Arriaga, Chis.— Con o sin recursos, los inmigrantes centroamericanos enfrentan el mismo riesgo: los ataques de la delincuencia, la represión del aparato gubernamental y, en muchos casos, la tragedia que termina con la muerte.
Tanto los que pagan hasta 4 mil dólares a los polleros y se trasladan a bordo de lanchas tiburoneras desde Guatemala al estado de Oaxaca, a través del golfo de Tehuantepec, o que desde la frontera sur son transportados en el fondo de las cajas de camiones de carga, como aquellos que viajan sin recursos y tienen que abordar el ferrocarril de carga desde Arriaga y son asaltados y vejados en el camino, pagan el costo al recorrer las rutas de la muerte.
En su intento de llegar a Estados Unidos, los llamados sin papeles sufren la misma pesadilla: son víctimas de la delincuencia, de los operativos de las autoridades y de los accidentes que acaban bajo las ruedas del tren, explica el sacerdote Heyman Vázquez Medina, coordinador de la casa del inmigrante Hogar de la Misericordia.
Ya sea a través de la ruta del Pacífico, que bordea la costa Guatemala, Chiapas y Oaxaca, o la ruta que traza la vía del tren por el golfo de México, entre los estados de Campeche, Tabasco y Veracruz, el viaje es igual de peligroso para todos los indocumentados.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos de los inmigrantes afirman que los sin papeles viven en permanente riesgo mientras pisan suelo mexicano.
Precisan que esos puntos se ubican tan pronto llegan a Chiapas, por el río Suchiate, que sirve de división política entre México y Guatemala. Casi de inmediato, en Tapachula, en el río Cahoacán; en la Arrocera, de Huixtla, en las carreteras de Escuintla, Pijjiapan, Echegaray y Arriaga.
En Oaxaca, los ilegales denuncian asaltos en las comunidades de Chahuites, Las Anonas, Unión Hidalgo y ahora Las Palmas, en el municipio de Niltepec. Ahí, el pasado 31 de marzo, militares golpearon en un operativo a los sin papeles que viajaban a bordo del ferrocarril.
Los inmigrantes que viajan por la ruta de Campeche, Chiapas y Tabasco, se quejan de sufrir agresiones al ingresar por la frontera El Ceibo-Tenosique, Tabasco. Sitio en el que permanecen varios días mientras suben al tren que sale de Mérida, Yucatán.
Al llegar a las ciudades veracruzanas de Coatzacoalcos, Tierra Blanca, Orizaba y Medias Aguas, la travesía se les complica, ya que los migrantes enfrentan el asedio de Los Zetas y mareros, quienes los secuestran para luego exigir rescate a sus familiares que radican en Estados Unidos.
En Coatzacoalcos, desde hace dos meses, elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y policías municipales resguardan los furgones que van cargados con combustible, para evitar que sean abordados por los inmigrantes ilegales.
En el albergue Faustina Kovalska, en la colonia Obrera de Coatzacoalcos, Veracruz, han ingresado grupos de hombres para llevarse a los inmigrantes y luego exigir su rescate.
El sacerdote señala que los puntos de mayor riesgo están identificados por las autoridades. “Ellas conocen todo”, denuncia.
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