Oscar Gutiérrez
Las Margaritas, Chis; 15 de mayo.— El abandono por décadas y la incapacidad del gobierno para combatir la pobreza y la marginación, propiciaron que los pueblos indígenas rompieran con sus creencias religiosas tradicionales y optaran por el evangelio progresista, afirmó el sociólogo Horacio Zepeda Espinosa.
El experto indigenista estableció que el vacío institucional en las zonas más pobres de Chiapas abrió la puerta para la penetración gradual del evangelio, lo que les permitió una mejor convivencia y, mediante el trabajo firme y ordenado, alcanzar el desarrollo personal y comunitario.
“Ahí, donde el Estado mexicano y sus gobiernos fallaron y abandonaron, ingresaron los predicadores con sus propuestas espirituales, pero también con proyectos de desarrollo para una vida personal y comunitaria más digna”, agregó.
Líderes de iglesias evangélicas en Chiapas estiman que en los últimos 40 años, alrededor de un centenar de comunidades irregulares fueron creadas en diferentes municipios de los Altos, Selva y Norte, por familias evangélicas expulsadas de sus lugares de origen debido a intolerancia religiosa.
Las principales expulsiones se registraron en poblados de los municipios de San Juan Chamula, Las Margaritas, Altamirano, Zinacantán y Tenejapa.
En los nuevos asentamientos, las familias lograron progresar con esfuerzo en actividades comerciales, ganaderas, artesanales y de transportación colectiva.
Las Margaritas, Chis; 15 de mayo.— El abandono por décadas y la incapacidad del gobierno para combatir la pobreza y la marginación, propiciaron que los pueblos indígenas rompieran con sus creencias religiosas tradicionales y optaran por el evangelio progresista, afirmó el sociólogo Horacio Zepeda Espinosa.
El experto indigenista estableció que el vacío institucional en las zonas más pobres de Chiapas abrió la puerta para la penetración gradual del evangelio, lo que les permitió una mejor convivencia y, mediante el trabajo firme y ordenado, alcanzar el desarrollo personal y comunitario.
“Ahí, donde el Estado mexicano y sus gobiernos fallaron y abandonaron, ingresaron los predicadores con sus propuestas espirituales, pero también con proyectos de desarrollo para una vida personal y comunitaria más digna”, agregó.
Líderes de iglesias evangélicas en Chiapas estiman que en los últimos 40 años, alrededor de un centenar de comunidades irregulares fueron creadas en diferentes municipios de los Altos, Selva y Norte, por familias evangélicas expulsadas de sus lugares de origen debido a intolerancia religiosa.
Las principales expulsiones se registraron en poblados de los municipios de San Juan Chamula, Las Margaritas, Altamirano, Zinacantán y Tenejapa.
En los nuevos asentamientos, las familias lograron progresar con esfuerzo en actividades comerciales, ganaderas, artesanales y de transportación colectiva.
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