 7 vehículos de sus tan odiados rivales, que han quedado abandonados en la calle y a un lado de la acera de las oficinas de la Central, los cuales apedrean, rompen, abren, desvalijan y vuelcan en mitad de la calle, sin que por esto la rapiña cese hasta muy entrada la mañana.



Para cuando han logrado hacer huir a sus rivales, se lanzan a romper los cristales del edificio de la Central, saquean sus oficinas, esparcen en los pasillos y la calle, papeles y credenciales de la CIOAC; rompen más cristales de los interiores, defecan y orinan sobre de ellos y en todos los cuartos de la planta baja que han idos quedando vacíos; se llevan todo lo valioso y aprovechan para romper un automóvil negro que se encontraba dentro de la cochera del edificio.



Los cioaquistas históricos más afortunados han logrado huir, sin embargo un grupo de aproximadamente 30 han quedado atrapados en el primer piso del edificio, lugar en donde se refugiaron y en donde junto a sus heridos quedan prisioneros y a merced de los cioaquistas democráticos.



Cerca de las 9 de la mañana, Miguel Vázquez Hernández y Jorge Álvarez, dos de los más importantes líderes de la CIOAC Democrática, agradecen a sus correligionarios su apoyo, su desvelo y su entrega, al mismo tiempo da a conocer que ellos lograron lesionar a 30 cioaquistas históricos y que por parte de ellos hay 8 lesionados.



En la arenga responsabiliza de esta refriega a Nemesio Ponce y a Ernesto Gutiérrez Villanueva, a quienes acusa de dar demasiada atención a los líderes de la CIOAC Histórica, de los que estima son menos que ellos. Mientras esto ocurre, el numeroso grupo que lideran se ha dividido en dos para resguardar ambas oficinas.



A las 10 de la mañana finalmente llega la policía estatal preventiva y la estatal fronteriza. Desde donde se ubican las viejas oficinas de la Central, se alcanza ver el largo convoy de vehículos pick up y camiones DINA, que transporta la policía antimotín, mismo que puede verse al inicio de la calle, que se divisa hacia el poniente y a la par dos helicópteros sobrevuelan el lugar de los hechos, uno es de la policía y el otro al parecer pertenece a la Secretaría de Gobierno del Estado.



Momentos antes, los cioaquistas democráticos han permitido a los paramédicos de la Cruz Roja, que atiendan y trasladen a los heridos que se encuentran refugiados dentro de las oficinas de la Central. Uno a uno van saliendo los heridos, con el miedo reflejado en los ojos, en su andar y en sonrisas pequeñas y nerviosas que dibujan en su cara.



En cuanto se abrió el portón de la cochera de la Central para esta acción, mismo que sirve como acceso al primer piso del edificio, el golpe ofensivo de un olor fétido a heces fecales y a orina, da entero y en seco en la cara de los que entran.



Ahí en el piso de la misma cochera, se aprecian pedazos de vidrio de los cristales del coche que aun permanece dentro, un garrote ensangrentado, un charco de sangre semiseco, una cachucha amarilla ensangrentada que sirvió como prebenda de proselitismo a favor de Luis Hernández Cruz y una infinidad de papeles esparcidos y sucios en el piso.



Dos horas más tarde, cerca de dos centenares de policías cercan las oficinas de la Central, cerrando las bocacalles que sirven como acceso a esta, pues temen un segundo enfrentamiento, ya que en el parque del barrio Guadalupe se han reagrupado desde hace mucho los cioaquistas históricos, que se encuentran a la espera de sus líderes.



Así transcurrió el resto del día, el cual fue tenso y con olor a miedo. Pocos transeúntes caminaban por las calles, los comercios; en su mayoría, estaban cerrados, el palacio municipal dejó de laborar, incluso la vieja iglesia de Santa Margarita permanecía cerrada, en tanto los pobladores, así como los rijosos, esperaban tensamente y ansiosos el restablecimiento de la paz.


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