Carlos Herrera.San Cristóbal de Las Casas, Chis. Para el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, la Virgen de Guadalupe ha ayudado a la Iglesia Católica a mantener la fe de millones de católicos del país; “yo lo veo en varias partes, si no fuera por ella ya mucha gente no sería católica”, reconoció.
“A veces nosotros no nos explicamos cómo han crecido tanto (las antorchas), esto no lo propiciamos, no somos los que estamos alentando, sino que es un crecimiento muy espontáneo de nuestro pueblo que están religioso, que busca algunos caminos, algunas expresiones”, señaló el obispo.
Destacó que los fieles acuden a la Virgen de Guadalupe no solamente cuando hay crisis económica, como sucede ahora, sino “cuando uno está enfermo, tiene problemas, siempre busca un refugio en Dios porque sabemos que somos débiles, cuando el pueblo se siente solo busca quien le consuela”.
Informó que desde su llegada a la diócesis de San Cristóbal, en mayo del año 2000, ha acompañado a muchos antorchistas, “hay un grupo de ellos que se han preocupado por prepararse durante todo el año, tienen cada ocho días sus reuniones, otras son independientes y autónomas”.
En entrevista, el obispo sugirió que este movimiento social de las antorchas, “no sea solamente caminar, correr, sino que tenga un sentido pleno que es la fe, el amor, la rectitud”, el ayudar a los necesitados.
“Una antorcha es buena cuando ayuda a cambiar la vida, a mejorar la existencia, a vivir con mayor armonía y paz en la familia y en la sociedad”, consideró el obispo, al tiempo de pedir que “las prácticas de devoción a la virgen de Guadalupe nos ayuden a ser mejores como hijos, como hermanos, como ciudadanos, come mexicanos, como cristianos, porque de lo contrario sería algo muy superficial”.
“Me llama la atención también que en varias comunidades indígenas se organizan los jóvenes y a veces no solamente jóvenes y cómo la virgen María está sosteniendo la fe de muchas comunidades, hay lugares donde no llegamos, a veces porque no nos lo permiten, a veces porque no tenemos suficiente personal. Yo lo veo en varias partes, si no fuera por ella ya mucha gente no sería católica”, indicó.
“Nos preocupa que algunos católicos dejan la religión pero nos alegra que otros están regresando”, mencionó Arizmendi, pero dijo que “lo que más nos preocupa es de que algunos se decepcionaron de la religión católica, se fueron a alguna religión protestante, ahí se fueron decepcionando de una y de otra y después se quedan sin nada, es lo que más preocupa que algunos piensan que la religión es solamente como un consuelo y no quieren verlo también como un compromiso”.
“Lo que nos interesa es que sea la búsqueda de Dios pero más profunda como Cristo la quiere, no basta decir ‘Señor, Señor’, para salvarnos, sino hacer la voluntad de Dios; antorchas con mucha educación en la fe para que puedan ayudar a transformar a las personas, a las familias y a las comunidades”, recomendó.
Explicó que cada 12 de Diciembre y previo a esta fecha hay muchas celebraciones religiosas en honor a la Virgen: “voy a Guadalupe el 11 por la noche para celebrar los maitines, el domingo (7) estuve en el barrio Guadalupe haciendo la confirmación de 95 jóvenes ya con motivo de las fiestas guadalupanas”.
“El nueve de diciembre voy a ir en la noche para celebrar la fiesta de San Juan Diego que se ha ido incrementando cada día más, tanto ahí en Guadalupe como en la parroquia de La Hormiga, en la parroquia de San Juan Diego va ir Monseñor Enrique y yo voy en la noche a Guadalupe,
El día 10 de diciembre Monseñor Enrique va ir a Guadalupe y yo a Yajalón para celebrar allá con las comunidades”.




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