lunes, noviembre 03, 2008

Que se aclare la verdad: Obispo Arizmendi

Carlos Herrera.

Miguel Hidalgo, Chiapas. 2 de noviembre. Al oficiar una misa para animar y fortalecer los corazones de los habitantes de este lugar, el obispo de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, dijo que tras los hechos violentos ocurridos en esta localidad se tiene que “aclarar la verdad y poniendo donde deben estar los culpables, resarciendo los daños, tratando de que las cosas cambien”.

Ante unas mil personas que acudieron a la misa en un anexo del templo de esta comunidad de Miguel Hidalgo, municipio de La Trinitaria, el obispo dijo que “en ningún momento estaremos nosotros de acuerdo con las injusticias, con los abusos del poder, y todo eso se tiene que seguir denunciando”.

En este lugar, en donde luego de un operativo resultaron muertos seis campesinos a manos de policías estatales, tras un movimiento que encabezaron los pobladores de la región de Chinkultic para que les permitieran administrar dichas ruinas, la situación es de aparente calma. Las miradas de hombres y mujeres son de tristeza, pero también de coraje por el salvaje operativo que aplicó la policía.

Al referirse a los lamentables hechos que ocurrieron el pasado 3 de octubre, Felipe Arizmendi obispo dijo que “es un abuso de autoridad quitarle la vida a alguien; aunque haya problemas, los problemas no se resuelven matando a las personas, los problemas no se resuelven quitándole la vida a los demás. El único dueño de la vida es Dios, nadie es dueño de los demás aunque tenga poder”.

“Necesitamos todos que se respeten los derechos de todos, de los pobres, de los campesinos, incluso de aquellos que estuvieran cometiendo alguna cosa indebida, pero no se tiene por qué abusar para quitarlos de en medio quitándoles la vida. Si hay problemas, si hay dificultades hay que dialogar, hay que buscar caminos de solución a los problemas, pero la solución no es matar, la solución es dialogar y buscar la verdad y la justicia, y respetar los derechos de todos”, señaló Felipe Arizmendi.

A esta ceremonia también acudió el sacerdote de la parroquia de La Trinitaria, Antonio Flores Guillén, así como habitantes de las comunidades Lázaro Cárdenas, Obregón, Carmen Shan, Nuevo Progreso, Nuevo Porvenir, Progreso, San Lorenzo y Tierra Blanca, así como funcionarios estatales.

El obispo invitó a los pobladores a tener fe y esperanza, a estar unidos, pero reconoció en otra parte de su homilía que “quién de nosotros no se ha entristecido por la muerte de estos hermanos, por todo lo que sucedió, si ustedes aquí sufrieron tanto, agobiados, tristes, sin saber ni qué ni por qué ni cómo”.

Indicó que “el gobierno tiene que hacer lo suyo, cumplir con la justicia, tiene que reparar los daños, pero más allá incluso aunque no lo hiciera, Dios no nos deja, y estamos ayudándonos como hermanos”.

“Por qué estamos aquí porque somos hermanos, por qué no podemos dejar pasar indiferentes estos días y estos acontecimientos, somos hermanos; no podemos dejar de que no nos duela lo que les está doliendo a los demás, somos hermanos y hermanas unos de otros, somos hijos del padre celestial”, concluyó.


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