Inspectora golpea a humilde vendedora de 16 años

Toño Aguilar.

Comitán, Chis; 21 de agosto.- Una inspectora de la Central de Abasto habría tundido a golpes a una mujer vendedora de frutas, cuando esta se negó a retirarse del lugar donde se encontraba vendiendo sus productos. Según María Elena Aguilar Flores vendedora de frutas, en el momento en que trascendieron los hechos, ella se encontraba platicando con una de sus compañeras sobre la banqueta que esta afuera del mercado, cuando repentinamente la inspector llegó y comenzó ah agredirla. “Levántate, pero ya, me dijo al mismo tiempo que me tronaba los dedos, sabes que no pueden estar vendiendo aquí, lárgate pero ya”, afirmo María Elena que esos fue lo que le dijo la inspectora. En su versión Concepción Luna Morales, la inspectora acusada, dijo que ella de la manera más amable le pidió a la vendedora que se retirara del lugar “porque sabía perfectamente que no pueden permanecer en un lugar vendiendo”, y al no hacerle caso, decidió quitarle su producto y fue entonce cuando las demás vendedoras comenzaron ah agredirla. Algunos testigos de hechos argumentaron que todo se había tratado de un acto de abuso por parte de la inspectora, toda vez que al ver que María Elena de tan solo 16 años de edad, fu golpeada por la colaboradora del mercado. Así mismo, argumentaron que Bulmaro de Jesús Molina Argueta administrador del mercado, “se hizo de la vista gorda”, ya que en el momento en que se estaba dando la trifulca, él no hizo por poner orden. Tras lo ocurrido, un grupo de vendedoras ambulantes se reunieron para apoyar a María Elena, quien lloraba desconsoladamente y además tenía un rasguño en el brazo izquierdo, al parecer a consecuencia del presunto enfrentamiento con la inspectora. El grupo de vendedoras, se aglutinaron en las oficinas de la administración en donde exigían dialogar con Molina Argueta y dar de menra inmediata una solución, ya que argumentaron que Luna Morales no era la primera vez que lo hacía, “ya hemos tenido muchos problemas con esta mujer”. En tanto, el administrador tuvo que llamar hasta tres testigos para creer lo que había pasado, para que al final únicamente dijera que tendría que levantar un acta administrativa y turnarlo ante el departamento de contraloría municipal.