Comitán, Chis.- La Unión de Ejidos de la Selva (UES), envuelta en un reciente escándalo por la disputa de bienes y presuntos desvíos de recursos, “no fue afectada” en sus ingresos, por el boicot de simpatizantes del EZLN, para no consumir en los 16 establecimientos de “Café la Selva”, de México y el extranjero.
Por primera vez, desde que concluyó la campaña en su contra, el gerente comercial de la UES, José Juárez Varela, habla de este episodio y reconoce que el impacto “fue limitado en términos comerciales”.
“Nos dio oportunidad de abrir un diálogo con clientes, con socios comerciales que nos permitió reconocer una serie de limitantes; de problemas de operación, de servicios”, considera.
Bases del EZLN y campesinos ligados a la UES se confrontaron hace unos meses por la disputa del predio Gracias a Dios o 28 de Diciembre, de 525 hectáreas, ubicada a unos 48 kilómetros al oriente de la cabecera municipal de Las Margaritas.
Los rebeldes consideraron que el predio les pertenecía, mientras que a los campesinos de la UES alegaron que se los habían arrebatado.
Actividad paramilitar
A raíz de este conflicto, activistas promovieron un boicot de consumo en los 16 establecimientos de “Café la Selva”, ubicados en México y el extranjero.
La campaña llamaba a no comprar café en grano y en taza en “Café la Selva”, “porque invade la autonomía de las comunidades indígenas zapatistas. Por sus vínculos con la actividad paramilitar que hostiga comunidades. Por eso y más, apoya al café de las comunidades indígenas zapatistas. Comercio justo”.
El conflicto agrario en 28 de Diciembre llegó a su fin, cuando el gobierno del estado indemnizó económicamente a los ejidatarios que reclamaban como suyo el predio que fue recuperado por las bases del EZLN. Así el 1 de abril del 2008, los ejidatarios se retiraron del lugar.
Impacto muy limitado
Juárez Varela reconoce: “afortunadamente para nosotros el impacto fue limitado, muy limitado en términos comerciales”.
Explica que la campaña estuvo encaminada a un “nicho de consumidores muy específico”, que no coincidía “con nuestro foco de clientela”.
“En términos técnicos la campaña fue dirigida a un grupo social, de consumidores, que no son nuestros consumidores. Eso también evitó que tuviéramos efectos negativos”, explica.
Cuando se emprendió el boicot de consumo, a principios del 2008, los integrantes de la UES no se quedaron para ver los efectos negativos y “nos puso a trabajar; más de lo que estábamos haciendo cotidianamente, dice Juárez Varela que se dedico a realizar reuniones con “los socios comerciales” de México y exterior.
Habla del conflicto agrario en Gracias a Dios y deslinda a la UES del problema, porque según él, los que se involucraron en la disputa, son miembros de un grupo “minoritario”, pero el grueso que se confrontó no eran integrantes de “Café la Selva”.
Sin embargo reconoce, que aun así, la “Unión tenía una incidencia directa en ese conflicto”, pero era el ejido (El Edén) que poseía “los derechos legalmente sustentados y constituidos” y el que se inmiscuyó en la problemática agraria.
Violencia no documentada
En el conflicto Juárez Varela explica que hubo tíos, hermanos, abuelos, “de uno y otro lado”, pero que para la UES no le interesó esta disputa por tierras, porque lo importante era “que se abriera la negociación, que permitiera llegar a acuerdos y que no se presentaran hechos violentos”.
“Se hizo una campaña de que había violencia, pero nunca fue documentada afortunadamente. En Gracias a Dios, gracias a Dios no se desbordó la violencia, porque no existía ese origen de violencia o de desalojo”, dijo el responsable de comercialización de la UES.
“Nunca se desbordaron los hechos y que bueno que así fue”, remarca.
El predio Gracias a Dios fue propiedad del senador Belisario Domínguez y en 1930 ingresa el grupo de pobladores, pero fue hasta 1995 que las autoridades agrarias los dotan de documentos.
Por primera vez, desde que concluyó la campaña en su contra, el gerente comercial de la UES, José Juárez Varela, habla de este episodio y reconoce que el impacto “fue limitado en términos comerciales”.
“Nos dio oportunidad de abrir un diálogo con clientes, con socios comerciales que nos permitió reconocer una serie de limitantes; de problemas de operación, de servicios”, considera.
Bases del EZLN y campesinos ligados a la UES se confrontaron hace unos meses por la disputa del predio Gracias a Dios o 28 de Diciembre, de 525 hectáreas, ubicada a unos 48 kilómetros al oriente de la cabecera municipal de Las Margaritas.
Los rebeldes consideraron que el predio les pertenecía, mientras que a los campesinos de la UES alegaron que se los habían arrebatado.
Actividad paramilitar
A raíz de este conflicto, activistas promovieron un boicot de consumo en los 16 establecimientos de “Café la Selva”, ubicados en México y el extranjero.
La campaña llamaba a no comprar café en grano y en taza en “Café la Selva”, “porque invade la autonomía de las comunidades indígenas zapatistas. Por sus vínculos con la actividad paramilitar que hostiga comunidades. Por eso y más, apoya al café de las comunidades indígenas zapatistas. Comercio justo”.
El conflicto agrario en 28 de Diciembre llegó a su fin, cuando el gobierno del estado indemnizó económicamente a los ejidatarios que reclamaban como suyo el predio que fue recuperado por las bases del EZLN. Así el 1 de abril del 2008, los ejidatarios se retiraron del lugar.
Impacto muy limitado
Juárez Varela reconoce: “afortunadamente para nosotros el impacto fue limitado, muy limitado en términos comerciales”.
Explica que la campaña estuvo encaminada a un “nicho de consumidores muy específico”, que no coincidía “con nuestro foco de clientela”.
“En términos técnicos la campaña fue dirigida a un grupo social, de consumidores, que no son nuestros consumidores. Eso también evitó que tuviéramos efectos negativos”, explica.
Cuando se emprendió el boicot de consumo, a principios del 2008, los integrantes de la UES no se quedaron para ver los efectos negativos y “nos puso a trabajar; más de lo que estábamos haciendo cotidianamente, dice Juárez Varela que se dedico a realizar reuniones con “los socios comerciales” de México y exterior.
Habla del conflicto agrario en Gracias a Dios y deslinda a la UES del problema, porque según él, los que se involucraron en la disputa, son miembros de un grupo “minoritario”, pero el grueso que se confrontó no eran integrantes de “Café la Selva”.
Sin embargo reconoce, que aun así, la “Unión tenía una incidencia directa en ese conflicto”, pero era el ejido (El Edén) que poseía “los derechos legalmente sustentados y constituidos” y el que se inmiscuyó en la problemática agraria.
Violencia no documentada
En el conflicto Juárez Varela explica que hubo tíos, hermanos, abuelos, “de uno y otro lado”, pero que para la UES no le interesó esta disputa por tierras, porque lo importante era “que se abriera la negociación, que permitiera llegar a acuerdos y que no se presentaran hechos violentos”.
“Se hizo una campaña de que había violencia, pero nunca fue documentada afortunadamente. En Gracias a Dios, gracias a Dios no se desbordó la violencia, porque no existía ese origen de violencia o de desalojo”, dijo el responsable de comercialización de la UES.
“Nunca se desbordaron los hechos y que bueno que así fue”, remarca.
El predio Gracias a Dios fue propiedad del senador Belisario Domínguez y en 1930 ingresa el grupo de pobladores, pero fue hasta 1995 que las autoridades agrarias los dotan de documentos.
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