Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- El Ejército Popular Revolucionario (EPR) se deslindó de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En el más reciente ejemplar de su órgano de difusión denominado “El Insurgente”, difundido este día, sostiene que sus militantes no reciben adiestramiento de la guerrilla colombiana, a la cual, sin embargo, le reconocen la legitimidad de su lucha.
“La revolución en nuestro país la hacemos los mexicanos, sobre el principio de nuestros propios esfuerzos”, señalan en su revista número 104.El EPR dijo que las recientes versiones difundidas presuntamente por el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN), en torno a que las FARC tienen un programa de entrenamiento militar en el que participan guerrilleros mexicanos, “son sólo elementos para justificar la represión contra los luchadores sociales en México”.
Refirieron que estos señalamientos do
losos, forman "parte del engranaje para la represión contra ciudadanos mexicanos progresistas, a la vez que forma parte importante de la campaña para deslegitimar el carácter revolucionario de nuestra lucha".
losos, forman "parte del engranaje para la represión contra ciudadanos mexicanos progresistas, a la vez que forma parte importante de la campaña para deslegitimar el carácter revolucionario de nuestra lucha". "La revolución en nuestro país la hacemos los mexicanos sobre el principio de nuestros propios esfuerzos.
Afirmaciones de este tipo terminan avalando los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los luchadores sociales como es el caso de la detención desaparición de nuestros compañeros Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya y tres decenas más de luchadores sociales desaparecidos por este gobierno", dice el EPR.
En el texto reconocen la lucha de las FARC, “son en verdad un grupo armado con más de cuatro décadas de lucha pugnando siempre por la lucha revolucionaria y enarbolando las banderas de la revolución socialista".
Sostienen que bajo los lineamientos del gobierno norteamericano, a la guerrilla colombiana se le ha catalogado como narcoguerrilla y de forma más moderna como narcoterrorista, “para deslegitimar su proceso revolucionario”.
"Para nosotros los compañeros de las FARC, son ante todo revolucionarios que impulsan la lucha por una transformación profunda de la sociedad colombiana, manteniendo en alto la lucha por el socialismo como proyecto de lucha libertaria. Así de sencillo y simple", apunta en su artículo el EPR.
"Para el pueblo colombiano que lucha contra la opresión y la explotación, para los pueblos oprimidos, para quienes luchamos bajo el proyecto libertador de las banderas socialistas, las FARC-EP son una organización revolucionaria y sus integrantes por ningún motivo pueden ser tipificados como delincuentes, ante todo son revolucionarios, por consecuencia las FARC-EP impulsan una lucha esencialmente revolucionaria" agregan.
El EPR manifestó su solidaridad con las FARC y el pésame por la muerte del comandante Raúl Reyes, "quien dio su vida por una causa libertaria".
"El Comandante Raúl Reyes, nombre como lo conocieron los oprimidos, no fue un terrorista, ni un asesino, ni un delincuente, fue un revolucionario consecuente hasta su último momento, ¡gloria y honor a quien lo merece!", indicó el EPR.
El texto de la revista enviada vía correo electrónico, calificó como una masacre el ataque del Ejército de Colombia contra las FARC en territorio ecuatoriano: "Es un crimen de guerra cometido no sólo contra insurgentes de las FARC, sino contra ciudadanos mexicanos y posiblemente de otras nacionalidades que no son de ninguna manera combatientes, y eso lo sabía Uribe y los perros de guerra que se empeñan en ensangrentar el suelo colombiano".
El EPR criticó la posición del gobierno mexicano sobre este crimen de guerra y el artero asesinato contra mexicanos pues una vez más "como siempre es timorata y refleja la mezquindad con la que se conduce, reflejando complacencia hacia el chacal de Uribe pues están cortados con la misma tijera de la ultraderecha y del fascismo".
Dice el EPR que los terroristas y los genocidas no están en las filas de los revolucionarios, sino en las cúpulas gobernantes y en las oligarquías que sostienen a gobiernos narcomilitares como el de Uribe.
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