Como todos los años, indígenas tseltales de Aguacatenango, municipio de Venustiano Carranza, arribaron a Comitán, para ofrecer sus palmitas para la conmemoración de Domingo de Ramos,que abre la festividad más grande del calendario cristiano.
Unas 40 familias arribaron desde la tarde del viernes a Comitán, para vender a cinco pesos, las palmitas que arman con parsimonia y delicadeza, en un actividad que puede durar hasta más de una hora.
La joven María Hernández, llegó con su madre, sus hermanas a la plaza central de Comitán, con varias decenas de palmas que durante la semana que termina cortó en las montañas de su localidad.
Durante varios años, María ha repetido el viaje a Comitán, para ofrecer las palmitas a los fieles católicos.
Bajo el inclemente sol, las 40 familias que arribaron desde el viernes a Comitán, se instalaron en los corredores del Centro Cultural Rosario Castellanos, otros frente al templo de Santo Domingo y entre los árboles del parque local.
Los fieles católicos recuerdan que por decenios, han comprando con los habitantes de Aguacatenango, sus palmitas que bendicen en la misa del medio día del domingo.
La tradición era colocar esas palmitas atrás de las puertas de las casas, pero esto parece que ya se perdió, comentó Carmen Domínguez, una mujer católica.
Los tseltales consideran que este domingo que se celebra la Entrada triunfal de Jesús, previo a su sacrificio, es cuando más palmitas pueden vender.
Por la tarde, los hombres, mujeres y niños retornarán a Aguacatenango, con un dinero que les servirá para una o dos semanas para su manutención.
Unas 40 familias arribaron desde la tarde del viernes a Comitán, para vender a cinco pesos, las palmitas que arman con parsimonia y delicadeza, en un actividad que puede durar hasta más de una hora.
La joven María Hernández, llegó con su madre, sus hermanas a la plaza central de Comitán, con varias decenas de palmas que durante la semana que termina cortó en las montañas de su localidad.
Durante varios años, María ha repetido el viaje a Comitán, para ofrecer las palmitas a los fieles católicos.
Bajo el inclemente sol, las 40 familias que arribaron desde el viernes a Comitán, se instalaron en los corredores del Centro Cultural Rosario Castellanos, otros frente al templo de Santo Domingo y entre los árboles del parque local.
Los fieles católicos recuerdan que por decenios, han comprando con los habitantes de Aguacatenango, sus palmitas que bendicen en la misa del medio día del domingo.
La tradición era colocar esas palmitas atrás de las puertas de las casas, pero esto parece que ya se perdió, comentó Carmen Domínguez, una mujer católica.
Los tseltales consideran que este domingo que se celebra la Entrada triunfal de Jesús, previo a su sacrificio, es cuando más palmitas pueden vender.
Por la tarde, los hombres, mujeres y niños retornarán a Aguacatenango, con un dinero que les servirá para una o dos semanas para su manutención.
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