lunes, junio 01, 2009

Aumenta población de quetzales en Montebello

Tziscao, Chis; 31 de mayo.- “El quetzal es un pájaro que no vive dondequiera. Sólo por el rumbo de Tziscao”, dice Rosario Castellanos en Balún Canán y en efecto, esta ave no se ha ido de ese bosque y su número va en aumento.

En el camino a Cinco Lagos, uno de los cuidadores del parque nacional asegura que en el último lustro se ha llegado a contabilizar hasta en ocho ejemplares de quetzales.

El ave que es símbolo nacional de Guatemala, es fácil observarla posar en los árboles de coníferas, guarumbos y corchos que se erigen hasta más de 25 metros de alto.

Don Octavio Morales, ejidatario del poblado Cinco Lagos, que le da nombre a un conjunto de lagunas de color esmeralda, ubicadas al norponiente de Tziscao, habla bajito a los turistas que traspasan la garita de acceso.

“Vengan a ver el quetzal”, dice el hombre que recuerda que hasta hace un lustro la población de la especie admirada por su plumaje, era de tan sólo cuatro, pero ahora se ha visto hasta ocho.

Para ver el majestuoso quetzal basta adentrarse unos 30 metros de la carretera en medio de la hojarasca húmeda, pero a la más leve pisada de una rama, huye para pasarse en otro árbol y es entonces que hay que buscarlos con detenimiento.

Pero parece que los quetzales se han acostumbrado a la presencia de los humanos, como lo asegura el señor Morales. “Aquí en el bosque los quetzales se han puesto muy mansos”.

Agrega que los turistas que han visto las aves en libertad cantando, mientras el viento juega con su enorme cola, en el parque nacional se han ido alegres. “Los visitantes se han llevado buenos recuerdos”, dice el encargado de la caseta de vigilancia.

Los habitantes de la comunidad han entendido que no deben molestar a esta ave, porque saben que constituye un atractivo para el turismo nacional y extranjero.

“Actualmente los quetzales están en reproducción. Nadie los espanta. Están protegidos por nosotros. Hace cinco años sólo había cuatro quetzales, ahora hay ocho”, agrega Morales.

Además del parque nacional Lagos de Montebello, investigadores y centros e instituciones de estudio reportan la presencia de estas aves en la Reserva El Triunfo, en la Sierra Madre de Chiapas.

El quetzal que fue apreciado y se consideró sagrado por las culturas precolombinas, anida en las oquedades de los árboles de Lagos de Montebello y según estudiosos llega a medir hasta 35 centímetros, pero su cola alcanza hasta los 61 centímetros.

Esta ave cuyo nombre científico es Pharamachrus mocinno, tiene la cabeza, la espalada y las alas de color verde esmeralda, mientras que el pecho y el abdomen rojos.



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