Narcobalacera mata a civil y deja a tres heridos

Toño Aguilar.

Comitán, Chis.- En una tarde que parecía ser como todas para doña Nereida Toledo Vázquez de 46 años de edad, decidió acompañar a su hija, también llamada Nereida de 18 años, a realizar algunos mandados.

La hora, "como a las cinco ó cinco y media"; ambas se dirigieron a un cyber café ubicado sobre la 7ª avenida poniente sur, Nereida hija, tenía que recoger algunos documentos.

"Aquí te espero" le dijo doña Nereida a su hija, "bueno pero que te quede la bebé", una nenita de tan solo un año de edad.

Mientras doña Nereida esperaba a su hija, observó como de manera presurosa unos vehículos de lujo detuvieron su marcha frente a ella, de donde descendieron varios sujetos fuertemente armados y comenzaron a disparar.

Primeramente le dispararon a un vehículo Honda Civic de color azul con placas DNY1283 de Chiapas que se encontraba estacionado a unos diez metros delante del vehículo donde se estaba doña Nereida.

Los sicarios siguieron su camino y se dirigieron hacia donde doña Nereida y su bebé, al aparecer su nieta, esperaban.

Muy asustada, doña Nereida únicamente se le ocurrió cubrir con su cuerpo a la bebé y la abrazó con todas sus fuerzas, en eso, los sicarios detonaron nuevamente sus armas de alto poder, pero esta vez contra el vehículo donde estaba la señora y la bebé.

El vehículo, un Chevy de color gris con placas DNV2788 de Chiapas, quedo con todos los cristales completamente destrozados; habían sido muchos los impactos de bala calibre .223 para fusil R-15 y cuerno de chivo, los que había recibido.

Al igual que el Chevy, doña Nereida recibió varios impactos de bala, siendo sus cervicales las más afectadas, lo que le genero un sangrado intenso en todo el rostro.
Gracias a la fuerza con la que pudo cubrir a su bebé, doña Nereida no permitió que la niña sufriera ni una mínima lesión, únicamente su rostro inocente quedo teñido de sangre de su abuelita que prefirió dar su vida antes que una bala tocara a la menor.

Los sicarios siguieron descargando sus armas, "rociando" la fachada del cyber café "Yxoye" donde estaba la hija de doña Nereida, al interior también se encontraba un sujeto al que dispararon a quema ropa y luego se lo llevaron mal herido, sin saber a donde el destino.

Algunas versiones aseguran que Jesús Alberto Román Castro de 29 años de edad y originario de Campeche, estaba dentro del cyber, pero al escuchar los disparos salió corriendo.

Para su mala suerte, Jesús fue alcanzado por una bala que le perforo la cabeza, dejándole un agujero de unos cuatro centímetros de diámetro y la bala le salió por la garganta, rosándole el hombro del lado izquierdo.

Jesús ya no se pudo mover más, quedo tirado sobre un charco de su propia sangre, y a su lado un pedazo de cráneo, que le arranco el balazo que recibió.

Otras versiones aseguraron que Jesús únicamente pasaba por ahí en el momento de la balacera, pero nada ha sido confirmado.

Otro más, José Humberto Aguilar Valdez, fue alcanzado también por una bala que le perforó el brazo derecho, por fortuna la herida no ponía en riesgo su vida.

"Todo fue en cuestión de segundos, no pude ver nada, solo salí a ver a mi mamá y la bebé, en eso mi mamá solo me dijo, toma a la niña, agárrala tú, a partir de ahí no supe más de mi mamá", contó la hija de doña Nereida.

Mientras que algunos vecinos, pocos, socorrían a los heridos y los acomodaban sobre la banqueta, una ambulancia de Protección Civil llego rápidamente.

Dos socorristas trataban de realizar lo más pronto posible su trabajo, doña Nereida y los otros dos heridos estaban teñidos de sangre, el caos comenzaba a imperar en el área.

Doña Nereida y Jesús fueron trasladados al nosocomio a sobre la ambulancia, mientras que José Humberto lo subieron a una patrulla de la misma corporación para evitar que perdiera más sangre.

Nereida la hija, aterrorizada suplicaba información sobre su madre, ahí fue que un reportero que había visto el momento en que ingresaban a la señora al hospital le dijo: "no se preocupe, su mamá esta bien, se la llevaron al hospital y ya la están atendiendo".

Las luces de las patrullas de las policías Municipal, Estatal, Federal, Ministerial y demás hacían de aquel escenario, un lugar como los del norte, en donde este tipo de actos se dan a cualquier hora del día.

Hacía las 18:00 horas, los agentes periciales comenzaron a realizar su trabajo, cada casquillo que estaba en el piso fue levantado y puesto en una bolsa negra, cada indicio era indispensable para facilitar las investigaciones.

Fueron más de 100 casquillos los que levantaron en ese lugar, mientras se dijo que dentro del Honda Civic, debajo del asiento del copiloto, una pistola al parecer nueve milímetros, permanecía.

De manera inmediata los agentes del Ministerio Público ordenaron que todos los vehículos fueran llevados al corralón y cerrar con esto "el telón" donde corrió sangre de cuatro personas.

A lo lejos el aviso se escucho, el reporte era de que un hombre estaba tirado sobre una acalle aledaña a las instalaciones de la Feria Comitán, a pocas cuadras de donde fue la balacera.

Las sirenas volvieron a sonar, esta vez se trataba de la Cruz Roja, un paramédico que pasaba por la calle 12 en el sur poniente de la ciudad, fue quien encontró al sujeto tirado y mal herido producto de un impacto de bala.

"De repente escuche los quejidos, muy fuertes, y dije, este compa lo atropellaron, ¿qué te paso?, le pregunté, me dieron un plomazo, no te muevas ahorita viene ayuda", contó el socorrista.

Se trataba de JLBS, originario de Durango, quien tenía el hombro perforado por una bala expansiva, al parecer .9 milímetros, que le entro por atrás y le salió adelantes dejándole un agujero por donde perdía mucha sangre.

Debajo de él, un cobertor y una almohada, en el brazo baleado, le habían colocado un torniquete para que no siguiera sangrando aún más.

"Yo iba caminando sobre el bulevar, por donde esta un cyber cuando me dispararon, ahí perdí el conocimiento y hasta donde recuerdo aparecía aquí", alcanzó a decir JLBS mientras socorristas preparaban su traslado al hospital.

Al igual que en el primer escenario, llegaron todas las corporaciones policíacas.
Ya eran las 20:00 horas, unas cuatro más tarde desde que doña Nereida llegaron en aquel lugar, sobre la 7ª avenida poniente sur entre 9ª y 10ª calle sur poniente.

La información en el hospital era de que doña Nereida se encontraba en quirófano, delicada pero estable, ahí ya estaba su hija, al igual que la bebita, que con la mirada perdida y los ojos muy abiertos, demostraba su asombro de no entender lo que pasaba.

Agentes ministeriales confirmaron que Jesús, el que recibió el balazo en la cabeza, acababa de morir.

"No pudo haber aguantado tanto, ya venía grave", comentaron algunos pobladores que vieron cuando Jesús entró al hospital.

Pasaron menos de cuatro horas para que la familia de doña Nereida observara la forma en que se puede perder la vida.

Gente inocente que muchas veces no tiene nada que ver en este tipo de actos, ha comenzado a formar parte de la aparición del crimen organizado en la región.

Las autoridades aunque en todos los casos inician una averiguación, casi nunca dan con los responsables de estos actos que mantienen a los comitecos en un territorio de temor y miedo.

Cabe señalar que la balacera fue a tan solo unos 30 metros de donde el pasado 1 de noviembre, un hombre fue ejecutado a balazos en la cabeza.