F. Darinel
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Antonio Machado
“POR LA LIBRE”
LOS CAMINOS DE HOY
Fin de semana
Bien hemos llegado a otro fin de semana y claro que no faltarán los conductores bolos que irresponsablemente se pondrán a conducir sin el menor respeto a la vida de los otros y de la de ellos mismos, como es costumbre y ya de por si sabido por la población y conocido a través de los medios, el fin de semana, generalmente, la nota roja la dan los bolos, que si chocaron, que si tumbaron bardas, que si se fueron a meter a alguna casa, que si metieron en sentido contrario, que retornaron donde era indebido o en el peor de los casos, que en accidentes fatales perdieron la vida.
Macondo
Y justo como Gabriel García Márquez describe a el pueblito de Macondo, en sus “cien años de soledad”, en Macondo como en Comitán “No pasa nada”, más si de vialidad se trata, cuando el coordinador de esta corporación no ha dado cuentas claras de que le pasó al alcoholímetro, que utilizándolo como es correcto, que para eso es, en operativos bien planeados, evitarían tantos accidentes y “entambarían” a tantísimo conductor bolo inconsciente, que los fines de semana al ser detenidos generarían una entrada importante para el erario, por concepto de multas. Y miren que los castigos económicos que dejó Pablo Salazar en contra de conductores ebrios; que fue lo único bueno que dejó, son atinadamente justos al ser muy elevadas las multas, pero no sabemos que pasó con el “detecta-bolos”, si sirve o no, o no lo utilizan porque le faltan las rayovac, o porque es más importante erigirse como un estratega en ingeniería de vialidad, quitando de forma torpe algunos de los retornos del bulevar Belisario Domínguez, e insisto: torpe, porque fue una verdadera torpeza decidirlo sin la adecuada planeación y preparación para ese fin.
Disciplina
Por otro lado en cada esquina del primer cuadro del Centro Histórico, están apostados los policías de vialidad, haciendo quien sabe qué, solo están ahí sin hacer mucho; de repente descongestionado un poquito la vialidad, cuando se empantana el tráfico, o tocando su silbato cuando algún desconsiderado, como la gran mayoría de taxistas, se detienen a recoger el pasaje sin siquiera llegar a la esquina y orillarse, o tan solo orillarse; o aquellos que se detienen a platicar, o se les apaga el carro, o chavos que llevan el sonido a todo lo que da y andan de “Don Juan” conquistando chamacas y hacen que el tráfico se detenga, entonces los agentes hacen sonar “su pitío” y gritan: “avancen” y claro pendientes de quién se mal estaciona para dejarles caer …… el desamador, quitarles la placa e infraccionarlos, pero de ahí en fuera nada más, pero esa ausencia de funcionalidad y desparpajo viene del vértice de la pirámide de mando, que no sabe imponer la responsabilidad, porque ni sabe a que se dedica un agente de vialidad, mucho menos imponer la disciplina, porque pues este puesto no es de capital importancia.
Uno por uno
Así que a los agentes lo que menos les interesa es que “en Comitán el peatón es primero”, porque ahí están los transeúntes esperando una oportunidad para ganarle el paso a un automóvil y cruzar a la otra esquina, es decir como comúnmente se conoce “toreándolos” y los agentes bien gracias, pues hay que lo vean y se rasquen por si solos los peatones, ellos están pendientes de que los vehículos; eso si están pendientes, pasen uno y uno a la vez. Entonces de dónde que “el peatón es primero”, cuando deberían de estar atentos, no solo del flujo vehicular constante y de carros mal estacionados, sino aparte de estas dos cosas y del “uno por uno”, por sobre todo estar al pendiente de cederle el paso a los peatones, antes que el vehículo, independientemente que a el vehículo le corresponda el paso en ese momento. Por eso hay que decirlo y destacarlo, qué bueno que algunos comerciantes aportaron placas de plástico para ver mejor esto del uno por uno, sin embargo la leyenda debió quedar como está en las esquinas mucho más cercanas al centro, donde de lee “el peatón es primero ceda el paso a un vehículo”, solo le falta la palabra LUEGO entre las palabras “primero” y “ceda”, para que la leyenda cobre fuerza y sea imperativa y quede de la siguiente manera: “el peatón es primero LUEGO ceda el paso a un vehículo”, y sí, hay que quitar esas placas de plástico que dieron los comerciantes, porque así de verdad, pero de verdad que cambiaría y se mejoraría nuestra educación y respeto al peatón y a la vialidad”, y aunque se ha insistido en la revisión y adecuamiento de este programa desde sus inicios, así como frenar el aumento de accidentes por ebrios, coordinadores van y vienen y en el mundo de Peter Pan (el país del nunca jamás), coordinadores van y vienen y muchos de los cambios solo han sido absurdos.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Antonio Machado
“POR LA LIBRE”
LOS CAMINOS DE HOY
Fin de semana
Bien hemos llegado a otro fin de semana y claro que no faltarán los conductores bolos que irresponsablemente se pondrán a conducir sin el menor respeto a la vida de los otros y de la de ellos mismos, como es costumbre y ya de por si sabido por la población y conocido a través de los medios, el fin de semana, generalmente, la nota roja la dan los bolos, que si chocaron, que si tumbaron bardas, que si se fueron a meter a alguna casa, que si metieron en sentido contrario, que retornaron donde era indebido o en el peor de los casos, que en accidentes fatales perdieron la vida.
Macondo
Y justo como Gabriel García Márquez describe a el pueblito de Macondo, en sus “cien años de soledad”, en Macondo como en Comitán “No pasa nada”, más si de vialidad se trata, cuando el coordinador de esta corporación no ha dado cuentas claras de que le pasó al alcoholímetro, que utilizándolo como es correcto, que para eso es, en operativos bien planeados, evitarían tantos accidentes y “entambarían” a tantísimo conductor bolo inconsciente, que los fines de semana al ser detenidos generarían una entrada importante para el erario, por concepto de multas. Y miren que los castigos económicos que dejó Pablo Salazar en contra de conductores ebrios; que fue lo único bueno que dejó, son atinadamente justos al ser muy elevadas las multas, pero no sabemos que pasó con el “detecta-bolos”, si sirve o no, o no lo utilizan porque le faltan las rayovac, o porque es más importante erigirse como un estratega en ingeniería de vialidad, quitando de forma torpe algunos de los retornos del bulevar Belisario Domínguez, e insisto: torpe, porque fue una verdadera torpeza decidirlo sin la adecuada planeación y preparación para ese fin.
Disciplina
Por otro lado en cada esquina del primer cuadro del Centro Histórico, están apostados los policías de vialidad, haciendo quien sabe qué, solo están ahí sin hacer mucho; de repente descongestionado un poquito la vialidad, cuando se empantana el tráfico, o tocando su silbato cuando algún desconsiderado, como la gran mayoría de taxistas, se detienen a recoger el pasaje sin siquiera llegar a la esquina y orillarse, o tan solo orillarse; o aquellos que se detienen a platicar, o se les apaga el carro, o chavos que llevan el sonido a todo lo que da y andan de “Don Juan” conquistando chamacas y hacen que el tráfico se detenga, entonces los agentes hacen sonar “su pitío” y gritan: “avancen” y claro pendientes de quién se mal estaciona para dejarles caer …… el desamador, quitarles la placa e infraccionarlos, pero de ahí en fuera nada más, pero esa ausencia de funcionalidad y desparpajo viene del vértice de la pirámide de mando, que no sabe imponer la responsabilidad, porque ni sabe a que se dedica un agente de vialidad, mucho menos imponer la disciplina, porque pues este puesto no es de capital importancia.
Uno por uno
Así que a los agentes lo que menos les interesa es que “en Comitán el peatón es primero”, porque ahí están los transeúntes esperando una oportunidad para ganarle el paso a un automóvil y cruzar a la otra esquina, es decir como comúnmente se conoce “toreándolos” y los agentes bien gracias, pues hay que lo vean y se rasquen por si solos los peatones, ellos están pendientes de que los vehículos; eso si están pendientes, pasen uno y uno a la vez. Entonces de dónde que “el peatón es primero”, cuando deberían de estar atentos, no solo del flujo vehicular constante y de carros mal estacionados, sino aparte de estas dos cosas y del “uno por uno”, por sobre todo estar al pendiente de cederle el paso a los peatones, antes que el vehículo, independientemente que a el vehículo le corresponda el paso en ese momento. Por eso hay que decirlo y destacarlo, qué bueno que algunos comerciantes aportaron placas de plástico para ver mejor esto del uno por uno, sin embargo la leyenda debió quedar como está en las esquinas mucho más cercanas al centro, donde de lee “el peatón es primero ceda el paso a un vehículo”, solo le falta la palabra LUEGO entre las palabras “primero” y “ceda”, para que la leyenda cobre fuerza y sea imperativa y quede de la siguiente manera: “el peatón es primero LUEGO ceda el paso a un vehículo”, y sí, hay que quitar esas placas de plástico que dieron los comerciantes, porque así de verdad, pero de verdad que cambiaría y se mejoraría nuestra educación y respeto al peatón y a la vialidad”, y aunque se ha insistido en la revisión y adecuamiento de este programa desde sus inicios, así como frenar el aumento de accidentes por ebrios, coordinadores van y vienen y en el mundo de Peter Pan (el país del nunca jamás), coordinadores van y vienen y muchos de los cambios solo han sido absurdos.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
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