Ejército irrumpe en Venustiano Carranza

Venustiano Carranza, Chis; 4 de febrero.- Tropas de la VII Región Militar instalaron un campamento entre los poblados Cascajal y El Relleno, lo que provocó malestar de militantes de la Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), Región Carranza.

Por la mañana, un centenar de elementos del 91 Batallón de Infantería se apostaron en un predio del señor Fernando Nájera Pérez, desde donde mantienen un estricto control de decenas de habitantes que simpatizan con la OCEZ.

El despliegue militar se da a más de dos meses, que el gobierno liberó a José Manuel Hernández Martínez que estuvo en prisión en los penales de El Amate, en Chiapas y otro de Nayarit.

Sin mediar palabra, los soldados irrumpieron en predio La Palma, de Nájera Pérez, donde instalaron tiendas, colocaron sus vehículos todo terreno en un punto y emplazaron sus armas de alto poder.

Los indígenas tsotsiles que por ahí transitan se sobresaltaron cuando vieron a los soldados a temprana hora del jueves.

“Tenemos miedo. No sabemos qué va pasar, ni que están buscando los ejércitos (como llaman a los soldados)”, dijo un campesino de El Cascajal.

Aseguró que cuando los militares se apostaron en La Palma, ni al dueño de la finca le comunicaron que ingresarían con sus vehículos y armas, lo que habría molestado a Nájera Pérez.

Se supo que Nájera Pérez mantienen buena relación con los miembros de la OCEZ y no ha tenido problemas con los indígenas.

Desde el predio La Palma, los soldados tienen un control estricto de todos los indígenas y campesinos que van de la cabecera municipal de Venustiano Carranza a El Relleno, este poblado que es considerado un bastión de la OCEZ.

Por ahora, la VII Región Militar no ha informado nada sobre la presencia de los soldados en el área de Venustiano Carranza.

“Es extraño lo que está pasando. No sabemos porque vino el Ejército a nuestro municipio”, comentó otro campesino de la cabecera municipal, cuando se enteró de este hecho.

Por lo pronto, el temor de niños y mujeres aumentó en las comunidades, porque temen que los soldados irrumpan en los hogares con el pretexto de que buscan, “armas y drogas”.