Cientos de pobladores participaron en la tradicional entrada de flores en honor a San Caralampio, que representa una de las fiestas religiosas más importantes para los tojolabales de Las Canadas y los habitantes de Comitán.
Fue al medio día del martes, cuando se escucharon los cohetes, que anunciaban la salida desde el Chumísh del contingente que en sus manos llevaban las flores, mientras que otros bailaban disfrazados de diablos o de algún personaje como de políticos; la musica tradicional de los tambores y pitos se dejaba escuchar para rendirle culto a San Caralampio que de acuerdo a la historia empezo a venerarse al llegar a Comitán por el año de 1850, la imagen tallada en madera, desde Guatemala.
La entrada de velas y flores más grande en la que participan rancherías de todo el municipio de Comitán, así como de la cabecera, y los tojolabales que abren el espacio de romerias, recorrió las calles, de la antiiguas de Balun Canan.
El edil Eduardo Ramírez Aguilar siguio la peregrinacion desde un templete instalado en el Centro Historico.
Despues del medio dia, los peregrinos llegaron a la iglesia de de San Caralampio ubicado en el barrio de Pila donde todos le rindieron culto al santo ortodoxo.
De acuerdo a la historia que se narra en la página www.geocities.com/comitandelasflores San Caralampio arribó en 1850 a Comitán con un soldado de nombre Otero; este soldado tenía una novena histórica del mártir Caralampio, en cuya portada venía la efigie del mártir hincado, un romano alfanje en mano dispuesto a decapitarlo y el Redentor en una nube en lo alto.
Como parte de esta historia, don Raymundo Solís vecino del barrio de La Pila, leyó esta novena y se convirtió en admirador del mártir y le pidió al soldado se la vendiera e hizo un cuadro copiando la portada de la novena y lo llevó a su rancho Tzeltón, cercano a la población y lo nombra patrón del lugar.
Asimismo esta historia habla sobre la peste que invadió a Comitán, en que la viruela hacía estragos, al igual que el cólera y dio la casualidad que en el lugar donde se veneraba el santo, no hubo ningún caso de estas enfermedades, aunque en Comitán morían por montones.
Por lo tanto, fue nombrado desde luego abogado especial contra la peste y los aires contagiosos. Cuando pasó la virulencia y el pueblo recobró la calma, formaron una junta los vecinos de La Pila, don Raymundo donó un terreno, y ahí levantaron los primeros cimientos del templo en 1852.
Es así como la fiesta de San Caralampio se empezó a celebrar casi enseguida de iniciado el culto para recordar a San Caralampio que es un santo ortodoxo muy famoso y que en el santoral católico no existe.
Fue al medio día del martes, cuando se escucharon los cohetes, que anunciaban la salida desde el Chumísh del contingente que en sus manos llevaban las flores, mientras que otros bailaban disfrazados de diablos o de algún personaje como de políticos; la musica tradicional de los tambores y pitos se dejaba escuchar para rendirle culto a San Caralampio que de acuerdo a la historia empezo a venerarse al llegar a Comitán por el año de 1850, la imagen tallada en madera, desde Guatemala.
La entrada de velas y flores más grande en la que participan rancherías de todo el municipio de Comitán, así como de la cabecera, y los tojolabales que abren el espacio de romerias, recorrió las calles, de la antiiguas de Balun Canan.
El edil Eduardo Ramírez Aguilar siguio la peregrinacion desde un templete instalado en el Centro Historico.
Despues del medio dia, los peregrinos llegaron a la iglesia de de San Caralampio ubicado en el barrio de Pila donde todos le rindieron culto al santo ortodoxo.
De acuerdo a la historia que se narra en la página www.geocities.com/comitandelasflores San Caralampio arribó en 1850 a Comitán con un soldado de nombre Otero; este soldado tenía una novena histórica del mártir Caralampio, en cuya portada venía la efigie del mártir hincado, un romano alfanje en mano dispuesto a decapitarlo y el Redentor en una nube en lo alto.
Como parte de esta historia, don Raymundo Solís vecino del barrio de La Pila, leyó esta novena y se convirtió en admirador del mártir y le pidió al soldado se la vendiera e hizo un cuadro copiando la portada de la novena y lo llevó a su rancho Tzeltón, cercano a la población y lo nombra patrón del lugar.
Asimismo esta historia habla sobre la peste que invadió a Comitán, en que la viruela hacía estragos, al igual que el cólera y dio la casualidad que en el lugar donde se veneraba el santo, no hubo ningún caso de estas enfermedades, aunque en Comitán morían por montones.
Por lo tanto, fue nombrado desde luego abogado especial contra la peste y los aires contagiosos. Cuando pasó la virulencia y el pueblo recobró la calma, formaron una junta los vecinos de La Pila, don Raymundo donó un terreno, y ahí levantaron los primeros cimientos del templo en 1852.
Es así como la fiesta de San Caralampio se empezó a celebrar casi enseguida de iniciado el culto para recordar a San Caralampio que es un santo ortodoxo muy famoso y que en el santoral católico no existe.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario