lunes, agosto 03, 2009

Campesinos revierten reforestación

Ángeles Mariscal.

Coapilla, Chis.- Ejidatarios del municipio de Coapilla lograron revertir la deforestación de más de 6 mil hectáreas de bosques de pino, detener los índices de migración que en su municipio alcanzaba el 50 por ciento de la población, y mejorar sustancialmente su poder adquisitivo, luego de más de una décadas de trabajo en proyectos de forestería comunitaria.

“Los madereros llegaron a nuestro municipio a finales de 1950, nos pagan cinco pesos por tirar un árbol, y otros cinco por acercarlo al camino. Si no lográbamos sacar el árbol –que en estos lugares puede alcanzar una altura de más de 30 metros-no nos pagaban nada y el árbol se quedaba tirado ahí en el bosque”, narra don Ramón Estrada Torres, de 67 años de edad.

El ejidatario recuerda con claridad el nombre de los empresarios madereros que por más de 30 años saquearon los bosques de pino de esta región ubicada en las montañas del norte de Chiapas, y de otras regiones de la entidad. “Era Gilberto Tinoco Olivares, era la familia Moguel de Cintalapa, ellos sólo nos querían para firmar los permisos, y como mano de obra para tumbar los árboles. Nosotros mirábamos como los bosques se iban acabando hasta que poco a poco fuimos analizando cuál era nuestra situación”.

Chiapas tiene una historia de saqueo de sus bosques y selvas, que antecedió a un periodo de veda forestal decretada en 1980, que contraria a los pronósticos oficiales, sólo incrementó la destrucción acelerada de los recursos forestales, porque los campesinos cambiaron el uso de suelo de sus tierras para meter ganado y plantaciones agrícolas, en terrenos boscosos y quebrados, explica Ricardo Ayala López, jefe de Producción y Productividad de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

Fue hasta la década de 1990, cuando nuevamente cambia la política de gobierno, y otorga permisos de aprovechamiento de los que se benefician mayormente los grupos del sector social, que intentan rescatar así sus bosques, ahora erosionados por los periodos de tala y cambio en el uso de suelo.

“El 11 de junio de 1995 el ejido Coapilla fuimos a recoger nuestro primer permiso de aprovechamiento forestal”, explica don Ramón, mientras señala un bosque de pino con árboles de más de 30 metros de altura, que les deja a cada uno de los 260 ejidatarios del lugar, ganancias por más de 25 mil pesos anuales, más salarios mensuales por el trabajo en el proceso de forestería, que incluye la reforestación, conservación, y venta de madera.

“Nos llevó muchos años entender que no se trataba de sólo tirar árboles, sino también de conservarlos”. Explica lo que parecería un contrasentido: “aprendimos que no hay que tirar los mejores árboles, que no hay que tumbarlos todos, sino que debe haber un proceso de selección,
reproducción, reforestación y conservación”. Detalla que el lugar donde se encuentra parado fue antes un potrero, que hoy ya tiene “árboles padre” -así llamados porque son los seleccionados
por sus inmejorables características para reproducir sus semillas- y un sinnúmero de vástagos que pueblan esta parte del bosque.

El método de desarrollo silvícola que los ejidatarios de Coapilla aplican, les permitió durante los últimos diez años, alternar los procesos de reforestación, producción y conservación forestal de 6 mil 412 hectáreas de bosques, a grado que entraron en el nivel cinco de desarrollo, de una
escala de 1 a 6, marcada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Por ello esta misma dependencia les entregara el pasado viernes un refrendo de su permiso de aprovechamiento forestal por otros diez años, lo que al decir de Carlos Amado Santiago León, jefe de la Unidad de Aprovechamiento y Restauración de Recursos Naturales de la Semarnat, un “logró histórico en Chiapas, porque es el primer grupo que lo logra y demuestra que el aprovechamiento forestal ordenado va de la mano con la conservación y el desarrollo económico de las comunidades de esta entidad”.


En Chiapas, dijo el funcionario, existen 500 mil hectáreas susceptibles de aprovechamiento forestal ordenado, de las cuales actualmente y por diversos factores, sólo se están aprovechando 60 mil.



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