sábado, diciembre 06, 2008

Desde Los Altos

Fredy López Arévalo
El espejismo de cambio

Y cuando me desperté,

El dinosaurio todavía estaba ahí…

Del guatemalteco Augusto Monterroso

Más allá de la presunta recuperación del PRI y su proceso de “cambio político” (ahora se dicen “socialistas”), el proceso electoral federal del 2009, será la prueba de fuego para ese partido político, que tratará de resurgir desde el sur, y sobreponerse al descalabro electoral de los últimos dos sexenios, reposicionándose, primero, en el Congreso de la Unión, y luego, como ya se valora a sí mismo, retornar a Los Pinos.

¿Y qué con el llamado “proceso de cambio político”? ¿Cuánto nos duró la era post PRI?

Yo creo que están haciendo cuentas alegres. Que la debacle del RIP no ha concluido, y que sus mafias políticas, y que a nosotros, los ciudadanos todos, pero sobre todo a los gobiernos emanados de otros partidos, les hace falta algo.

Desmontar su estructura…

Los cuadros colocados en la administración pública federal, estatal y municipal, que airean a esa burocracia política que el PRI no podría sostener en nómina propia.

Es su red de influencia política-clientelar-electorera que usa el servicio público como instrumento de control político.

Es lo que le permite, aún, “ganar” elecciones.

Es el Caballo de Troya dentro de un sistema que se tejió de muy antes del recambio político electoral. 

Por eso, quienes como yo pensamos que el proceso de disolución del PRI en Chiapas había comenzado con la jugada técnica del ex gobernador Javier López Moreno -que gestó el recambió político con Pablo Salazar en el gobierno del estado-, ahora estamos más ciertos de que el dinosaurio todavía sigue ahí…

Creer que la reforma electoral, que las alianzas o el nuevo status que han adquirido los otrora llamados partidos de oposición nos traerá por añadidura la democracia, es como creer que basta cambiar las leyes y/o las personas que ocupan el poder para cambiar la realidad.

Es el mito al que han preferido acogerse las elites políticas chiapanecas, aunque quienes aún pensamos que un cambio estructural en Chiapas es posible por la vía política (para pasar de un régimen de partido de Estado a otro democrático), tendremos que pensar –si queremos seguir dentro del marco Constitucional- que el verdadero cambio debe pasar, como una condición sinecuanon, por un cambio de la cultura política, solo tan amplio y tan profundo como el que han logrado gestar en su seno las comunidades bajo control del EZLN, aunque su líder visible, ha optado por irse contra la oposición más posicionada políticamente: Andrés Manuel López Obrador.

Es la superestructura del cuerpo social lo que hay que cambiar para salir de lo que los politólogos llaman la curva asíntota (una fuga por la tangente que cada vez se acerca más a una meta que no llega): la estúpida inercia de los medios de comunicación bajo su égida (prensa, radio y tv) o de los personeros que han logrado incrustar en estos, que no solo censuran cualquier crítica al RIP, cualquier figura ajena al RIP, y magnifican y resaltan cualquier pendejada que venga del RIP (ya sean líderes, alcaldes, diputados, senadores).

La oposición debiera crear sus propios medios de prensa, como en los países desarrollados, como contrapeso a ese abusivo control de medios, que anclan el avance del proceso de cambio político y amenazan con revertirlo, incluso antes de que la debacle concluya.

Hay que ser claro en ello: la lucha política será poco fértil sino se busca transformar la mentalidad colectiva del cuerpo social, y es ahí, justamente ahí, donde el RIP lleva la delantera.

Tengo que dejar constancia de algo que me va y viene en la cabeza cada vez quer me siento ante el ordenador para teclear Desde Los Altos: sin cambios en la mentalidad colectiva (lo que los marxistas llaman la superestructura social), los “cambios” resultan ser tan solo un espejismo.

Son las vallas que hay que sortear para “consolidar” el tan anhelado “tránsito hacia la democracia”.

Las elites priístas lo saben. No es gratuito decir que por eso la elite priísta que antes vivía en el D.F., para allá granjearse un porvenir político, se ha replegado en Chiapas, donde sus estructuras de poder permanecen básicamente intactas, sospechosamente luego de una revuelta “armada” que justamente se había “inconformado” con el sistema, que hay que subrayar, permanece incólume.

Es decir, lo que los gobiernos del cambio debieran hacer (tanto a nivel federal como estatal y más aún municipal, comunal, ejidal, vecinal) es procurar que en su administración se instaure, por ley, el servicio civil de carrera, que rompa esta cadena de complicidades que se tejió el PRI desde los tiempos del control monopólico, generando, como lo hace Juan Sabines Guerrero, una estructura del poder popular (las asambleas de barrio), pero que deben ser reforzadas en comunidades y ejidos, en aldeas, colonias urbanas, a la vez que se renuevan los órganos y los tribunales electorales, donde la injerencia del RIP es aún abrumadora.

Cometo el pecado de estar repitiéndome, pero es necesario, ante la falta de contrapesos visibles al poder omnímodo del PRI en Chiapas.

Lo voy a poner en mayúsculas: Se tiene que reducir la incertidumbre que se vive cada relevo gubernamental (tanto a nivel federal como estatal y más aún municipal), que hace que los empleados públicos “trabajen” para éste o aquél candidato, para éste o aquél partido, aunque, hay que decirlo, este ya no es un sistema de uso exclusivo del PRI: el PRD, el PT, el PAN y más aún Convergencia el PVEM repiten la historia.

El SERVICIO CIVIL DE CARRERA, como el existente en las democracias más acabadas, como Suecia, Noruega, Dinamarca o Suiza, garantiza la formación de los cuadros administrativos necesarios para el mejor desempeño de la cosa pública.

La tan llamada “transición a la democracia está trunca, y ya el RIP se apresta a tomar por asalto el Congreso de la Unión, bajo el engañoso discurso de la “gobernabilidad”.

¡Ni madres!

Chiapas no debe seguir siendo rehén de estos bandidos, que ni se han renovado ni se han democratizado ni son “socialistas” y si por el contrario, hacen gala de los vicios por los que mantienen quebrado al país; por lo que mantienen de rodillas a México; por lo que mantienen en vilo al presidente Felipe Calderón Hinojosa (que más haya de las críticas y las oposiciones, se debe fortalecer, justamente para que el RIP no continué siendo la fiel de la balanza).

Las elecciones federales del 2009 son quizá la última oportunidad para impedir que el RIP resurja de sus cenizas; tenemos un gobernador que aunque su origen se ubica en ese partido, se ha declarado neutral, y más aún, que su inmenso amor por Chiapas, debiera ser más que suficiente para confiar en que en lo que a él respecta, en lo que a él compete, debiera optar por la pluralidad, no la cargada, esto aunque muchos de los personeros del RIP se han incrustado, avasallando, a los otros partidos políticos, los asimismo llamados de “oposición”.

Hay que salir a las calles, hay que acudir a las urnas, hay que hacer uso de esas libertades que hemos conquistado ya, para que estos bandidos ocupen el lugar que les corresponde en la historia: el basurero.

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Cafés La Selva, café orgánico cultivado por manos indígenas, pero cuyas ganancias van a parar a manos de vívales priístas. Por eso sus socios, pequeños productores de Las Margaritas, La Independencia, La Trinitaria, Oxchuc, Chicomuselo, Siltepec y Ocosingo, demandan al asesor José Juárez Varela, priísta de pura cepa, cuentas claras de las cafeterías “La Selva”, que en forma de cooperativa tienen los productores chiapanecos en México y el extranjero. Es decir, que Juárez Valera no les ha rendido informe alguno sobre las ventas del aromático en los Estados Unidos, Canadá, España, Noruega, Finlandia, y Alemania.

El café orgánico producido en el estado de Chiapas por la Unión de Ejidos de La Selva posee la garantía extra de ser un producto 100% natural, libre de pesticidas y fertilizantes químicos, que le ha valido reconocimiento internacionales, como el premio a la excelencia, otorgado por la ONU durante la cumbre de desarrollo sustentable de Johannesburgo, Sudáfrica, en 2002; así como la Medalla de Bronce, otorgada en la feria Gourmet de París, durante el pasado mes de junio, y por si ello fuera poco, en la actualidad café La Selva es saboreado por los mas refinados paladares de estados unidos, Canadá, algunos países de Europa y, por supuesto, de México.

La calidad de este producto orgánico, que en la actualidad compite exitosamente con los mejores cafés gourmet del mundo, ha sido certificada por el organismo internacional NATURALAND, con sede en Alemania, el cual se rige por los más rigurosos estándares de inspección fitosanitaria.

Eso es lo que reclaman los socios de las cafeterías La Selva, conformada en 1979 por comunidades indígenas tojolabales y tsetsales de Las Cañadas, los Altos y la Selva Lacandona, la Unión de Ejidos de La Selva busca mejorar las condiciones de vida de sus agremiados ofreciendo directamente sus productos “La Selva Café” y “Café Tenam” a un precio justo tanto para productores como para el consumidor final, ya que se evita el intermediarísmo, que encarece el producto.

La agrupación de cafetaleros exporta a gran escala su producto hacia Estados Unidos, Alemania, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Holanda, Inglaterra y Suiza.

¿Se les hará justicia?

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