miércoles, abril 28, 2010

Asunto de Amalia, aun sin resolver

Gabriela Coutiño

Frontera Comalapa, Chis. 27 de abril.- Casarse con un hombre del estado de Guerrero, la ha costado a Amalia Vázquez Rodríguez que no pueda vivir con su esposo en la comunidad de donde es originaria, Bellavista del Norte, municipio de Frontera Comalapa, una de las localidades de la región de la Sierra de Chiapas y fronteriza con Guatemala.

Desde 2006 Amalia junto con su familia, ha sido privada por las autoridades ejidales del lugar de tener acceso a los servicios básicos como la energía eléctrica y el agua, por un acuerdo interno de los habitantes que llaman "La Ley del Amor", la cual fue adoptada según 20 años atrás, y contempla la expulsión de las mujeres que contraigan matrimonio con hombres que no sean de su comunidad.

El pasado 25 de abril, alrededor de las 10 de la mañana, las autoridades ejidales del lugar acudieron al domicilio de Amalia, de su madre Epifania Rodríguez Pérez, y el de su cuñado, Maurilio García Hernández, un grupo de ejidatarios encabezados por Eduardo Pérez Hernández para cortarle el agua potable, como sanción por haberse negado a correr a Amalia y a su esposo Reynaldo Rafael Valentín.

El Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas denunció en un comunicado que quienes encabezaron la acción fueron Pedro Artemio Pérez Hernández, integrante de la Organización Proletaria Emiliano Zapata (OPEZ); Gelasio Pérez Hernández, Miltón Morales, de la Organización Campesina Emiliano Zapata, (OCEZ); Eduardo Pérez Hernández, Presidente del Comisariado Ejidal; Onésimo Roblero, agente municipal, Bersaín Gutiérrez, tesorero del comisariado ejidal, Teodoro de León, secretario del consejo de vigilancia, entre otros más.

Para el organismo defensor de los derechos de las mujeres, la acción encabezadas por las autoridades del lugar, "es una muestra de la falta de respeto por los derechos de las mujeres y un desafío a las autoridades ante su evidente complacencia a actos que vulneran derechos humanos".

El Centro solicita a las autoridades garantizar el respeto a la integridad física y psíquica de Amalia y su familia, castigar a quienes han encabezado actos ilegales en su contra, así como salvaguardar los derechos de otras mujeres en el ejido que al igual que Amalia se encuentran unidas con hombres no originarios del poblado.



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